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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIEMUUE, 15 LA LEY EN<br />

ablandar y engañar; mas cuando los vio fuerles<br />

como una roca , y que Inician burla <strong>de</strong> sus palabras,<br />

dio sentencia <strong>de</strong> muerte contra ellos: la<br />

cual los santos recibieron con admirable gozo y<br />

alegría <strong>de</strong> sus almas, á los 15 <strong>de</strong> noviembre, en<br />

.pie les fueron corladas las cabezas, imperando<br />

Dioclcciano. Después andando el tiempo , en la<br />

misma ciudad <strong>de</strong> E<strong>de</strong>sa . siendo Licmio emperador<br />

<strong>de</strong> Oriente , fué preso un santo diácono,<br />

llamado Abibo , que era <strong>de</strong> la misma patria que<br />

los sobredichos mártires Guria y Samona : y sabiendo<br />

que el presi<strong>de</strong>nte Lisias le buscaba , él<br />

mismo se manifestó y presentó; y teniéndolo por<br />

<strong>de</strong>masiado atrevimiento y por alienta suya, el<br />

inicuo juez lo mandó exten<strong>de</strong>r en un ma<strong>de</strong>ro lan<br />

reciamente, que fué maravilla no hacerse pedazos<br />

los brazos. y <strong>de</strong>spués con peines <strong>de</strong> hierro<br />

abrirle las entrañas. Como lan atroces penas no<br />

hiciesen mella en aquel pecho sagrado y mas<br />

fuerte que el acero y que el diamanto , mandó<br />

que á fuego lento le quemasen , para que la muerte<br />

fuese lanío mas dol<strong>oro</strong>sa , cuanto mas prolija;<br />

y con este género <strong>de</strong> martirio dio Abibo su espíritu<br />

al Señor, y fué sepultado su cuerpo don<strong>de</strong><br />

estaban los cuerpos <strong>de</strong> los otros dos. El martirio<br />

<strong>de</strong> estos valerosos caballeros y santos mártires<br />

<strong>de</strong> Jesucristo escribió Jiielafrasle , y Arete,<br />

arzobispo <strong>de</strong> Cesárea , hizo una oración en su<br />

alabanza , y el P. Fr. Lorenzo Surio los pone<br />

en su sexto tomo. El uno y el otro autor refieren<br />

un milagro que quiero yo escribir aquí , porque<br />

<strong>de</strong> él po<strong>de</strong>mos sacar la reverencia que se <strong>de</strong>be<br />

á los santos, y loque Dios los eslima y obra<br />

por ellos : y quo aunque disimula y calla , y<br />

parece que duerme, permitiendo que algunos pecadores<br />

suelten la rienda á sus apetitos y corran<br />

sin freno y se entreguen á la maldad ; al cabo los<br />

alcanza y castiga , sin que se puedan escapar <strong>de</strong><br />

sus manos. Dicen pues eslos autores, que habiendo<br />

venido sobre la ciudad <strong>de</strong> E<strong>de</strong>sa los hunos,<br />

gente feroz y bárbara , y siliádola con un cerco<br />

apretado , el emperador romano envió gente <strong>de</strong><br />

guerra para que la <strong>de</strong>fendiesen. Entre ¡os otros<br />

soldados vino un godo (ahora sea que él se llamaba<br />

por este nombre; ahora porque era godo<br />

<strong>de</strong> nación j : esle posó en E<strong>de</strong>sa en casa <strong>de</strong> una<br />

viuda honrada, que tenia una hija por extremo<br />

hermosa , honesta y recogida , la cual por mucho<br />

que huía el ser vista <strong>de</strong> los hombres , no<br />

pudo excusarse tanto , que un dia no fuese vista<br />

<strong>de</strong>l godo , que posaba (como ya dijimos) en su<br />

casa, y él se enamoró tanto <strong>de</strong> su belleza, que<br />

se <strong>de</strong>terminó por cualquiera vía haberla. Pidióla<br />

por mujer á su madre con gran sumisión y comedimiento:<br />

y habiendo sido <strong>de</strong>sechado muchas veces<br />

<strong>de</strong> ella, tanto la importunó con sus palabras<br />

humil<strong>de</strong>s, con ricos dones y largas promesas, que<br />

la pobre madre so rindió y prometió darle á su<br />

hija por mujer, habiendo aquel hombre bárbaro<br />

primero jurado que no tenia mujer ni hijos,<br />

como algunos <strong>de</strong>cían. IIizóse el casamiento: concibió<br />

<strong>de</strong>l goilo la hija ; ó idos los hunos sin tomar<br />

la ciudad y acabada aquella guerra , el godo<br />

quiso volverse á su tierra, y llevar consigo á<br />

TOMOIY-<br />

A DK OllO. 281<br />

su mujer preñada ; pero la triste madre , que<br />

sentía mucho el apartarse <strong>de</strong> su hija y que la<br />

llevase un hombro extraño y no conocido á lejas<br />

tierras, no consintió quo se partiesen hasta<br />

que llevó al godo y á su hija <strong>de</strong>iante <strong>de</strong>l altar<br />

