Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
instrumentos y todo cuanto a esto se hermana y se confunde con un solo propósito aparentemente
inconsciente: hacer patria. Se hizo cuando nuestro “merengue” recibió el fuego crítico
de un grupo de jóvenes cultos de la generación del siglo xIx; se formó y estructuró cuando
desde antaño se conservaron raíces y orígenes en nuestro arte musical popular o serio; se
consolidó en fin, después del inmortal Juan Bautista Alfonseca, con Pablo Claudio, José de
Jesús Ravelo, peña Morell y Juan Francisco garcía, para nosotros columnas imperecederas
y altísimas de nuestra evolución musical.
Rodríguez Demorizi ha escrito un libro, por así decirlo -y porque mucha gente pensará
también en esto- aparentemente alejado de su metodología y ortodoxia habitual. Es que en
el consagrado escritor y sobre todo en el investigador, existe una razón de ser que le impulsa
a incursionar en campos que aparecerían, y es aquí donde sería errado creerlo así, como
vedados a sus clásicos afanes. Lo hizo ya una vez con el Refranero dominicano; lo repite ahora
con los atractivos aspectos que llenan un vacío en la musicografía dominicana.
No debemos entusiasmarnos pura y simplemente con la lectura de Música y baile en Santo
Domingo, y apreciarla como una relación de situaciones pasadas en una faceta de nuestra
vida nacional. El volumen que con alto y privilegiado honor prologamos, será de ahora en
adelante elemento valioso de consulta e ineludible compañero de quienes se interesan en la
morfología de nuestros géneros de danza, así como de nuestros instrumentos. Después de
todo, el Santo Domingo de ayer y de hoy tiene preseas para enorgullecerse de sus valores
tradicionales y de su espiritualidad.
Rodríguez Demorizi no hace otra cosa que eso: ofreceros un pedazo de patria en una
nueva producción de su fecundo intelecto.
Santo Domingo,
mayo de 1971.
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Enrique de Marchena Dujarric