Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO I
casi razonado de voces cubanas, que dio a las prensas en 1836. La obra contiene, sin duda, deducciones
un tanto caprichosas, pero goza de prioridad en su publicación sobre los demás
diccionarios de americanismos. 133
El núcleo de profesionales e intelectuales dominicanos que arraigaron en Cuba como
consecuencia de las corrientes emigratorias de fines del siglo XVIII y principios del XIX, tiene
otras figuras valiosas, aunque de menor importancia: el jurisconsulto Gaspar de Arredondo
y pichardo (1773-1859), nacido en Santiago de los Caballeros, que luchó en su juventud contra
las invasiones haitianas, pasó a Cuba en 1805 y allí desempeñó importantes cargos en la
judicatura; 134 otro jurista notable, Lucas de Ariza (1786?-1856); José Antonio bernal y Muñoz
(1775-1853), catedrático de anatomía en la Universidad de La habana y autor de varios trabajos
y folletos sobre cuestiones médicas; Fray José Félix Ravelo, que fue Rector de la Universidad
de La habana en 1818, el afamado criminalista José gregorio quintanó y Valera (1773-1847), y
Juan de Mata tejada (1790-1835), introductor de la litografía en Cuba. tejada nació en Santiago
de los Caballeros, emigró en su adolescencia a Cuba, cursó sus estudios en la Universidad
de La habana, obtuvo el título de abogado y fue a ejercer su profesión en Santiago de Cuba.
Allí se le nombró profesor de Dibujo y geometría en el Colegio Seminario de San basilio el
Magno, porque en lo que realmente sobresalía era en el dibujo y la pintura. Se dedicó, además,
a burilar la piedra, y en 1824 presentó algunos trabajos litográficos, que fueron los primeros
que se hicieron en Cuba, y probablemente en el resto del mundo hispanoamericano.
VII. La reconquista y la primera independencia
Consumada la reconquista de Santo Domingo para España en 1809, se inició un período
bastante sosegado de administración colonial, sin sobresaltos ni agitaciones políticas, porque
aun cuando hubo algún conato de protesta armada, fue reprimido rápidamente. A ese
período lo calificó el pueblo, con ironía jovial, “la España boba”. Muchos dominicanos que
habían emigrado por causa de los sucesos políticos anteriores, regresaron a la tierra natal.
De España también volvió entonces a la isla un dominicano eminente: Francisco Javier
pérez Caro (1773-1848), investido por la corona con las funciones de comisario regio para
dar organización administrativa a la colonia. pérez Caro había cursado sus estudios en Salamanca,
donde se graduó como licenciado en leyes en 1793. Muy joven aún fue profesor
de esa ilustre casa de estudios y, por breve tiempo, su Rector. Figuró en representación de
Salamanca como vocal de la Junta Suprema de gobierno que se constituyó cuando el pueblo
español se sublevó contra bonaparte. El Consejo de Regencia lo nombró después Ministro
del Consejo de España e Indias. Llegó a Santo Domingo en 1810. En el cumplimiento de
133 Esteban pichardo era hijo de Lucas pichardo y zereceda y de Rosa de tapia y Saviñón, naturales de Santiago
de los Caballeros. Fechas de publicación de sus obras, todas en La habana: Miscelánea poética, que contiene algunos
versos y el arte poético, 1822 (se reimprimió ampliada en 1828); Notas cronológicas sobre la isla de Cuba, 1822; Itinerario
de los caminos principales de la Isla de Cuba, 1828; Autos acordados de la Audiencia de Puerto Príncipe (Camagüey), 1834
(nueva edición, 1840); Geografía de la Isla de Cuba, 1854; El fatalista, 1865. De su Diccionario hay cuatro ediciones:
1836, 1849, 1862 y 1875, las últimas con ampliaciones, además de la que preparó Esteban Rodríguez herrera con
introducción y notas con el nombre de Pichardo novísimo (La habana, 1957). Su Gran Carta geo-topográfica quedó
terminada en 1874.
134 hay un manuscrito inédito de Arredondo y pichardo: Historia de la salida del Licenciado Gaspar de Arredondo y
Pichardo de la Isla de Santo Domingo el 28 de abril de 1805, según hace constar Apolinar tejera en su Literatura dominicana
(1922). Otros miembros de las familias pichardo y Arredondo emigraron también a Cuba, donde sus descendientes se
han destacado en la judicatura, las letras y las artes.
305