Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
que tus huérfanos no tengan
ni porvenir, patria mía! 178
El supremo cantor de las emociones de los desterrados dominicanos fue José Joaquín
pérez (1845-1900). Según apreciación de Menéndez y pelayo, “para hallar verdadera poesía
en Santo Domingo es preciso llegar hasta José Joaquín pérez y Salomé Ureña de henríquez”.
Son los primeros altos poetas que tuvieron las letras dominicanas.
José Joaquín pérez no era un político, pero sí un patriota y un hombre de bien. Su carácter
apacible lo alejaba de las luchas ardorosas de la política militante, pero así como protestó a
los diez y seis años, en un vibrante soneto, contra la anexión a España, despidió con enérgicas
estrofas a su maestro el padre Meriño, desterrado en 1867 por el gobierno del presidente
báez, y no tardó en verse obligado, a su vez, a abandonar el suelo patrio para ir a deambular
por playas extranjeras. y aunque jamás tuvo ambiciones en la vida pública, fue llamado un
día por uno de sus amigos y compañeros en las actividades de la inteligencia a compartir las
responsabilidades del poder: así, tuvo a su cargo la cartera de Justicia, Fomento e Instrucción
pública durante la breve presidencia del escritor y poeta Francisco gregorio billini. Ante su
tumba, al hacer alusión a esta circunstancia de su vida, Eugenio Deschamps, que despedía
el duelo a nombre del gobierno nacional, coronó esa evocación con una adecuada imagen:
“José Joaquín Pérez, en la altura tempestuosa del poder, me parece una flor derramando
aromas sobre un cráter”.
Fácil es comprender, pues, que la nota política agresiva y violenta, a la manera de Del
Monte, no era la que mejor encuadraba en la lira de José Joaquín pérez. En cambio, la melancolía
recóndita del destierro encontró en él su mejor intérprete. Sus Ráfagas y sus Ecos
del destierro se hicieron famosos; algunas canciones suyas, a las que se incorporó música
anónima, reflejaban nostalgias y amores del terruño, y eran cantadas por el pueblo; 179 pero
la composición poética que lo consagró definitivamente como poeta del destierro fue La
vuelta al hogar, escrita desde el buque que lo reintegraba a la patria en 1874. Esa poesía tiene
música propia; hay en ella tumbo de ola y rumor de espuma:
Ondas y brisas, brumas, rumores,
suspiros y ecos del ancho mar.
¡adiós! que aroma de puras flores
¡adiós! que todo cuanto se alcanza,
dicha, esperanza
y amor me llaman allá en mi hogar.
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¡ya no hay festines patibularios!
¡ya no hay venganzas con que saciar
178 Obras de peña y Reinoso: Lecciones elementales de retórica, Santiago de Cuba, 1882, Espíritu de la masonería
simbólica, Santiago de Cuba, 1882; Lecciones de análisis lógico y puntuación, Santiago de Cuba, 1883; Lectura hecha en
la primera investidura de maestros del Colegio Central de Santo Domingo, 1896; Estudio crítico de Enriquillo, 1897.
179 Entre las canciones más populares de José Joaquín Pérez figura A ti, que comienza: “tiende la noche su
manto lóbrega –reina en silencio la soledad…”, y tiene como retómelo el verso: “tu pobre bardo que piensa en
ti”. Otra es la que empieza así: “Vengo a ver si en mi ausencia guardaste– el amor que al partir te confié…” Obras
de José Joaquín pérez y Matos: Fantasías indígenas, 1877; La industria agrícola, oda, 1882; La Lira de José Joaquín
Pérez, 1928.
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