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DICIEMBRE , 2 LA LEYENDA DE ORO •383
sultado desús misiones. La reputación de santidad
de que gozaba, hizo célebre su nombre en toda
la Francia. Clolario I le visitó y se encomendó á
sus oraciones, y el santo le predijo que saldría victorioso
en Bretaña , donde á la sazón se dirigía, y
edificó un monasterio con los regalos que el rey le
hizo. Constanciano murió en este monasterio por
los años de 565.
SAN AGIRICO , OPISPO Y CONFESOR. — Nació en
la diócesis deVerdun el año 517. Vivió en el mundo
hasta la edad de treinta años , en queabrazó el
estado eclesiástico. Sirvió, pues, en el ministerio sacerdotal
á la iglesia deVerdun , haciéndose acreedor
por su zelo , su sabiduría y eminenles virtudes
á los elogios de sus contemporáneos. Tuzóse principalmente
recomendable por su caridad con los
pobres , por el conocimiento profundo de las santas
Escrituras , y por su asidua constancia en instruir
al pueblo. Consagrado obispo de Verdun, todas
sus virtudes tomaron nuevo brillo , de modo
que fué un modelo de pastores. Como era pariente
del rey Childeberto, gozó con él de gran favor, el
cual empleó siempre en favor de la Iglesia y de los
desgraciados. Se hizo siempre todo de todos , para
ganarlos á todos , y después de un episcopado
de treinta yocho años, murió en la paz de Dios,
el año 588.
SANTA NATALIA, VIUDA.—Estuvo casada en
Nicomedia con el mártir san Adrián, á quien asistió
y animó en la cárcel y durante el martirio.
Muerto su esposo , permaneció la santa por algún
tiempo en la ciudad de Nicomedia, socorriendo á
los santos confesores , y dando sepultura ó los
cuerpos de los mártires. Conservó como una
preciosísima reliquia un brazo de su esposo san
Adrián , por cuyo medio obró algunos milagros.
Practicólas mas heroicas virtudes, y murió en Constantinopla
por los primeros años del siglo IV.
SAN DOJINOLO. —Algunos lo colocan en este
dia, pero nosotros le hemos puesto en el 16 de
mayo , siguiendo el Martirologio romano.
Dia 8.
SAN PEDRO CRISÓLOGO , ARZOBISPO Y CONFE­
SOR. —San Pedro, arzobispo de Ravona , llamado
por su gran elocuencia Crisólogo , nació en
Imola, ciudad principal de la provincia de Romanía
, en Italia. Fué diácono de Cornelio , obispo
de lmola , el cual le llevó consigo , yendo á Roma,
en compañía de algunos embajadores de la
ciudad de Ravena , para suplicar al papa Sixto,
III de este nombre, que les diese obispo en
lugar de Juan, ya difunto , y confirmase al que
el clero y pueblo do Ravena habían elegido. Al
tiempo que llegó esta embajada , habia tenido el
papa una revelación do san Pedro, apóstol, y de
san Apolinar, su discípulo, obispo de Ravena, en
que le mandaban que no confirmase por obispo
al que venia nombrado de Ravena, sino á otro
que traian consigo los embajadores, y venia en
medio de ellos, y se le mostraron allí. Oyó el papa
la petición de los de Ravena , y no quiso confirmar
al que ellos traían nombrado , sino á Pe­
dro , que venia con el obispo de Imola ; porque
cuando le vio, conoció que era el mismo que en
aquella visión de san Pedro, y de san Apolinar le
habia sido mostrado , y en las costumbres y en la
doctrina era varón tan eminente , que excedia
á todos los demás. Mucho sinlieron los embajadores
de Ravena que el papa hubiese desechado
al que ellos habían elegido; pero cuando entendieron
del mismo santo pontífice lo que le había
movido y la revelación que habia tenido, abrazaron
con gran voluntad á Pedro Crisólogo , como
persona escogida de la mano de Dios , y dádosele
por la de su vicario,y comenzaron á estimarle
y reverenciarle como á varón de Dios. Con la
misma alegría y aplauso fué recibido de toda la
ciudad de Ravena, y especialmente del emperador
Valentmiano , el III , y de Gala Piacidia
, su madre, que á la sazón estaban en Ravena.
Y el santo prelado pidió á todos , que pues
la carga de obispo era tan pesada , y casi intolerable,
y Dios se la habia impuesto sobre sus
hombros conlra su voluntad , que le ayudasen
con obedecer á sus amonestaciones y consejos , y
en guardar perfectamente los mandamientos y ley
de Dios.
2 Esto hecho, comenzó á edificar una obra
insigne, que después sus sucesores la acabaron,
para los sacerdotes de cierto templo , y consagró
otro que la emperatriz Placidia habia mandado
labrar á honra de san Juan Bautista, y en este templo,
junto al altar mayor, sepultó á san Barbaciano
, varón perfecto y de santísima vida, por quien
Dios en aquel mismo tiempo obró muchos milagros
: y andando el tiempo, hizo otra iglesia y
la dedicó á san Andrés, apóstol, y otros edificios
para comodidad de la república.
3 Entre las otras excelencias que tuvo san
Pedro, fué una la de su rara doctrina, acompañada
con una singular elocuencia y elegancia , y
copia de palabras propias y graves, de que Dios
nuestro Señor le había adornado. Habíanse levantado
en las parles de Oriente algunos herejes y
hombres pestilentes, que sembraban la zizaña en
la Iglesia . y perniciosos errores contra la verdad
de la encarnación de Cristo nuestro Salvador, confundiendo
las dos naturalezas divina y humana,
y poniendo dos personas en Crislo. Para atajar
este fuego, y arrancar de raíz tan mala semilla,
mandó san León, papa, el Magno y I de este nombre,
que habia sucedido á Sixto III, juntar en
Calcedonia el gran concilio de seiscientos y treinta
obispos , en que fueron condenados Eutiques y
Dióscoro, y los oíros monstruos y furias infernales
, sus secuaces ; y también mandó á san Pedro
de Ravena, que escribiese al concilio todo lo
que acerca de aquellas materias que se habian de
tratar so le ofreciese ; y él lo hizo con admirable
y divina sabiduría y elocuencia.
4 Siendo san Pedro arzobispo , vino á Ravena
san Germán , obispo antisiodorense para
tralar con el emperador Valentiniano y con su
madre algunos negocios graves y del servicio de
Dios ( como lo dijimos en su vida á los 31 de
julio ): tuvo con él nuestro Pedro estrecha amis