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804 LA LEYENDA DE ORO.<br />
<strong>de</strong> 237. De san Ponciano hacen mención el Martirologio<br />
romano, y los <strong>de</strong>más , y los que escriben<br />
Jas vidas <strong>de</strong> los pontífices, y Eusebio . Óptalo Milevitano,<br />
san Agustín, Nicél'<strong>oro</strong> , obispo <strong>de</strong> Constantinopla<br />
; y Nicél'<strong>oro</strong> Calixto , y el car<strong>de</strong>nal Baronio.<br />
SANTA ISABEL DE HUNGRÍA , VIUDA.—Mucho<br />
se engañan los que piensan que las leyes <strong>de</strong> la ver-<br />
, dadora nobleza son contrarias á las leyes <strong>de</strong> Cristo<br />
, y que no se pue<strong>de</strong>n juntar en una humildad y<br />
gran<strong>de</strong>za , porque la ley <strong>de</strong> Cristo no es contraria á<br />
la ilustre sangre , ni á la alteza <strong>de</strong>l estado y señorío<br />
que él da á quien es servido , sino á los vicios y<br />
malos usos que los hombres introducen en sus estados,<br />
pensando que la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> ellos consiste<br />
en <strong>de</strong>sechar todas las leyes <strong>de</strong> Dios, y vivir á<br />
su apetito y libertad como un caballo <strong>de</strong>sbocado y<br />
sin freno. Véase esta verdad en los ejemplos innumerables<br />
que tenemos ele señores y señoras, <strong>de</strong><br />
príncipes y princesas, <strong>de</strong> reyes y reinas, que no<br />
solamente ajustaron sus vidas con la voluntad <strong>de</strong><br />
nuestro Señor; pero vivieron con tan raro ejemplo<br />
y tal menosprecio <strong>de</strong>l mundo, que merecieron ser<br />
tenidos y venerados en toda la Iglesia católica por<br />
santos, v por un vivo retrato <strong>de</strong> toda perfección y<br />
virtud. Entre estos principes fué una santa Isabel,<br />
hija <strong>de</strong> Andrés y <strong>de</strong> Gertrudis, reyes <strong>de</strong> Hungría:<br />
la cual envió Dios al mundo, para que siendo doncella<br />
fuese ejemplo <strong>de</strong> castidad y <strong>de</strong>\ocion ; siendo<br />
casada <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia y caridad, y siendo viuda , ele<br />
paciencia y menosprecio <strong>de</strong> toda vanidad. Des<strong>de</strong><br />
niña era tan inclinada al servicio <strong>de</strong> nuestro Señor,<br />
que no teniendo mas <strong>de</strong> cinco años gustaba<br />
mucho <strong>de</strong> ir á la iglesia , en don<strong>de</strong> se ponia a rezar<br />
con tanta atención y afecto , que apenas la podían<br />
apartar <strong>de</strong> la oración. Entrábase en un oratorio<br />
que habia en casa <strong>de</strong> su padre muy á menudo , y<br />
allí oraba con las rodillas <strong>de</strong>snudas. Era <strong>de</strong>votísima<br />
<strong>de</strong> la sacratísima Virgen María nuestra Señora,<br />
y <strong>de</strong> san Juan Evangelista, por haberla caído en<br />
suerte esto sagrado apóstol, echando los san<br />
tos; y encomendábale mucho su castidad, y<br />
hacia <strong>de</strong> buena gana todo lo que le pedían por<br />
su amor. Los dineros que podía haber, dábalos á<br />
mujeres pobres, encargándolas que dijesen la oración<br />
<strong>de</strong>l Ave María: era enemiga <strong>de</strong> galas y <strong>de</strong><br />
vestidos ricos y curiosos, y en sus palabras muy<br />
compuesta, procurando que fuesen pocas y muy<br />
miradas , y que no dañasen á nadie y siempre<br />
fuesen <strong>de</strong> provecho : trabajaba mucho en quebrantar<br />
su voluntad , y en mortificarse en las co>as<br />
que la daban gusto : crecía en edad y juntamente<br />
en virtud, <strong>de</strong> manera que sus padres teman<br />
puestos los ojos en ella , no solo por ser su hija , sino<br />
por ser tan agradable y tan adornada <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s.<br />
Casáronla con un gran señor, llamado Lusí,<br />
lanlgravio y duque <strong>de</strong> Turingia , digno marido <strong>de</strong><br />
tal esposa: y aunque <strong>de</strong>seó mucho conservar su<br />
pureza virginal, y no tener otro esposo sino á<br />
Jesucristo , todavía vencida <strong>de</strong> la autoridad ó importunidad<br />
<strong>de</strong> sus padres , sujetó la cerviz al yugo<br />
