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La leyenda de oro 4.pdf

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332 LA LEYENDA DE ORO<br />

pobreza y necesidad le servian en aquella soledad.<br />

Esto hombre tenia una mujer consumida <strong>de</strong> un<br />

uño entero do calenturas y sin esperanza <strong>de</strong> vida:<br />

hizo por ella oración el santo, y luego el Señor le<br />

dio entera salud.<br />

7 En nueve dias no habia comido el santo ni<br />

sus monjes, sino unas yerbas que nacian en el<br />

campo : reveló Dios á un abad , que enviase lo necesario<br />

á Columbano para su sustento y <strong>de</strong> sus<br />

monjes; y él lo hizo abundantemente: y no sabiendo<br />

los que lo llevaban el lugar en que estaba<br />

puntualmente , los caballos, guiados <strong>de</strong> los ángeles,<br />

se fueron <strong>de</strong>rechos al convento <strong>de</strong> Columbano, y<br />

él con sus monjes alabó al Señor.<br />

8 Otra vez, teniendo necesidad , las trojes quo<br />

estaban vacías se hallaron llenas do trigo: y otra,<br />

sesenta hombros que estaban trabajando para<br />

sembrar la tierra , comieron <strong>de</strong> dos panes que solos<br />

teman, y bebieron <strong>de</strong> un poco cíe cerveza , y so<br />

hartaron, por haber echado su bendición Columbano,<br />

y rogado al Señor que lo multiplicase; y <strong>de</strong> ¡os<br />

panes cogieron dos espuertas, y <strong>de</strong> la cerveza quedó<br />

dos veces tanto mas <strong>de</strong> lo que antes habia : y<br />

en este género y en la singular provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />

Señor en proveer á las necesida<strong>de</strong>s do sus siervos,<br />

tuvo muchas y gran<strong>de</strong>s experiencias Columbano, y<br />

particulares favores <strong>de</strong>l Señor, mostrándole con<br />

las obras el paternal cuidado que tiene <strong>de</strong> los que<br />

<strong>de</strong> veras le sirven , y tienen puesta toda su confianza<br />

en él.<br />

!J Una vez mandó á uno <strong>de</strong> sus monjes que<br />

fuese á pescar á un rio, y le trajese los peces quo<br />

cogiese: fué el monje: y pareciéndolo que habría<br />

mas pescado en otro rio, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ir al que Columbano<br />

le habia mandado : fué á él: echó sus re<strong>de</strong>s, y<br />

trabajó todo el dia, y con ver á los ojos un número<br />

innumerable <strong>de</strong> peces <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sí, no cogió ninguno<br />

: y volviendo al convento, dijo ai abad quo<br />

habia perdido el tiempo , y tornaba con las manos<br />

vacías. El abad le reprendió porque no habia ido<br />

al rio que él le habia mandado, diciendo que por<br />

su <strong>de</strong>sobediencia Dios le habia castigado : mandóle<br />

ir al otro rio , y en llegando á ól, prendió tantos<br />

peces, que apenas los podia trer: (pie es ejemplo<br />

raro para enseñarnos la simplicidad y puntualidad<br />

que el Señor pi<strong>de</strong> á los religiosos en la<br />

obediencia. También es ejemplo en la obediencia<br />

(pie el religioso <strong>de</strong>be á su superior otro milagro<br />

que le sucedió. Estaban muchos do sus monjes<br />

muy enfermos, y el sanio , recogido en su peña,<br />

tuvo revelación <strong>de</strong> ello: fuese al monasterio do<br />

Luxovio, y mandó á todos ios enfermos que se levantasen<br />

y fuesen á las eras á trillar: muchos<br />

fueron y algunos se quedaron; mas lodos los (pie<br />

fueron por virtud <strong>de</strong> la santa obediencia sanaron,<br />

y los que por su flaqueza y falta rio obediencia <strong>de</strong>jaron<br />

<strong>de</strong> ir, se quedaron con sus enfermeda<strong>de</strong>s:<br />

las cuales se les arraigaron <strong>de</strong> manera, que les<br />

duraron mas <strong>de</strong> un año, y conocieron su culpa ó<br />

hicieron penitencia.<br />

10 Otra vez , al tiempo <strong>de</strong> la siega , estando<br />

el santo con sus monjes bien ocupado en ella, y<br />

lloviendo una agua muy recia al re<strong>de</strong>dor do los<br />

segadores, sobre ellos no cayó gola, antes tuvie-<br />

NovniMintK, 22<br />

ron sol y serenidad , que les duró lodo el tiempo<br />

que fué menester hasta poner las mi eses en cobro.<br />

11 Hurlóle una vez un cuervo una manopla<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>diles con (pie el santo trabajaba: entendiéndolo<br />

