Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

NOtA DE LOS EDItORES
La Colección Pensamiento Dominicano, que ya cuenta con nombres tan ilustres
como los de Emiliano tejera, Américo Lugo y pedro henríquez Ureña, entre otros,
se honra hoy, de modo extraordinario, al agregar a esos altos nombres
el del egregio Maestro antillano Eugenio María de hostos, en la obra magistral
que mejor lo representa, la Moral Social,
cuya primera edición apareció en Santo Domingo en 1888.
para la Librería Dominicana es motivo de viva satisfacción ofrecer,
en esta nueva edición de Moral Social, el brillante estudio que a su petición
ha escrito el Dr. Max henríquez Ureña, gloria de las letras dominicanas,
recién reintegrado a su patria.
pRóLOgO
hOStOS, MAEStRO E ILUMINADOR
¡Espíritu esclarecido y de facetas múltiples, el de Eugenio María de hostos! tuvo, ante
todo, vocación magisterial, y por eso la parte más extensa de su prolífica obra (recogida
en veinte volúmenes al cumplirse los primeros cien años de su nacimiento), la componen
los textos que dictó de viva voz a sus alumnos, ya sobre Derecho Constitucional, ya sobre
Sociología, ya sobre Moral o pedagogía, pues en campos muy diversos espigó aquel atleta
del pensamiento, siempre para desarrollar conceptos propios y exponer teorías originales.
porque lo que esclaviza el interés del lector en los escritos de hostos es la gran fuerza original
de su pensamiento, y la claridad y entereza con que sostenía sus ideas, sin preocuparle que
éstas, en muchos casos, no fueran compartidas sino por un reducido grupo de hombres que
se hermanaban con él en la audacia del pensamiento.
En el campo de la pedagogía fue un innovador que se anticipó a no pocas orientaciones
que años más tarde se abrieron paso en el mundo; y es su labor como maestro la
más amplia y fecunda de cuantas le fue dable realizar. Algunos de sus escritos literarios,
como los que dedica a Hamlet y a Romeo y Julieta, acreditan en él una sagacidad crítica
poco común. y aunque no gustaba de la producción artística como mera fruición y pasatiempo,
alguna vez hizo versos y compuso música. también fue autor teatral ingenioso
y ameno, si bien sus creaciones escénicas sólo fueron escritas para representarse en el
hogar y en la escuela. pero aún en esas obras de entretenimiento aspiraba él a encarcelar
alguna idea útil o algún principio moral, pues miró siempre con prevención y reservas
toda producción literaria cuyos valores éticos no estuvieran por encima de los valores
estéticos.
"Hostos, –comentaba Pedro Henríquez Ureña–, sospecha conflictos entre belleza y
bien: resueltamente destierra de su república interior a los poetas si no se avienen a servir,
a construir, a levantar corazones". De esa suerte, hostos estampa en su Moral social esta
aseveración atrevida y excesiva: "Los más grandes líricos del siglo han sido los más grandes
corruptores de su tiempo".
Enérgica es su requisitoria contra la novela. primero lanza el seco anatema: "la novela
es necesariamente malsana", pero a la postre hace una concesión: "la novela, género que
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