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EUgENIO MARíA DE hOStOS | MORAL SOCIAL
Por esa misma razón cabe afirmar que, entre los libros que escribió, el que mejor se presta
para darnos a conocer su personalidad es su Tratado de Moral. De ese tratado se publicó aisladamente
en 1888 la parte dedicada a la Moral social, y cuatro ediciones se han hecho después
en igual forma. La única edición en que vio la luz el Tratado de Moral, completo, fue la del
centenario del nacimiento de hostos (1939), que agrega, aunque en forma de breve esbozo,
la Moral natural y la Moral individual, además de unos sustanciosos Prolegómenos.
Al ser requerido por sus discípulos dominicanos en 1888 para que publicara la Moral,
hostos se limitó a dar a la estampa la Moral social, aunque había dado a su Tratado de moral
una división tripartita, a la vieja usanza que repartía en tres grupos los deberes morales del
hombre: para con Dios, para consigo mismo y para con sus semejantes.
Algunos positivistas, como el gran antillano Enrique José Varona, desecharon esa división
tradicional, y toda su moral gira en torno a este postulado: El hombre es moral porque
es social". La moral de Varona, es pura y escuetamente, moral social, ya que él propugna
la tesis de que el valor moral de un acto está en relación con su carácter social; de donde
resulta que el hecho de vivir asociados los hombres es lo que da relieve y matiz a los actos
de cada uno de ellos en relación con los demás.
hostos, aunque de algún modo quiso ser consecuente con la tradición de una moral
tripartita, sólo se decidió a publicar su Moral social, dejando a un lado su Moral natural y su
Moral individual. De éstas trazó simplemente un brevísimo esbozo: veintidós páginas abarcan
en la edición del centenario sus nociones de Moral natural, y todavía menos, pues no
pasan de dieciséis, las de su Moral individual. Spenceriano, como Varona, sobre todo en las
tendencias a que dio preferencia en su madurez, hostos parece haber vacilado, en el andar
de los tiempos, en cuanto al concepto tripartito de la moral.
Se completa el texto de la Moral social de hostos, en la edición del centenario, con unos
cuantos ejemplos de Moral social objetiva, con el propósito de hacer resaltar en qué forma
y con qué espíritu los hombres y las instituciones cumplen mejor su misión en el orden de
la utilidad social. Esta sección de moral objetiva nos da a conocer cómo trabajaba hostos
en la enseñanza: el maestro puede sustituir los ejemplos que están en el libro por otros que
despiertan igual interés en el alumno, pues lo que importa es el carácter objetivo de la lección.
Abundan en esos ejemplos los que pueden entresacarse de figuras excepcionales de la
humanidad: Confucio, Sócrates, Colón, Washington, Miranda, bolívar, San Martín, Sucre,
y no faltan algunos relativos a las Antillas, y en especial a Santo Domingo: ya acerca de sus
próceres, como Duarte y Sánchez, o de sus hombres útiles, como gregorio Riva, ya acerca
de plausibles actitudes e iniciativas de sus provincias y municipios: La provincia de Santiago
de los Caballeros, el municipio de Santo Domingo, la erección del templo de baní.
Con ejemplos tales guardaban íntima relación las lecciones que en la Escuela Normal
de Santo Domingo dictaba hostos, o hacía dictar por algún profesor, sobre historia y
moral de cada día. En esa clase, día a día, tomando como punto de partida lo que había
ocurrido en las últimas veinticuatro horas, se formulaban comentarios ejemplificadores
sobre personas y acontecimientos, lo mismo los de importancia mundial que los de significación
meramente local.
El maestro debía en cada caso, presentar los ejemplos, compendiándolos en pocas líneas,
como introducción a la clase de ese día; y debía reservar un espacio de tiempo suficiente
para el comentario que podían hacer los alumnos y para el debate que ese comentario
pudiera provocar.
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