don<strong>de</strong> estaban sepultados los sagrados cuerpos <strong>de</strong><br />

estos gloriosos tres mártires, y dijo al godo : No<br />

le entregaré á mi hija, sino pones las manos sobre<br />

esta arca en que eslán las reliquias <strong>de</strong> estos<br />

mártires <strong>de</strong> Cristo, y no me los das por fiadores<br />

, y me juras y prometes <strong>de</strong> no maltratar á<br />

mi hija , sino <strong>de</strong> regalarla y tratarla bien; y el<br />

godo con el <strong>de</strong>seo tan encendido <strong>de</strong> gozar <strong>de</strong><br />

aquella mujer, olvidado <strong>de</strong> sí y <strong>de</strong> su conciencia,<br />

como si nc hubiera Dios, ó el Señor no galardonara<br />

ó castigara nuestras obras , sin empacho ni<br />

temor ninguno respondió: De vuestras manos, ó<br />

santos gloriosos , recibo esta mujer, y ó vosotros<br />

os doy por fiadores á su madre , y prometo que<br />

la regalaré y daré lo que quisiere á medida <strong>de</strong><br />

su corazón muy enteramente, y añadió muchos<br />

juramentos y maldiciones sobre sí si no los cumpliese.<br />

Entonces Ja madre, volviéndose á los<br />

santos, les dijo: A vosotros, ó santos benditos,<br />

que <strong>de</strong>rramasteis vuestra sangre por Cristo , encomiendo<br />

mi bija , <strong>de</strong>spués di: Dios , y por vuestra<br />

mano á este hombro, mi yerno. Con esto so <strong>de</strong>spidieron<br />

con muchas lágrimas, madre ó hija, y el<br />

godo con su mujer preñada se puso en camino:<br />

mas cuando llegó cerca <strong>de</strong> su tierra, el hombre<br />

bárbaro le quitó las joyas y vestidos ricos que. llevaba<br />

y la vistió pobre y vilmente , y la dijo: Yo<br />

tengo mujer é hijos; y tú no has <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que eres<br />

mi mujer, sino que eres mi esclava, y has <strong>de</strong> servir<br />

como tal á la mujer que tengo en casa; porque<br />

si dices ó haces otra cosa yo te atravesaré esla<br />

espada por el cuerpo , y morirás á mis manos.<br />

¿Qué sentiría aquella triste moza viéndose apartada<br />

<strong>de</strong> su madre y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>udos y conocidos , y<br />

lan lejos <strong>de</strong> su tierra y en manos <strong>de</strong> un hombre<br />

fiero . que la habia engañado , y con nombre <strong>de</strong><br />

legítima mujer la trataba como á cautiva y esclava?<br />

No tuvo olro remedio sino hacer <strong>de</strong> la necesidad<br />

virtud, y volverse á Dios y ó los santos<br />

mártires, y con muchas y afectuosas lágrimas pedirles<br />

socorro, y acordarles que habian sido sus<br />

fiadores , y que por su mano su madre la habia<br />

entregado á aquel báibaro. Entró en casa <strong>de</strong>l godo<br />

ó hizo reverencia á la señora : la cual, viendo<br />

una moza lan hermosa , luego sospechó lo que era<br />

y preguntó al marido ¿quién era aquella mujer?<br />

Y él respondió que una esclava que habia cautivado<br />

en la guerra. No (dijo ella) no es este rostro<br />

ni talle <strong>de</strong> esclava. Sí es (dijo él), v como<br />

<strong>de</strong> esclava le pue<strong>de</strong>s servir <strong>de</strong> ella. Asi lo hizo<br />

la mujer: v como tenia zelos <strong>de</strong> su marido, miraba<br />

con malos ojos á la esclava : tratábala mal,<br />

y cargábala do trabajos pesados cuanto podia ; y<br />

aun no la queria ver ni hablar : lanío era el odio<br />

y aborrecimiento que la tenia : el cual creció mas<br />

cuando echó <strong>de</strong> ver que estaba preñada, y procuró<br />

allignla y fatigarla , <strong>de</strong> suerte, quo muriese<br />

la criatura ; pero no pudo , porque Dios la guardó.<br />

Llegó el tiempo <strong>de</strong>l parlo , y parió un lujo lan

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