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380 LA LEYENDA DE ORO<br />
3 Encendióse tanto san Francisco con el trato<br />
y fuego <strong>de</strong>l santo padre Ignacio en el amor<br />
<strong>de</strong>l Señor , y en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> mortificarse y vencer<br />
todas las pasiones , apetitos y gustos cpie había<br />
tenido en el siglo , que porque era mozo <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />
fuerzas , y mnv ligero en el correr y saltar , y<br />
se habia preciado <strong>de</strong> esta gentileza y gracia , y<br />
por olla habia sido estimado <strong>de</strong> los otros estudiantes<br />
; <strong>de</strong>terminó hacer sacrificio <strong>de</strong> su cuerpo , y<br />
alarse fuer teniente los muslos y los brazos con<br />
unos cor<strong>de</strong>les <strong>de</strong> muchos nudos , para que no pudiese<br />
correr y sallar ; y los cor<strong>de</strong>les poco á poco<br />
se le fueron entrando por las carnes , causándole<br />
agudos y graves dolores , que le lastimaban y afligían<br />
: los cuales él llevaba con mucha paciencia y<br />
disimulación, sin que nadie pudiese enten<strong>de</strong>r lo<br />
que pa<strong>de</strong>cía.<br />
4 El dia <strong>de</strong> la Asunción <strong>de</strong> nuestra Señora,<br />
<strong>de</strong>l año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 1534 hizo voto con los <strong>de</strong>más<br />
compañeros <strong>de</strong> nuestro santo padre Ignacio,<br />
<strong>de</strong> ir á .lerusaleii á tiempo, y acabados los esludios<br />
<strong>de</strong> teología , se parlieron <strong>de</strong> París los nueve compañeros,<br />
á los lo <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1530,<br />
para Yenecia , don<strong>de</strong> les eslaba aguardando su<br />
padre y maestro san Ignacio , conforme á lo que<br />
con ellos habia concertado: iban torios á pié cargados<br />
<strong>de</strong> sus cartapacios, y pasaron por Alemania<br />
entre herejes en el corazón <strong>de</strong>l invierno, que<br />
aquel año fué rig<strong>oro</strong>so y muy frió, y con las gran<strong>de</strong>s<br />
incomodida<strong>de</strong>s, que en los largos caminos suelen<br />
los pobres pa<strong>de</strong>cer; pero nuestro sati Francisco<br />
todas las llevaba con gran paciencia y alegría,<br />
acordándose que las pasaba por Dios nuestro Señor:<br />
pero sucedióle una cosa particular, rara y<br />
maravillosa en este camino. Como era tan gran<strong>de</strong><br />
su fervor y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer y morlilicarse<br />
por Cristo, no hizo caso <strong>de</strong> los dolores que senlia<br />
con los cor<strong>de</strong>les y ataduras , con que dijimos se<br />
habia apretado los muslos y los brazos , ni se los<br />
quitó para hacer su camino, creyendo por ventura<br />
que no le serian <strong>de</strong> impedimento , aunque le<br />
acrecentasen el dolor; mas sucedió muy al contrario:<br />
porque con el movimiento y agitación <strong>de</strong>l camino<br />
, los cor<strong>de</strong>les se le entraron tan a<strong>de</strong>ntro do<br />
las carnes, que se cubrieron los nudos, y las llagas<br />
se ahondaron, y los dolores crecieron <strong>de</strong> manera,<br />
que el santo no pudo pasar a<strong>de</strong>lanto, y se rindió,<br />
y <strong>de</strong>scubrió á los compañeros que le era forzoso<br />
quedarse . y la causa do su mal. Lleváronle con<br />
gran dificultad al primer pueblo que hallaron mas<br />
cercano: llamaron á un cirujano: <strong>de</strong>scubriéronse<br />
las llagas, y viéronsole los cor<strong>de</strong>les lan hondos, y<br />
tan abrazados con las carnes, que el cirujano (maravillándose<br />
mucho <strong>de</strong> arpiel género <strong>de</strong> penitencia)<br />
claramente dijo que era negocio sin remedio; porque<br />
aquellos cor<strong>de</strong>les no se podian arrancar , sin<br />
hacer muchas y gran<strong>de</strong>s heridas en la carne. Sintieron<br />
mucho lodos los compañeros el mal <strong>de</strong> san<br />
Francisco , y él tenia mas pena <strong>de</strong> la pena <strong>de</strong><br />
ellos, que <strong>de</strong> sus propios dolores, por ver que ni<br />
los compañeros le querían <strong>de</strong>jar, ni él podia pasar<br />
a<strong>de</strong>lante con ellos. Fallando los remedios humanos,<br />
