Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
meses después a consecuencia de los palos que unos cuantos cobardes le sacudieron aquella
noche, porque dijo que el drama era detestable; el autor se vio privado injustamente de
poder imprimirlo por espacio de algunos meses; el gobierno quiso dar un color político a
una cuestión meramente personal; y se siguió una causa en la que no salieron mal librados
los sujetos sobre quienes, ignoro si con fundamento o sin él, recayó la culpabilidad de los
sucesos de aquella noche. 164
Francisco Javier Foxá fue, pues, quien llevó en Cuba el romanticismo a la escena y uno
de los primeros que cultivaron el teatro romántico en lengua española. Sólo un corto número
de autores españoles lo había precedido: Martínez de la Rosa con La conjuración de Venecia, en
1834; el Duque de Rivas con Don Álvaro, en 1835; garcía gutiérrez, en 1836, con El Trovador,
escrito el mismo año que Don Pedro de Castilla. Si nos atenemos a la fecha del primer estreno
de Foxá todavía lo precede hartzembusch con Los amantes de Teruel, en 1837, y acaso algún
otro autor de menor renombre. A más de estas obras escribió Foxá una comedia en un acto
y en verso: Ellos son, y un drama caballeresco en cuatro jornadas, El templario, estrenado en
diciembre de 1838. El éxito de su teatro, defectuoso y efectista, fue efímero, porque descansaba
solamente en la novedad y en el entusiasmo con que la gente moza acogió al heraldo
de una nueva tendencia literaria.
Narciso Foxá y Lecanda (1822-1883), hermano del autor de Don Pedro de Castilla, nació
en puerto Rico, recién emigrados de Santo Domingo sus padres, y se vinculó también a la
vida literaria de Cuba, a donde llegó apenas al año de nacido. En La habana publicó, en
1846, un llamado Canto épico sobre el descubrimiento de América por Cristóbal Colón y tres años
después, en Madrid, un volumen con sus Ensayos poéticos.
Otros muchos dominicanos emigraron a Cuba, pero desde el punto de vista de su actividad
intelectual apenas importa mencionar algunos más: Manuel garay heredia (n. 1810),
que de 1830 a 1837 publicó versos de mediana inspiración en La Aurora de Matanzas y en El
Aguinaldo Habanero, y murió en plena juventud; Antonio Angulo y heredia, nacido en Santo
Domingo en 1800, pariente y homónimo de otro Antonio de idénticos apellidos (1837-1875),
cubano de ascendencia dominicana, que dictó un interesante curso de conferencias sobre
goethe y Schiller en el Ateneo de Madrid. Un hermano del Antonio Angulo dominicano,
José Miguel Angulo y heredia (1807-1879), fue abogado como él, escritor a ratos y a ratos
poeta, pero no nació en Santo Domingo sino en La habana. todavía puede agregarse algún
nombre más: el del sencillo y modesto orador sagrado Manuel Miura y Caballero (1815-1869)
y el de la poetisa Natividad garay, que vivió la mayor parte de su vida en Matanzas y allí
escribió en 1850 un Canto a los dominicanos después de la batalla de las Carreras, ganada por el
general Santana frente a las huestes haitianas un año antes.
por último, falta mencionar a los hermanos Angulo guridi: Javier (1816-1884), nacido
en Santo Domingo, y Alejandro (1818-1906), nacido en puerto Rico, a donde emigraron sus
padres, que eran dominicanos. Los dos hermanos vivieron en Cuba desde temprana edad,
regresaron a Santo Domingo años después de proclamada la independencia y desempeñaron
importante papel en la vida literaria dominicana.
En Santo Domingo había quedado un núcleo de hombres ilustrados, pero la vida intelectual
era precaria. Desde 1823 no había Universidad. habían desaparecido las escuelas que
existieron en tiempo de la dominación española. Los “colegios nacionales” que estableció el
164 Isla de Cuba pintoresca, histórica, política, literaria, mercantil e industrial, por J. M. de Andueza, Madrid, 1841.
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