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La leyenda de oro 4.pdf

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4G2 LA LEYENDA DE ORO.<br />

santidad y autoridad , escribiólo Liberio una epístola<br />

, mandándole que fuese al emperador con esta<br />

embajada en compañía <strong>de</strong>sús legados, y que trabajase<br />

por la paz y quietud do la santa Iglesia<br />

católica.<br />

3 Ensebio, sin tener respeto á sus años, Irabajo<br />

y peligro, obe<strong>de</strong>ció al mandato <strong>de</strong> Liberio, y<br />

alcanzó <strong>de</strong> Constantino lo que <strong>de</strong>seaba. Juntóse<br />

concilio en Milán, al cual vino el mismo emperador<br />

: y los obispos arríanos, armados <strong>de</strong> su favor<br />

y furor, procuraron que fuese con<strong>de</strong>nado san Aianasío<br />

(que era el mayor enemigo que ellos tenían,<br />

y á quien nías aborrecían): engañaron y pervirtieron<br />

á algunos do los católicos; pero no pudieron<br />

vencer á nuestro Eusebio y traerle á su voluntad:<br />

y así convirtieron contra él su saña, y le <strong>de</strong>sterraron<br />

y echaron <strong>de</strong> su Iglesia juntamente con Lucífero,<br />

obispo <strong>de</strong> Caller en Cer<strong>de</strong>ña, y <strong>de</strong> Paulino,<br />

obispo <strong>de</strong> Tréveris , y do Dionisio , obispo <strong>de</strong> Milán<br />

, que no había querido consentir y aprobar la<br />

con<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> Atanasio. Desterrados los obispos,<br />

fué gran<strong>de</strong> el llanto <strong>de</strong> todos los católicos , que se<br />

<strong>de</strong>sentrañaban por ellos , y con sus haciendas los<br />

proveían , y por do quiera que pasaban los hospedaban<br />

y regalaban, como á santos prelados y<br />

confesores <strong>de</strong> Cristo, que pa<strong>de</strong>cían por su santa fé.<br />

Pero <strong>de</strong>jando á los <strong>de</strong>más (que no escribimos aquí<br />

sus vidas) , nuestro Ensebio llegó á Scitopoü ¡lugar<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>stierro, y cayó en manos <strong>de</strong> un arzobispo<br />

amano , llamado Patrólilo , que ora por una<br />

parte el mas fino y obstinado hereje <strong>de</strong> lodos ; y<br />

por otra hombre (si hombre se pue<strong>de</strong> llamar) lan<br />

fiero y bárbaro, quo prendió á Eusebio y le echó<br />

en la cárcel, y le maltrató en ella, y le apretó do<br />

manera , que muchos dias le tuvo sin comer, para<br />

que ó muriese <strong>de</strong> hambre , ó comiese <strong>de</strong> los<br />

manjares que él le daba, pretendiendo, si los comía<br />

, publicar que Eusebio ya se había rendido y<br />

consentido con él, y engañar por este camino á<br />

los católicos: y sí no los comía y se moría , dar á<br />

enten<strong>de</strong>r que había muerto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación. Mas<br />

Eusebio no quiso comer <strong>de</strong> los manjares <strong>de</strong> los herejes<br />

, porque los católicos no recibiesen daño.: y<br />

escribió una carta á Patrólilo, digna <strong>de</strong> su santidad<br />

y constancia , avisándole , que si moria <strong>de</strong><br />

hambre en la cárcel , todo el mundo enten<strong>de</strong>ría<br />

que él le habia dado la muerte , y nó Eusebio toniádosela<br />

con sus manos; y escribió juntamente<br />

otra epístola á su Iglesia <strong>de</strong> Verceli, consolando á<br />

sus ovejas , y exhortándolas y animándolas á morir<br />

por la fé católica , y contándoles lo que él pa<strong>de</strong>cía<br />

por ella , y entre oirás les dice estas palabras.<br />

«Los herejes me dicen muchas cosas y se<br />

jactan <strong>de</strong> su potencia ; pero yo les quise mostrar,<br />

que ni eran nada ni podrían nada , entregándoles<br />

mi cuerpo como á sayones y verdugos , callando;<br />

y algunos dias que me maltraron, mostró el ánimo<br />

con que recibía sus injurias , con no hablarles<br />

palabra.» Y <strong>de</strong>spués les va dando cuenta <strong>de</strong> la<br />

carta que escribió á Palróíilo , en que le dice la<br />

causa por que no quería comer <strong>de</strong> lo que él le enviaba,<br />

y <strong>de</strong> la crueldad que con él habían usado los<br />

herejes arríanos: y dice, (pie eran mas crueles quo<br />

los gentiles y paganos que persiguieron á los santos<br />

DICIEMBRE , 15<br />

mártires ; y así fué tratado <strong>de</strong> ellos san Eusebio<br />

crudamente: porque habiendo tentado su constancia,<br />

y queriendo persuadirlo que se ablandase y<br />

consintiese á su perfidia , y no pudiendo hacer<br />

mella en aquel sagrado pecho ; le arrastraron con<br />

gran<strong>de</strong> impiedad <strong>de</strong> los pies poruña escalera abajo<br />