acudieron á los divinos : pusiéronse lodos aquella<br />
noche en oración, suplicando á nuestro Señor con<br />
I)ICII!5I1)RE , 3<br />
gran<strong>de</strong> instancia y confianza, que pusiese su mano,<br />
y diese remedio á lan gran<strong>de</strong> mal.Oyólos el Señor<br />
(que siempre oye á sus siervos), y á la mañana se<br />
hallaron los cor<strong>de</strong>les hechos pedazos fuera <strong>de</strong> las<br />
carnes, las llagas sanas, y el santo con tan buenas<br />
fuerzas, que pudo seguir su camino, haciendo lodos<br />
incesables gracias al Obrador <strong>de</strong> lan gran<strong>de</strong>s<br />
maravillas : y con mucho contenió y gozo acabaron<br />
su jornada , y llegaron á Yenecia á los 8 <strong>de</strong><br />
enero <strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1537, don<strong>de</strong> hallaron á san Ignacio,<br />
y <strong>de</strong> él fueron recibidos con el consuelo espiritual<br />
que se pue<strong>de</strong> pensar.<br />
5 Aquí en Yenecia so repartieron los diez<br />
compañeros en dos hospitales , para servir á los<br />
pobres , y ejercitar su humildad y caridad , entre<br />
tanto que llegaba el tiempo <strong>de</strong> navegar á Jerusaleu.<br />
Cupo á san Francisco el hospital <strong>de</strong> los incurables,<br />
y él acudía á los enfermos con extremado<br />
fervor y espíritu : hacíales las camas , barríales<br />
los aposentos . y ocupábase en los otros servicios<br />
mas bajos y viles: y porque habia muchos enfermos<br />
<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s contagiosas , y con llagas<br />
asquerosas, acudia siempre al que estaba con mayor<br />
necesidad. Éntrelos otros habia uno, que por<br />
la podre rpie manaba <strong>de</strong> él , y por el mal olor<br />
que <strong>de</strong> todo su cuerpo <strong>de</strong>spedía, lo causaba gran<strong>de</strong><br />
horror , y senda gran repugnancia en servirle ,<br />
mas él , para vencerse y alcanzar perfecta victoria<br />
<strong>de</strong> sí mismo , mirándole como si fuera la<br />
misma persona <strong>de</strong> Jesucristo nuestro Re<strong>de</strong>ntor, á<br />
quién él servia en el pobre , una y dos veces con<br />
maravilloso fervor le lamió las llagas , y le chupó<br />
la materia quedo ellas corría; y ron lan señalada<br />
victoria nuestro Señor le infundió <strong>de</strong>spués una gracia<br />
singular, que ningunas llagas, por podridas y<br />
asquerosas que fuesen , le daban asco ; antes le<br />
causaban <strong>de</strong>voción y suavidad , lanío pue<strong>de</strong> un<br />
aelo ferv<strong>oro</strong>so obrado con gran caridad para rendir<br />
al soberbio gigante, y al rendido <strong>de</strong>sbaratar, y<br />
poner en huida el campo <strong>de</strong> los enemigos.<br />
G De Yenecia partió paia Roma nuestro Francisco<br />
con los otros padres que habían venido <strong>de</strong><br />
París, á pedir la bendición <strong>de</strong> su santidad, para ir<br />
á Jerusalen. Era tiempo <strong>de</strong> cuaresma, y muy lluvioso:<br />
iban á pió ¡pidiendo limosna , y ayunando<br />
todos los dias , y comiendo solo lo que les daban<br />
por amor <strong>de</strong> Dios. Entro lodos siempre se señaló<br />
san Francisco en el amor <strong>de</strong> la pobreza , y alegría<br />
v esfuerzo en el pa<strong>de</strong>cer. En Roma disputó<br />
<strong>de</strong>lante déla santidad <strong>de</strong>l papa Paulo lli,que á la<br />
sazón era vicario <strong>de</strong> Cristo en la tierra, y con su<br />
bendición , y con una buena limosna que les dio<br />
para su viaje , volvió con sus compañeros á Yenecia<br />
, don<strong>de</strong> este año <strong>de</strong> 1537, dia <strong>de</strong> san Juan<br />
Bautista, so or<strong>de</strong>nó <strong>de</strong> misa con los otros compañeros,<br />
que no eran sacerdotes, haciendo lodos voto<br />
<strong>de</strong> castidad y pobreza voluntaria en manos<br />
<strong>de</strong>l arzobispo romano, nuncio <strong>de</strong> su santidad. De<br />
allí se repartieron por diversos lugares <strong>de</strong>, la señoría<br />
<strong>de</strong> Yenecia , para aparejarse (entre tanto que<br />
se cumplía el tiempo señalado para la ¡ornada do<br />
Jerusalen) á <strong>de</strong>cir su primera misa con mayor pureza<br />
y <strong>de</strong>voción: y los padres FVaneisco y Salmerón<br />
se recogieron en un pueblo pequeño y aparta-