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La leyenda de oro 4.pdf

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OCTUBRE , lo<br />

ñor, había cometido toda maldad y pecado; y así<br />

hallaba (á su parecer) en sí mucho mas mal, que el<br />

que la atribuían : y por esta razón (que era la<br />

que hacia á la sania tan humil<strong>de</strong> ) la parecia que<br />

todos la tenian en cuanto mal podian imaginar<br />

y <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> ella, y buscaba otras mil razones para<br />

disculparlos, y para dar á enten<strong>de</strong>r que era verdad<br />

todo cuanto <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>cían , y que lemán<br />

razón en cualquier maltratamiento que la hacían.<br />

<strong>La</strong>s honras la eran un dolor y carga intolerable; y<br />

por esta causa senlia en el alma escribir las merce<strong>de</strong>s<br />

y favores que el Señor la hacia , y mucho mas,<br />

cuando sospechaba se habían <strong>de</strong> saber; y así dice<br />

en el fin <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> su Vida , que sintió mucho<br />

mas escribir las merce<strong>de</strong>s que el Señoría hacia, que<br />

sus pecados. Y por no ser conocida , ni tenida por<br />

buena, pidió á nuestro Señor la quitase los arrobamientos<br />

públicos , y costóla hartas lágrimas y<br />

oraciones el alcanzarlo : y cuando se comenzó á<br />

tener alguna noticia y estima <strong>de</strong> su virtud , trató<br />

con gran<strong>de</strong>s veras <strong>de</strong> irse <strong>de</strong>l monasterio <strong>de</strong> la Encarnación<br />

á otra casa <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>n , la mas remota<br />

y apartada que hubiese, don<strong>de</strong> no fuese conocida,<br />

ni nadie se acordase <strong>de</strong> ella : p<strong>oro</strong> sus confesores<br />

no se lo consintieron; porque Dios la tema guardada<br />

para gran<strong>de</strong>s cosas. Llegó ó tanto la pena<br />

que la daba sospechar que se podian venir á<br />

enten<strong>de</strong>r las merce<strong>de</strong>s que el Señor la hacía _ que<br />

escogería anles que la enterraran viva, como ella<br />

escribe en su Vida por estas palabras: «Cuando<br />

pensaba que estas merce<strong>de</strong>s , que el Señor me<br />

hace , se habian <strong>de</strong> venir á saber en público , era<br />

tan excesivo el tormento, que me inquietaba mucho<br />

el alma. Vino á términos, que consi<strong>de</strong>rándolo, <strong>de</strong><br />

mejor gana, me parece, me <strong>de</strong>terminara á que<br />

me enterraran viva : y así cuando me comenzaron<br />

estos gran<strong>de</strong>s recogimientos ó arrobamientos á no<br />

po<strong>de</strong>r mas resistirlos en público , quedaba yo <strong>de</strong>spués<br />

tan corrida , que no quisiera parecer en<br />

don<strong>de</strong> nadie me viera. Estando una vez muy fatigada<br />

<strong>de</strong> esto , me dijo el Señor, que ¿qué temía<br />

? que en esto no podía haber sino dos cosas, ó<br />

que murmurasen <strong>de</strong> mí , ó que alabasen á él : dando<br />

á enten<strong>de</strong>r que los que lo creían , lo alabarían<br />

; y los que nó, era con<strong>de</strong>narme sin culpa : y<br />

que ambas cosas era ganancia para mí ; que no<br />

me fatigase. Mucho me sosegó esto, y me consuela<br />

cuando se me acuerda. Vino á términos la tentación,<br />

que me quería ir <strong>de</strong> este lugar, y morar en otro<br />

monasterio muy mas encerrado que el en que yo<br />

<strong>de</strong> presente estaba , que habia oído <strong>de</strong>cir muchos<br />

extremos do él. Era también <strong>de</strong> mi or<strong>de</strong>n y muy<br />

lejos; que esto es lo que á mí me consolara,<br />

estar en don<strong>de</strong> no me conocieran ; y nunca me<br />

<strong>de</strong>jó mi confesor.» Llegóá tener tanto gusto en el<br />

propio <strong>de</strong>sprecio , que <strong>de</strong>cia , no habia para ella<br />

música mas concertada y agradable, como cuando<br />

la <strong>de</strong>cian sus faltas , porque no solo queria ser<br />

humil<strong>de</strong> sino también humillada <strong>de</strong> todos.<br />

21 Cuando estaba en el c<strong>oro</strong> , si se la ofrecia<br />

alguna duda en el rezado , por muy pequeña que<br />

fuese ( y á veces , aunque parecia que la sabia)<br />

allí la preguntaba á las novicias y á las niñas <strong>de</strong>l<br />

monasterio , para mas humillarse. Y porque la pa-<br />

Tmuo IV.<br />

LA LEYENDA DE ORO. 10o<br />

recia que todas las <strong>de</strong>más aprovechaban en el<br />

servicio <strong>de</strong> Dios , y ella quedaba muy atrás , y<br />

que no merecía servir á aquellas religiosas; en saliendo<br />

<strong>de</strong>l c<strong>oro</strong> , iba secretamente á cogerlas los<br />