<strong>de</strong>l matrimonio , y vivió en él con raro ejemplo<br />
<strong>de</strong> santidad , amando y sirviendo á su marido, como<br />
á su cabeza y señor, y criando á tres hijos<br />
NOVIEMBRE, 19<br />
que tuvo , como madre temerosa do Dios , que sabia<br />
que los habia recibido <strong>de</strong> su mano y los criaba<br />
para el cielo. Humil<strong>de</strong> para consigo , <strong>de</strong>vola<br />
para con Dios , benigna y caritativa para con los<br />
pobres: levantábase <strong>de</strong> noche á hacer oración, y<br />
acampanábala con muchas lágrimas: ocupábase<br />
do buena gana en cosas bajas y viles : en las procesiones<br />
publicas, como letanías, iba <strong>de</strong>scalza y<br />
muy mo<strong>de</strong>sta : cuando salía á misa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />
parto , iba con un vestido llano , y llevaba á su hijo<br />
en los brazos, y ofrecíale á Dios, y con él alguna<br />
ofrenda al sacerdote; y daba á los pobres el<br />
vestido <strong>de</strong> aquel dia , y lo mismo hacia <strong>de</strong> su comida<br />
, repartiendo con los pobres su parte: vestía<br />
á los niños recien bautizados: proveía <strong>de</strong> mortajas<br />
á los difuntos : hilaba con sus doncellas para dar<br />
limosna á los pobres <strong>de</strong> su trabajo; y cuando le<br />
faltaba que dar, vendía sus joyas: tenia junio á<br />
su palacio un aposento en que recibía á los peregrinos:<br />
curaba á los enfermos; y criaba los niños<br />
huéifanos ó <strong>de</strong> padres pobres, y daba cada día<br />
<strong>de</strong> comer á novecientos pobres, sin los otros quo<br />
sustentaba por todo su estado , los cuales la llamaban<br />
madre y remediadora <strong>de</strong> todas sus necesida<strong>de</strong>s,<br />
y se iban tras ella: y con razón; porque no<br />
solamente los remediaba con su hacienda , sino<br />
también quitándose las tocas <strong>de</strong> su cabeza , para<br />
cubrir las <strong>de</strong> las pobres, y sirviéndolas con sus<br />
propias manos. L'na vez ¡untó consigo la cabeza<br />
<strong>de</strong> un enfermo que olia muy mal y no habia quien<br />
le pudiese sufrir; y ella lo quitó el cabello y le<br />
lavó la cabeza , como si fuera su hijo. Pa<strong>de</strong>ció<br />
muchas contradicciones y murmuraciones por estas<br />
buenas obras que hacia; poique el mundo loco<br />
las tenia por indignas <strong>de</strong> su persona y estado ;<br />
mas ella <strong>de</strong>seaba agradar á Dios y no á los hombres,<br />
y regular sus acciones mas con la regla verda<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> la justicia y bondad, que con la falsa y<br />
engañosa <strong>de</strong>l mundo; y con su oración y perseverancia<br />
ganó tanto al duque , su marido , que no<br />
se <strong>de</strong>jó llevar <strong>de</strong> algunos malos consejeros y criados<br />
suyos , que le hablaban mal <strong>de</strong> lo que hacia<br />
santa Isabel : antes la amaba corno á su mujer<br />
v la respetaba como á hija <strong>de</strong> lan gran rey, y la<br />
honraba y reverenciaba como á santa : y porque<br />
él andaba ocupado en los negocios <strong>de</strong>l emperador<br />
y no podía hacer semejantes obras , holgábase<br />
que ella las hiciese, y que diese <strong>de</strong> sí tan<br />
buen olor con su santa vida y ejemplo ; aunque<br />
no vivió muchos años : porque haciendo en aquel<br />
tiempo guerra los cristianos á los sarracenos para<br />
librar <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r á la 'fierra santa , el duque<br />
fué á aquella santa conquista : y habiendo llegado<br />
á Sicilia el emperador Fe<strong>de</strong>rico , murió <strong>de</strong> su<br />
enfermedad, como buen caballero, en el camino.<br />
Cuando lo supo santa Isabel , aunque lo sintió<br />
como era razón ; pero entendiendo que aquella<br />
habia sido la voluntad <strong>de</strong>l Señor, se volvió á él,<br />
y ron lagrimas <strong>de</strong>l corazón lo dijo: Vos sabéis,<br />
Señor, lo que yo amaba al duque; porque él os<br />
amaba y porque vos me lo disteis por marido :<br />
p<strong>oro</strong> ahora que habéis sido servido <strong>de</strong> llevármele<br />
(tara vos , también sabéis que yo no le volverla<br />
á la vida mortal contra vuestra voluntad,