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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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Venid a la luz <strong>de</strong>l alba,<br />

non traigáis gran compaña… 15<br />

Portugal comparte con Castilla, probablemente, todas sus especies <strong>de</strong> versificación:<br />

tal vez una que otra, como la épica, haya <strong>de</strong> discutírsele; en cambio ejerce señoría sobre el<br />

cantar paralelístico y enca<strong>de</strong>nado.<br />

El Verso Contemporáneo<br />

La excursión a través <strong>de</strong> unas cuantas literaturas <strong>de</strong> Asia, África y Europa revela cuántos<br />

fenómenos distintos reciben el nombre <strong>de</strong> verso. ¿que habrá <strong>de</strong> común entre el hai Kai <strong>de</strong><br />

los japoneses, cuyo único recurso rítmico es la regularidad aritmética <strong>de</strong> la serie <strong>de</strong> sílabas,<br />

y el poema germánico, con sus incisivos acentos, pausas y aliteraciones, pero <strong>de</strong> medida<br />

silábica vaga? ¿qué habrá <strong>de</strong> común entre la estrofa <strong>de</strong> Safo o <strong>de</strong> Anacreonte, tejida con <strong>de</strong>licados<br />

filamentos <strong>de</strong> matices en la duración <strong>de</strong>l sonido y la profecía hebraica, en versículos<br />

15 En su estudio sobre La cantidad silábica en unos versos <strong>de</strong> Rubén Darío (en la Revista <strong>de</strong> Filología Española, <strong>de</strong> Madrid,<br />

1922), D. Tomás Navarro trata <strong>de</strong> la cantidad en las sílabas castellanas, medida científicamente por su duración<br />

en centésimas <strong>de</strong> segundo. Los versos <strong>de</strong> la Sonatina <strong>de</strong> Rubén Darío (dos estrofas) le sirven, ante todo, como material<br />

<strong>de</strong> investigación fonética, para continuar sus estudios sobre la cantidad en nuestro idioma (Manual <strong>de</strong> pronunciación<br />

castellana, Madrid, 1918; tercera edición, corregida y aumentada, 1926; en la Revista <strong>de</strong> Filología Española: Cantidad <strong>de</strong> las<br />

vocales acentuadas, 1918; Diferencias <strong>de</strong> duración entre las consonantes españolas, 1918; Historia <strong>de</strong> algunas opiniones sobre la<br />

cantidad silábica española, 1921). Le sirven, <strong>de</strong>spués, para averiguar si hay ley cuantitativa que presida a la versificación<br />

castellana. Los resultados son: existen gran<strong>de</strong>s diferencias <strong>de</strong> duración entre las sílabas castellanas, hasta la proporción<br />

<strong>de</strong> uno a cuatro; pero esas diferencias no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> la sílaba (como en griego o en latín, don<strong>de</strong> el<br />

diptongo, por ejemplo era, “largo por naturaleza”): <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su colocación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l conjunto. Las causas <strong>de</strong> la<br />

superioridad cuantitativa <strong>de</strong> unas sílabas respecto <strong>de</strong> otras son “el acento rítmico, el énfasis y la posición final ante<br />

pausa”. “El hecho <strong>de</strong> que las sílabas hayan sido o no gramaticalmente acentuadas no ha sido fundamento para hacerlas<br />

largas o breves. El hecho <strong>de</strong> que hayan sido abiertas o cerradas, tampoco… Las sílabas no han manifestado tener por<br />

sí mismas una cantidad propia. toda sílaba, cualquiera que haya sido su naturaleza o estructura, ha recibido una u<br />

otra duración, según las circunstancias rítmicas, psíquicas o sintácticas en que se ha pronunciado”. Las diferencias <strong>de</strong><br />

duración “ni van ligadas en nuestra lengua a la significación propia <strong>de</strong> las palabras, ni se dan en éstas en proporción<br />

regular y constante, ni tienen en nuestra ortografía signo alguno que las represente, como lo tienen, por ejemplo, la<br />

entonación, el acento y las pausas, todo lo cual basta para explicarse el hecho <strong>de</strong> que dichas diferencias pasen, en<br />

general, inadvertidas”. No es posible fundar sobre esas diferencias ninguna versificación castellana: <strong>de</strong> ahí el fracaso<br />

<strong>de</strong> nuestros ensayos <strong>de</strong> métrica cuantitativa al modo griego o latino. “La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una métrica cuantitativa a la manera<br />

clásica resulta completamente insostenible”. La distribución <strong>de</strong> la cantidad <strong>de</strong> las sílabas castellanas resulta asimétrica<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> la versificación <strong>de</strong> las lenguas clásicas: en la Sonatina, las sílabas don<strong>de</strong> caen acentos rítmicos<br />

llevan en general –aunque no siempre– mayor duración que las inacentuadas adyacentes; pero la sílaba final <strong>de</strong> los<br />

versos llanos, inacentuada, es por lo común <strong>de</strong> igual o mayor duración que las sílabas don<strong>de</strong> caen acentos rítmicos<br />

interiores.<br />

pero los versos <strong>de</strong> la Sonatina tien<strong>de</strong>n a equilibrarse en su duración total: a pesar <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s entre las<br />

sílabas, consi<strong>de</strong>radas aisladamente, la suma <strong>de</strong> sus cantida<strong>de</strong>s da resultados muy semejantes (fluctuación <strong>de</strong> menos<br />

<strong>de</strong>l diez por ciento). todavía más: el señor Navarro <strong>de</strong>scubre que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada verso hay pies cuyo núcleo es el<br />

acento rítmico, el tiempo marcado, y esos pies, en el verso llano, tien<strong>de</strong>n a ser iguales, isócronos. Cuando no lo son, a<br />

veces se compensan entre sí en la suma total <strong>de</strong>l verso.<br />

problema interesante: los versos agudos, en el experimento <strong>de</strong> la Sonatina, quedan siempre, poco o mucho, por<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la duración media <strong>de</strong>l alejandrino llano. ¿Nuestro hábito <strong>de</strong> equiparar versos agudos y versos llanos es<br />

asimetría <strong>de</strong>liberada? La resistencia contra el final agudo, en el en<strong>de</strong>casílabo, por ejemplo (v. M. Menén<strong>de</strong>z y Pelayo,<br />

Antología <strong>de</strong> poetas líricos castellanos, tomo xIII. boscán, Madrid, 1908, pp. 219 a 226), pudiera fundarse en el instinto<br />

<strong>de</strong> la simetría rítmica. Recuerdo, <strong>de</strong> mi adolescencia, la lectura <strong>de</strong>l Tabaré, <strong>de</strong> zorrilla <strong>de</strong> San Martín, don<strong>de</strong> abundan<br />

las sugestiones musicales (el leit motif, entre otros): el poema se <strong>de</strong>senvuelve en en<strong>de</strong>casílabos y heptasílabos llanos,<br />

salvo unos cuantos pentasílabos arrulladores en las canciones <strong>de</strong> la española cautiva; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchas páginas, en<br />

el primer diálogo entre blanca y tabaré los versos pares se vuelven agudos:<br />

Tú hablas al indio, tú que <strong>de</strong> las lunas<br />

tienes la claridad!<br />

pEDRO hENRíqUEz UREñA | ANtOLOgíA<br />

El cambio <strong>de</strong> los finales llanos a los agudos me produjo la impresión brusca <strong>de</strong> pasar a la plena música, con<br />

extraño compás lleno <strong>de</strong> síncopas.<br />

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