mantos que allí <strong>de</strong>jaban. Fué siempre con esta<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> no excusarse , por culpada que<br />

fuese. Gustaba <strong>de</strong> los oficios mas humil<strong>de</strong>s , hallando<br />

en ellos á Dios. De la cocina hacía oratorio,<br />

y allí era para ella el Sanctus Sanclorum, don<strong>de</strong><br />

ofrecia sacrificios <strong>de</strong> alabanzas á su esposo, don<strong>de</strong><br />

ella trataba y conversaba con él, y él la visitaba<br />

y regalaba dulcemente, no extrañándose <strong>de</strong>l lugar<br />

ni <strong>de</strong>l oficio ; y así , entrando las religiosas á <strong>de</strong>shora<br />

á la cocina , hallaban á la santa con la sartén<br />

en la mano puesta sobre el fuego , y el corazón<br />

abrasado en el <strong>de</strong> Dios , toda elevada y fuera <strong>de</strong><br />

sí , con un rostro muy hermoso y resplan<strong>de</strong>ciente,<br />

y la sartén tan fuertemente apretada , que no se<br />

la podían sacar <strong>de</strong> la mano. En estos y en otros<br />

oficios bajos y humil<strong>de</strong>s , que era barrer y fregar,<br />

se ocupaba muchas veces , y siempre se inclinaba<br />

á lo que mas <strong>de</strong>cia con su condición y virtud <strong>de</strong><br />

humildad , que era á lo mas vil y bajo : y si otras<br />

barrían la casa, el claustro , las oficinas y celdas,<br />

ella escogía barrer y limpiar las inmundicias <strong>de</strong>l<br />

corral , y otros lugares semejantes , y allí sentía<br />

grandísima fragrancia <strong>de</strong> suavísimos olores. Acaecíala<br />

muchas veces levantarse antes que las <strong>de</strong>más<br />

ó coger la basura <strong>de</strong>l convento , y cuando se ofrecia<br />

hacer alguna obra , la primera que tomaba<br />

la espuerta y la escoba , era la santa, y sacando<br />

esfuerzo <strong>de</strong> su espíritu, vencía la flaqueza <strong>de</strong>l cuerpo<br />

y <strong>de</strong> sus enfermeda<strong>de</strong>s y (lo que era mas ) <strong>de</strong><br />

su condición natural. Y cuando por ¡as ocasiones<br />

graves <strong>de</strong> los negocios . ó la <strong>de</strong>masiada flaqueza<br />

<strong>de</strong>l cuerpo , no la permitían hacer lo que las<br />

otras ; porque no se la pasase día sin dar algún<br />

ejemplo <strong>de</strong> humildad , cuando para otra cosa no<br />

estaba , tomaba el candil para alumbrar á las<br />

religiosas , cuando salían <strong>de</strong>l c<strong>oro</strong> , ó entraban á<br />

otras lugares comunes, que suele ser oficio <strong>de</strong> las<br />

mas nuevas en años y religión. Si veía alguna religiosa<br />

que pa<strong>de</strong>ciese alguna enfermedad asquerosa<br />

, ejercitando juntamente la mortificación y<br />

humildad, se llegaba á ella, y la regalaba y besaba<br />

las manos , y comia <strong>de</strong> lo que ella estaba comiendo,<br />

y hacia otras <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> su gran<strong>de</strong><br />

amor , siendo naturalmente muy limpia y teniendo<br />

estómago y condición natural muy contraria á<br />

estas enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

22 Fué entre todos singularísimo el ejemplo<br />

que dio esta bienaventurada santa <strong>de</strong> su humildad<br />

, saliendo una vez al refectorio <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> toda<br />

la comunidad, arrastrando por el suelo con pies y<br />

manos, como suele andar una bestia, con un serón<br />

<strong>de</strong> piedras encima <strong>de</strong> sus espaldas , con una<br />

soga en la garganta, y una hermana que la llevaba<br />

<strong>de</strong>l diestro, diciendo públicamente sus faltas; significando<br />

con esta figura y espectáculo <strong>de</strong> humildad<br />

, su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ser tenida por bestia, y la estima<br />

y reputación que <strong>de</strong> sí tenia. Otra vez salió<br />

cargada con unas agua<strong>de</strong>ras llenas <strong>de</strong> paja , diciendo<br />

también sus culpas con gran<strong>de</strong> humildad, y<br />

con gran<strong>de</strong> sentimiento y lágrimas <strong>de</strong> las que las<br />

H

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