Columbano, dijo que no daría <strong>de</strong> comer á<br />

los pollos ei cuervo hasta quo le restiluvose su<br />

manopla; y súbitamente apareció el cuervo Irayendo<br />

en el pico la manopla , la cual puso á los<br />

pies <strong>de</strong>l santo y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los otros monjes que<br />

allí estaban aguardando quietamente el castigo <strong>de</strong><br />

su ulre\¡miento; mas el santo le mandó quo so<br />

luese , y así lo hizo.<br />

12 Creció el rio Bovio una vez mucho , y el<br />

molino <strong>de</strong>l convenio eslaba en peligro (pie no so<br />

lo llevase el rio con su corriente: mandó san Columbano<br />

á un diácono suyo, que sollamaba Si—<br />

noaldo , que lomase su báculo, y hecha lu señal<br />

<strong>de</strong> la cruz , mandase al rio <strong>de</strong> su parle que <strong>de</strong>jase<br />

aquel camino y echase por otra parte. Smoaldo<br />

lo mandó, y el río obe<strong>de</strong>ció: y el Señor fué glorificado<br />

, á quien obe<strong>de</strong>cen todas las criaturas.<br />

13 Estando el refitolero sacando cerveza <strong>de</strong><br />

la cueva para la comida <strong>de</strong>l convento, y quilada<br />

la canilla <strong>de</strong> la cuba hinchendo el vaso , fué<br />

llamado do olro fraile en nombro <strong>de</strong> san Columbano<br />

• el refitolero , para acudir puntualmente á la<br />

obediencia, corrió luego, y con la priesa olvidóse<br />

do cerrar la canilla : volvió <strong>de</strong>spués á la cueva<br />

con la canilla en la mano, ci oyendo que toda la<br />

cerveza se habría salido; y halló la cuba entera y<br />

que no se había salido gola : para enseñarnos<br />

nuestro Señor, cuan grata le es la obediencia, y la<br />

prontitud con que el religioso acu<strong>de</strong> á ella.<br />

Ik Yendo una vez por el monte solo , vio<br />

un ciervo que los lobos habían muerto , y sobre<br />

ói un oso , que le chupaba la sangre y habia<br />

comenzado á comer <strong>de</strong> sus carnes. Mandóle el sanio<br />

al oso que no tocase al pellejo <strong>de</strong>l ciervo , porque<br />

era bueno para zapatos; y el o s<br />

o, olvidado do<br />

su naturaleza, bajó la cabeza y obe<strong>de</strong>ció. Después<br />

mandó Columbario á sus monjes recoger el ciervo:<br />

y aunque muchas a\es <strong>de</strong> rapiña le vieron y volaban<br />

hacia él, ninguna le osó tocar. Eslaba uno<br />

<strong>de</strong> sus monjes (que también so llamaba Columbano<br />

) pura morir : y pidiendo al Señor que le sacaso<br />

<strong>de</strong> esta vida , vio cabe sí un varón vestido <strong>de</strong><br />

clarísima luz, que le dijo , que no le podía librar<br />

<strong>de</strong>l cuerpo, porque Columbano, su padre, con sus<br />

oraciones y lágrimas ¡o impedía. Avisó el monje<br />

a Columbano <strong>de</strong> lo que había visto, quejándose<br />

mucho <strong>de</strong> que su caridad le ora dañosa: y el santo,<br />

entendiendo el caso, hizo oración al Señor con<br />

sus monjes, y dándole el xiáiico v su bendición, le<br />

<strong>de</strong>jó volar al cielo; porque era muy santo , tanto<br />

que las fieras y las aves lo obe<strong>de</strong>cían.<br />

15 Pero pongamos fin á los milagros <strong>de</strong> san<br />

Columbano, purquo fueron muchos y notables; y<br />

para acabar, digamos solamente como Dios cumplió<br />

su profecía acerca <strong>de</strong> la muerto <strong>de</strong>l rey Teodorico<br />

y <strong>de</strong> lodos sus hijos , (pie fué el que le persiguió<br />

y le echó <strong>de</strong> su remo, como queda releí icio.<br />

Después que el sanio amonestó ai rey y lo reprendió.se<br />

vera mente <strong>de</strong> su.s <strong>de</strong>shonestida<strong>de</strong>s y torpezas,<br />

sin provecho , y no quiso aceptar los regalos que

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