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182 LA LEYENDA DE ORO.
nusmo espíritu , que les da un mismo ser, v una
bienaventurada vida. Pues siendo eslo así ¿qué
gozo tendrá allí un bienaventurado de la gloria de
lodos los otros; pues á cada uno de ellos ama
nomo á sí mismo? Porque (como dice san Gregorio)
aquella heredad celestial para todos es una,
y fiara cada uno loda; porque de los gozos do
lodos recibe cada uno tan grande alegría, como si
él mismo los poseyese: y (como dice san Agustín)
si en el corazón del hombre apenas puedo caber el
gozo que tiene de su solo bien; ¿cómo cabrá en
él la inmensidad de laníos y lan grandes gozos
que tendrá del número casi infinito do los bienaventurados?
Porque cierto es, que cuanto el hombre
ama á otro, tanto se goza do su bien. Si supiésemos
que un gran santo ha bajado del cielo,
como un san Pedro ó san Pablo, san Juan Bautista
, ó san Juan , evangelista , ú otro cualquiera
do aquellos grandes príncipes do la corte celestial,
y quo está entre nosotros, y que por algún ralo lo
podíamos hablar y tratar familiarmente; ¿quién
no se desembarazaría do lodos los oíros negocios
para verle , para oírle , y comunicar sus cosas con
él? Y si la que hubiese bajado , fuese la Boina de
lodos los ángeles y de todos los santos nuestra
NOVIEMBRE-, 1
uno de los sanios resplandece como un so!.» Ilasla
aquí son palabras de san Pedro Damián: las cuales
Señora la Virgen María con cuánta mayor de-
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vocion y cuidado nos daríamos priesa pura gozar
se han de enlender, no como suenan material­ de su gloriosa vista , y, aunque fuese por breve
mente , sino por otra manera mas alia , barrun­ tiempo , recrearnos con su presencia? Pues ¿qué
tando y sacando por estas cosas , que nosotros co­ júbilo , qué gozo y qué alegría debo tener una alnocemos
, y en que acá nos deleitamos, cuánto ma que puedo tratar, no con un bienaventurado,
mas espirituales y excelentes son las de allá. sino con lodos los sanios que eslán en el cielo, no
7 Pues ¿qué diré de los ciudadanos de esla por una hora , ni por breve tiempo , sino por toda
ciudad , de su muchedumbre , de su nobleza , de la eternidad, y conversar con ellos, como con com­
su buena condición , y de la caridad y concordia pañeros , como con hermanos, con amigos y miem­
quo lienen entre sí? El número es sin número, y bros unidos de un mismo cuerpo con tan estrecha
lan grande, que san Juan en el Apocalipsi dice, caridad? ¿ Qué será gozar de los mas altos espí­
que vio en espíritu una innumerable compañía de ritus , y mas allegados á Dios , quo son los serafi­
bienaventurados , que no bastaría nadie para connes, y de la claridad de su contemplación , y del
tarlos , la cual habia sido recogida de lodo el li­ ardor ferventísimo de su amor? ¿ Qué do los quenaje
de gentes y puebles, y lenguas, y estaban rubines , donde eslán encerrados los tesoros de la
en presencia del trono de Dios , y do su Cordero, sabiduría de Dios? ¿Qué de los tronos y domina­
vestidos de ropas blancas, y con palmas triunfaciones, y de todos los otros coros de los ángeles?
les en las manos, cantando á Dios cantares do ¿Qué de los santos patriarcas? ¿Qué do los pro­
alabanza: con lo cual concuerda lo que el profetas? ¿Qué del colegio de los doce apóstoles , que
lela Daniel significa de este sagrado número, di­ son los doce fundamentos, y las doce puertas de
ciendo en el cap. 7 : «Millares do millares servían aquella santa ciudad? ¿Qué de aquel ejército glo­
al Señor de la Majestad , y diez veces cien mil rioso de los mártires, vestidos de ropas blancas,
millares asistían delante de él: y con ser tantos, con sus palmas en las manos, y con las insignias
no hay entre ellos confusión; antes cuanto es ma­ desús victorias y triunfos? ¿Qué de aquella esyor
el número , tanto es mayor el orden y harmocuela de sapientísimos doctores, de perloclísinios
nía : porque cada uno con maravilloso concierto pre'ados . de humildes y ponilenles confesores, y
está en su lugar y gloria , según su merecimiento. de aquel coro mas blanco que la nieve , de vírge­
Pues ¿qué diré de la nobleza de eslos ciudadanos nes purísimas, y de la bienaventurada compañía
del cíelo , siendo (como son) todos reyes , ó hijos de las viudas, y casadas, y continentes? ¿Y í¡ nal-
de Dios? ¿Qué de su condición suavísima , de su mente de toda aquella muchedumbre de todas las
unión y concordia entro sí? Todos ellos son una almas escogidas de Dios que desde el principio
anima y un corazón; y así viven en lanía paz, hasta el fin riel mundo en cualquier estado, con­
que la misma ciudad tiene por nombre Jerusalen, dición y edad ha habido? Pues ¿qué será ver en
que quiere decir « visión do paz. » Allí la virtud su trono á la serenísima Reina de los ángeles, que
de la caridad , á la cual pertenece hacer todas las solo ella hace coro por sí; porque no tiene par ni
cosas comunes, está en loda su perfección , y todos semejante? ¿Qué ver la santísima humanidad do
los santos mas unidos entre sí, que los miembros Jesucristo, que preside sobre lodos , como rey y
de un mismo cuerpo; porque lodos participan un cabeza , y príncipe universal de lodos los santos,
y eslá sentado á la diestra de la majestad do Dios
en las alturas? ¿Qué será sobre lodo eso ver las
fiestas y triunfos que cada dia so celebran con los
nuevos hermanos, que vencido ya el mundo, y
acabado el curso de su peregrinación, entran á ser
coronados con ellos? ¡O qué gozo so recibe do
ver restaurarse aquellas sillas, y ediíicarse aquella
ciudad , y repararse los muros do aquella nob^e
Jerusalen! ¡Con cuan alegres brazos los recibe
toda aquella corle del cielo, viéndolos venir cargados
de los despojos del enemigo vencido ! ¡ O
cuan dulcemente sabe entonces el fruto de la virtud
, aunque en algún tiempo amargas sus raíces !
Dulce es la sombra después del resistero del medio
dia : dulce la fuente al caminante cansado : dulce
el sueño y reposo al (pie mucho lia trabajado; pero
mas dulce á los santos la paz después del peligro,
y el descanso perdurable después de la fatiga
de los trabajos ríe esta vida, como bien dice el
P. Fr. Luís de Granada.
8 Pero ¿qué es lodo oslo que decimos, ó todo
lo que podemos decir, con nuestra lengua de carne
y tartamuda, de la gloria de ios santos y de aquel
fumo bien que solo los quo lo poseen le conocen?
El cual mas es fiara ser considerado y contení-