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NOYilUIRRE, 17 LA LEYENDA DE ORO. 29"
ellas con sus santas palabras y amoneslacionos :
en esto pasaron aquella noche. Traídos al otro día
delante do Dion , mandó coi lar la lengua á sania
Victoria, porque hablaba con gran hberlad ; mas
ella después hablaba y alababa al Señor sin lengua
como si la tuviera , haciéndole gracias por
aquel inestimable beneficio ; y el juez implo la
hizo asaetear, y degollar á san Acisclo en el anfiteatro
, lugar público para las fiestas y regocijos.
Oyéronse voces de ángeles, que deciau: Venid á
mi, santos mios, recibid las coronas que por
premio de vuestra noble polea os están aparejadas.
2 Este fué el martirio de san Acisclo y Victoria,
su hermana , y fué á los 17 de noviembre,
en que la sania Iglesia le celebra , el año del Señor
de 303 , imperando Diocleciano y Maximiuno,
y siendo obispo de Córdoba el grande Osio, á lo que
dice el cardenal Baronio. Los Martirologios romano,
de Beda , Usuardo y Adon hacen mención de estos
santos , y el poeta Prudencio y el Breviario toledano
de san Isidoro. Los sagrados cuerpos recogió
de noche una mujer principal, llamada Minciana
, y con la mayor veneración y honra que
pudo , sepultó el de san Acisclo en su casa, y el
de santa Victoria cerca de la puerta del rio ; y
después se edificó á san Acisclo un suntuoso templo
en Córdoba , que tiene a estos dos gloriosos
mártires por patrones é insignes defensores de toda
aquella nobilísima y antiquísima ciudad. Cuenta
san Isidoro, que viniendo el rey Agila de los
godos, sucesor de Teudiselo, sobre Córdoba, profanó
la iglesia de san Acisclo , donde estaba su
cuerpo sepultado , aposentando en ella sus caballos
y soldados, por estar fuera de la ciudad; pero
luego vino el castigo de Dios sobre el malvado rey
en venganza del santo mártir: porque milagrosamente
fué vencido de los cordobeses y destrozado,
matándole á un hijo y á todos los mas principales
de su ejército : y él , dejando todos sus tesoros
á sus enemigos , con gran dificultad se escapó
huyendo; y llegando después á Mérida, el mismo
rey fué muerto por los suyos. San Eulogio, mártir,
afirma quo en la destrucción de España quedaron
en aquella iglesia sus cuerpos: y parte de ellos
están al presente en ella, que es monasterio de
Predicadores ; parte , en otra iglesia de san Pedro,
que es parroquial.
SAN GREGORIO TAUMATURGO , ODISPO Y CON­
FESOR.— La vida de san Teodoro, que después se
llamó Gregorio, obispo de Neocesarea, escribió el
elocuentísimo doctor san Gregorio Niseno, hermano
del gran Basilio; y el mismo Basilio le alaba
sobre manera, y le llama el Gran Gregorio. Fué
tan esclarecido en prodigios y milagros , que le
dieron el nombre de Taumaturgo , que en griego
quiere decir obrador y artífice de milagros; y
le comparan á Moisés , por los muchos y muy notables
que hizo; y su vida fué tal, que se puede
tenor por el mayor de sus milagros. Nació este
santísimo varón en Neocesarea, que es en el Ponto
Euxino. Sus padres fueron nobles y ricos, aunque
oran gentiles. Desde niño fué muy bien inclinado y
dado á las obras morales de virtud: y habiendo
aprendido las primeras letras, fué enviado á Alejandría
(donde ala sazón florecían mucho los
estudios de las buenas artes), para quo allí estudiase
la filosofía , y lodo lo demás que para cultivar
su grande ingenio y alcanzar honra y provecho
era menester. En este estudio de la filosofía lo
alumbró Dios, y en las tinieb'as de los libros do
los gentiles le descubrió la luz de la verdad ; porque
viendo la variedad y diversidad de opiniones
que hay entre los mismos filósofos (aun en las cosas
mas importantes que tocan á la naturaleza,
providencia, gobierno y majestad de Dios, y á la
felicidad y fin del hombre), entendió que no pedia
ser verdadera aquella doctrina tan llena de
contrariedades y desatinos; y la que enseñaba
nuestra sagrada religión solo era la cierta y segura
; y allí la abrazó y se hizo cristiano. Perseveraba
en sus esludios con raro ejemplo da modestia
y honestidad : no se descomponía ni en obras
ni en palabras: era benigno, manso y humilde
con todos , y un espejo de virtud á sus condiscípulos
, y á los demás estudiantes de aquella universidad
: entre los cuales algunos, desbaratados y traviesos,
llevaban mal tanta modestia y compostura
de costumbres como resplandecía en san Gregorio;
porque era una tácita reprensión de sus vicios.
Determinaron, pues, infamarle, y dar á entender
que no era tan casto ni tan honesto como
parecía. Concertáronse con una mujercilla lasciva
y de mal vivir, y prometiéronle pagárselo bien,
si al tiempo que estaba Gregorio en compañía da
los hombres graves y filósofos, le acometiese y
le pidiese el precio de su torpeza que con ella
habia cometido, y no pagado. Hizolo así la triste
v desvergonzada mujer. Entró un día donde estaba
el santo mozo tratando una cuestión de filosofía
conciertos filósofos, y con grande desenvoltura,
quejándose y dando voces, le afeó que habiéndose
aprovechado de ella , no le había pagado lo que le
había prometido. Turbáronse los que allí estaban,
oyendo loque nunca habían oído de Gregorio
: y entendiendo que era embuste y que no
cabía en él aquella maldad , la quisieron echar de
ali, como mujer infame y mentirosa. Mas no so
turbó Gregorio, ni hizo alteración en su ánimo
ni hizo mudanza en su rostro lo que de sí falsamente
había oído; antes con un semblante sereno
y grave , volviéndose ó un criado suyo , le mandó
que diese á aquella mujer todo lo que pedia, para
que se fuese y no les estorbase ni interrumpiese
la conferencia y disputa que tenian entre manos.
Dio el criado á la mujer todo lo que le pidió; y al
punto que ella lo tomó en la mano , por juicio de
Dios se revistió el demonio de ella , y la comenzó
ó atormentar terriblemente , y no cesó hasta que
el santo mozo hizo oración por ella y la libró;
quedando todos admirados de la modestia de Gregorio
, y del testimonio que Dios habia dado do su
inocencia , con el castigo visible de la mujer y con
haber oido los ruegos del mismo Gregorio, y hbrádola
por su intercesión. Habiendo acabado los estudios
de la filosofía y de las ciencias humanas , se
aplicó san Gregorio á las Letras divinas: y para
aprenderlas mejor, determinó Incerso discípulo