: y lomando muchas veces á preguntarle lo mismo<br />

, y él respondiendo lo que antes habia respondido<br />

; le arrastraron tantas veces (como dice san<br />

Máximo en un sermón ), cuantas eran las que negaba<br />

querer consentir con ellos. Y (como escribe<br />

san Gerónimo) para atormentarle y hacerle pa<strong>de</strong>cer<br />

mas; <strong>de</strong> Scitopoü lo enviaron <strong>de</strong>sterrado á<br />

Capadocia, y aun <strong>de</strong> allí se entien<strong>de</strong>, le mudaron<br />

á la superior Tebaida <strong>de</strong> Egipto. P<strong>oro</strong> con la muerte<br />

<strong>de</strong> Constancio quedó por entonces libre <strong>de</strong> los<br />

arríanos , y fué á Alejandría, don<strong>de</strong> san Atanasio<br />

(que habia sido restituido á su Iglesia) juntaba<br />

concilio, y <strong>de</strong> allí á Anlioquía , para componer<br />

las contiendas eclesiásticas que en ella habia: y<br />

por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l concilio celebrado en Alejandría y<br />

<strong>de</strong> Liberio, papa , fué visitando las Iglesias <strong>de</strong>l<br />

Oriente, que con la tempestad <strong>de</strong> los arríanos estaban<br />

caídas y arruinadas , para levantarlas y poner<br />

en ellas ministros católicos, y resistir á los herejes:<br />

y acabando con gran<strong>de</strong> zelo y vigilancia esto,<br />

negocio, volvió el santo pontífice á Italia, ven ella<br />

fué recibido como gloriosísimo confesor y valerosísimo<br />

capitán do Cristo , <strong>de</strong>jando los caiólicos por<br />

su venida ( como dice san Gerónimo ) el lucro que<br />

antes traian. En Italia hizo el mismo oficio <strong>de</strong> sacerdote<br />

y médico, como lo había bocho en Oriento<br />

, visitando y recreando las Iglesias con increíble<br />

alegría y fruto <strong>de</strong> los católicos y pesar <strong>de</strong> los<br />

herejes: <strong>de</strong> los cuales finalmente (como se dice<br />

en su vida últimamente impresa , y lo trae el car<strong>de</strong>nal<br />

Baronio) fué primero arrastrado, <strong>de</strong>spués<br />

atormentado con varios suplicios, y apedreado, y<br />

teniendo la cabeza y todo el cuerpo hecho pedazos<br />

, acabó gloriosamente su carrera : y siendo ya<br />

casi <strong>de</strong> ochenta años, dio su espíritu al Señor, por<br />

cuya gloria habia peleado, y fué al año do nuestra<br />

salud <strong>de</strong> 371 , imperando Valentiniano y Vélenle<br />

, su hermano. Esto es lo que se dice en<br />

su vida, y por esta causa muchos le llaman á boca<br />

llena mártir; y este título le da el Martirologio romano<br />

(1 <strong>de</strong> agosto) , y los otros antiguos , y el<br />

epitafio escrito en su sepulcro, y últimamente el<br />

breviario <strong>de</strong> Clemente VIH. Verdad es que san<br />

Ambrosio y otros santos no llaman á san Eusebio,<br />

sino confesor, y no hacen mención do osle género<br />

do muerte que aquí queda referido. San Gregorio<br />

Turonense refiere algunos milagros <strong>de</strong> san Eusebio<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte, y particularmente en sanar<br />

á los en<strong>de</strong>moniados, y en apagar el fuego ó estorbar<br />

quo no se encendiese en casa <strong>de</strong>l mismo san<br />

Gregorio , por estar allí las reliquias <strong>de</strong> san Eusebio.<br />

El Martirologio romano pone el dia <strong>de</strong><br />

su muerte al 1 <strong>de</strong> agosto , y en el mismo<br />

dia hacen mención <strong>de</strong> él los otros Martirologios<br />

, do Reda , Usuardo y Adon ; aunque el breviario<br />

reformado do la santidad do Clemente VIII,<br />

manda hacer conmemoración <strong>de</strong> él á los 15 do diciembre,<br />

y por esto nosotros le ponemos aquí.

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