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232 LA LEYENDA DE CRO. NOVUÌÀIIÌISE , 9
hiciere penitencia doso? maldades , yo le oiré desdo
el cielo, v so los perdonaré, y sanaré la tierra:
á mas de esto mis ojos estarán abiertos , y mis
orejas atentas á la oración del que orare en esto
lugar ; porque yo lo he escogido y santificado ,
para que en él esté mi nombre eternamente, y mis
ojos y mi corazón para siempre permanezcan
con él. » Pues si esto prometió el Señor á Salomon
, hablando de aquel templo que él habla edificado
, en el cual no habia sino el arca del Testamento,
y en ella la vara , y el maná , y las tablas
de la ley, y no se ofrecian otros sacrificios , sino
de corderos, becerros, y animales; ¿qué pensarnos
quo hará Dios en nuestros templos , donde
está el arca viva, y la ley del espíritu, y ol pan
del cielo, y la vara do la sania cruz, y donde cada
dia se ofrece el sacrificio único, vivo y verdadero
que todos los sacrificios y ofrendas del viejo
Testamento figuraban? Especialmente sabiendo
quo no solo tiene cada iglesia un ángel que la
guarda , sino también cada altar; y que los ángeles
son nuestros intérpretes , y los que nos despiertan
áorar, y llevan nuestras oracionesclelanle del
acatamiento del Señor, y despachan nuestros negocios.
Y por esto conviene que frecuentemos
mucho las iglesias , no solamente para oir la palabra
de Dios, sino también para oír misa , y para
orar y confesar; porque (por las razones, que
habernos dicho , y por la edificación del pueblo , v
ejemplo que estamos obligados á dar á nuestros
prójimos ) es cosa mas loable y provechosa , que
cuando se hace en las casas particulares , como lo
dice san Juan Crisòstomo , cuyas palabras arriba
referimos. Mas para recibir esta utilidad de la
iglesia , es menester ir á ella , como á la casa de
oración, y templo (le Dios, con mucho recalo , y
gran respeto y reverencia : porque si cuando so
entra en el palacio ó en la antecámara del rey,
va el hombre sobre aviso , y compuesto , acordándose
que está allí el rey; mucho mas lo debo hacer
, cuando entra donde eslá el Rey de los reyes,
v Señor de lodo lo criado , y va á negociar con él,
,no negocios y cosas do lan poca sustancia, como
son todas las de la tierra , sino la salvación de su
alma. Por no hacerse eslo , como se debe , ni tenerse
respeto á las iglesias, se ven tantos y tan
graves daños en la república, castigándonos Dios
por los desacatos quo se hacen á sus templos. Y
muchos, que debian venir á la iglesia, como á
una botica de medicinas, y sacramentos , para
buscar salud , vuelven á sus casas heridos y atosigados,
haciendo por su culpa rejalgar de la medicina
, y muerte de la vida : y asi dice san .luán
Crisóstomo : « De aquí nace lodo nuestro mal , y
todo lo bueno perece : porque cuando habíamos
de procurar de reconciliarnos con Dios , y ganarle
la voluntad ; de tal manera estamos en la iglesia,
y nos partimos de ella . que lo enojamos, y provocamos
su ira contra nosolios:» y en otra parte
dico: «Yo os ruego, y encarecidamente os pido
quo no solamente miréis cómo venís á la iglesia,
sino también cómo esiais en ella , y que siempre
que salís de ella , llovéis á vuestra casa algún remedio
y medicina, para curar vuestras pasio­
nes : » y san Agustin nos exhorta á oslar en el
templo material do Dios , como verdaderos y espirituales
templos suyos, en los cuales habita el
Señor de mejor gana , quo en los oíros de piedra;
porque cualquier indecencia , desenvoltura y liviandad
, ó parlería , que se cómele en el templo,
os grave injuria del Señor , que preside en el templo
, y de todos los ángeles , que allí le asisten.
En ninguna cosa mostró Cristo nuestro Salvador
su zelo mas que en echar del templo dos veces á
los quo compraban y vendían aun las cosas necesarias
para los sacrificios y ofrendas , y á título
do piedad , y que estaban en el atrio , ó parto exlerior
dol templo : queriendo con este hecho encarecernos
la veneración quo se debe á la casa
de Dios, por ser suya, y casa de oración. Dios
nuestro Señor ha obrado , y obra continuamente
mochos y grandes milagros en beneficio do los
que asisten y frecuentan con devoción y reverencia
sus templos ; y ha hecho muy severos y
graves castigos contra los que los han profanado: y
hasla los historiadores gentiles escriben muchos y
raros ejemplos de personas, que fueron afligidas
y consumidas con todo genero do calamidades y
miserias, por haber perdido el respeto que debian
á los templos de sus falsos dioses: y Sócrates en
su Historia prudentemente notó , que las profanaciones
de los templos son señal de la ira de Dios,
y do algún terrible azoto, que ha de venir á la república
; y cuando la persona os de mayor dignidad
, lanío debe ser mas devota y mas modes:a
en la iglesia , y mover con su ejemplo á los demás,
como lo hacia el emperador Teodosio, el menor,
el cual tenia tan gran respeto á las iglesias, quo
'dice de sí mismo estas palabras: «Nosotros , quo
siempre estamos rodeados de las armas do nuestro
imperio, y quo no conviene que oslemos sin
nuestras guardas y gente armada; al entrar en la
iglesia con grande humildad dejamos á la puerta
las armas, y la misma diadema , quo es señal
do la majestad imperial, y no llegamos al altar,
sino para ofrecer; y habiendo ofrecido, salimos
fuera al cuerpo de la iglesia, por la reverencia
que debemos á los lugares en que resplandece
mas la divinidad del Señor. » La madre do san
Gregorio Nazianzeno (como él mismo lo escribe)
estaba tan recogida y dentro do sí, y con tan
grande acatamiento en el templo, que nunca hablaba
palabra, ni escupía en él, ni volvía las
espaldas al altar donde oslaba el santísimo Sacramento.
Esta es la fiesta , quo hoy celebra la santa
Iglesia , de la Dedicación del templo del-Salvador,
y lo quo con ella nos enseña. Supliquemos al Señor
(como dice san Agustín) que lo quo entonces
so hizo en las paredes de piedra , ahora se haga en
nuestros corazones de caí no , y lo que se obró en
el templo material, se obre en nuestras almas espirilualmenle
, para que seamos verdadero y vivo
templo , en quo habito su divina Majestad.
SAN TEODORO , MÁRTIR.—Siendo soldado del
emperador de la tierra san Teodoro , y mucho mas
del Emperador dol cielo, y estando en la ciudad
de Amusca, que os en el Ponto, se publicó un
edicto do los emperadores, cruelísimo contra los