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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

Acerca <strong>de</strong>l merengue<br />

Del merengue, tan en boga en nuestros días, generalmente consi<strong>de</strong>rado como nuestro<br />

baile típico, apenas se conocen los orígenes.<br />

No lo menciona Moreau <strong>de</strong> Saint Mery en su prolija Descripción <strong>de</strong> la parte española <strong>de</strong><br />

Santo Domingo, <strong>de</strong> 1797, ni en su opúsculo La danse, <strong>de</strong> 1800. tampoco hay noticias <strong>de</strong>l merengue<br />

en la curiosa reseña <strong>de</strong> los bailes <strong>de</strong>l país escrita por William Walton, Secretario <strong>de</strong><br />

Sánchez Ramírez hacia 1810.<br />

Las primeras noticias acerca <strong>de</strong>l merengue las encontramos en 1854.<br />

En el bello periódico El Oasis, <strong>de</strong>l 26 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1854, <strong>de</strong>cía el poeta Eugenio perdomo,<br />

tras el seudónimo <strong>de</strong> Ingenuo:<br />

y cuando dan principio al merengue. ¡Santo Dios! El uno toma la pareja contraria, el otro corre<br />

<strong>de</strong> un lado a otro porque no sabe qué hacer, éste tira <strong>de</strong>l brazo a una señorita para indicarle que<br />

a ella toca merenguear, aquél empuja la otra para darse paso, en fin, el más elegante trastorna una<br />

figura y hace recaer la falta sobre su pareja, todo es una confusión, un laberinto continuo hasta<br />

el fin <strong>de</strong> la pieza.<br />

Días <strong>de</strong>spués, en el mismo periódico, el 7 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1855, apareció esta página calzada<br />

con el seudónimo <strong>de</strong> Eliodoro:<br />

A ISMENES<br />

De nada ha valido amigo tu cuarta pregunta <strong>de</strong>l número último <strong>de</strong> El Oasis, ningún caso se le<br />

ha hecho; tal vez porque no la habrán leído por falta <strong>de</strong> los cinco pesos, o porque son tan estúpidos<br />

que no la habrán comprendido. ¿Será posible que en una reunión <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>centes,<br />

<strong>de</strong> respeto, <strong>de</strong> <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, se cometan tales faltas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cencia, <strong>de</strong> <strong>de</strong>coro y <strong>de</strong> miramiento? ¿que<br />

esos Señoritos no tengan bastante po<strong>de</strong>r sobre sí, para abstenerse <strong>de</strong> bailar el merengue con esas<br />

figuras tan ridículas, por no <strong>de</strong>cir otra cosa? Eso es no tener respeto ni aun a sí mismo.<br />

que una persona sin educación y que no haya frecuentado socieda<strong>de</strong>s, cometa esos excesos<br />

allá en sus bacanales, que baile a su modo <strong>de</strong> tal o cual manera, es excusable, no saben hacerlo<br />

mejor; pero que los que se dicen <strong>de</strong>centes, traten <strong>de</strong> ofen<strong>de</strong>r públicamente al buen <strong>de</strong>coro <strong>de</strong> la<br />

sociedad, es imperdonable. No pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir que es la manera más cómoda <strong>de</strong> bailar, porque<br />

tienen que hacer mucha fuerza para llevar la pareja tan cerrada, el brazo levantado más alto que<br />

la cabeza, llevando la mano <strong>de</strong> la Señorita a la espalda sobre sus hombros. No tan solo van ellos<br />

incómodos, sino que tienen molesta a la pareja, y molestan también a los <strong>de</strong>más que van bailando<br />

y a los que miran. A mí en el baile <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> año nuevo, dos o tres veces poco faltó para que<br />

me sacara un ojo o me diera en el sentido con un codo, uno <strong>de</strong> estos furibundos bailadores que<br />

me perseguía <strong>de</strong> cerca y parece que conocía que me repugnaba verlo bailar.<br />

yo estoy dispuesto a, si se continúa bailando <strong>de</strong> ese modo, no volver a sala <strong>de</strong> bailes ni permitir<br />

a ninguno <strong>de</strong> mi familia que vaya. Así, querido Ismenes, unamos nuestros esfuerzos, tú con tus<br />

preguntas, el crítico con sus críticas y yo con mis quejas, para ver si <strong>de</strong>sterramos este <strong>de</strong>testable<br />

baile <strong>de</strong> tan poco gusto.<br />

Eliodoro.<br />

también en El Oasis, <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> enero, se publicó otro escrito <strong>de</strong> Ingenuo, <strong>de</strong>l poeta perdomo:<br />

Sobre el merengue, poco te diré, porque muy poco es lo que tengo que <strong>de</strong>cirte, en vano será<br />

criticar que nada conseguirá mi crítica, lo mejor es el ejemplo, así pues si a ti te repugna ya ese<br />

maldito merengue que se está bailando in<strong>de</strong>centemente, procura ser uno <strong>de</strong> tantos que lo bailan con<br />

<strong>de</strong>cencia, insta a tus amigos a que sigan tu ejemplo y pronto echarás <strong>de</strong> ver las mejoras que esto<br />

producirá en la sociedad. ¡Ojalá puedas con tu ejemplo <strong>de</strong>sterrar <strong>de</strong> entre nosotros esos malos<br />

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