Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
hermano, por la carrera de abogado, se dirigió a España, y en toledo alcanzó los grados de
Maestro en Artes y Doctor en Leyes. Reunidos en Madrid los dos hermanos, colaboraron
en el Correo de los Ciegos, de 1786 a 1790, generalmente sobre temas jurídicos y políticos.
también fueron miembros fundadores de una Academia de Literatos Españoles fundada
en Madrid en 1785, de la cual formó parte otro dominicano, el canónigo Antonio Sánchez
Valverde. tomaron después rumbos diferentes.
Antonio fue nombrado en 1787 oidor de la Audiencia de Charcas, cargo que desempeñó
durante bastantes años, gobernador de la provincia de puno, en el perú, Regente
de la Audiencia de guadalajara (México) en 1809 y, por último, Consejero de Indias. En
forma de volumen publicó en Madrid, en 1787, una Disertación histórico-canónica sobre
las exenciones de los regulares de la jurisdicción ordinaria, con el pseudónimo de Francisco
de Osorio.
Jacobo tuvo una actuación literaria más constante, a la cual asociaba las funciones
públicas que desempeñó: corregidor de letras y justicia mayor de Alcalá de henares en
1787, se ocupó con interés en mejorar la enseñanza pública; oidor de la audiencia de
guatemala en 1792, dirigió la Gaceta y fundó la Sociedad Económica; Alcalde del crimen
en la Audiencia de México en 1805, fundó ese mismo año con el político e historiador
Carlos María bustamante el segundo periódico diario que vio la luz en la América española:
el Diario de México, que subsistió hasta 1817. Volvió a España en 1814 y fue oidor
de la Audiencia de barcelona. Constituido México en nación independiente, regresó,
fue Regente de la Audiencia en 1824, y años después ministro de la Corte Suprema de
Justicia, cuya presidencia desempeñaba cuando murió. Su influencia moral fue considerable
dondequiera que le tocó desarrollar sus actividades, merced a la firme austeridad
que fue norma invariable de su vida útil. Su estilo era severo y pulcro y es uno de los
primeros escritores hispanoamericanos cuyo nombre puede citarse en relación con la
novela, siquiera sea en forma de traducciones y adaptaciones, como las Memorias para
la historia de la virtud, que publicó en Alcalá de henares en 1792, traducción de Memoirs
of Miss Sydney Bidulph, de Francés Sheridan, aunque su versión no es directa del inglés,
sino de la traducción francesa. publicó además en Madrid La escuela de la felicidad, que
declara ser una “traducción libre del francés, aumentada con reflexiones y ejemplos,
y dio a la estampa con el seudónimo anagramático de Diego Rulavit y Laur, en 1786; y
Pensamientos escogidos de las máximas filosóficas del emperador Marco Aurelio…, impresa
también en Madrid con el pseudónimo de Jaime López el mismo año. 120
Entre los escritores dominicanos del siglo xVIII no debe silenciarse el nombre de Antonio
Meléndez Bazán, que según parece nació a fines de la centuria anterior y se sabe que
murió en México en 1741, aunque sólo cabe considerarlo como jurisperito, algunos de cuyos
alegatos fueron recogidos en folleto, como su Memorial jurídico por Doña Mariana Cantabrana
sobre derecho a la herencia de su nieto difunto sin testamento, publicada en México en 1714; y
su Exposición del derecho del Tribunal del Consulado de México para erigir ciertas contribuciones,
impresa también en México en 1718. Meléndez bazán había emigrado a México muy joven
aún, y allí llegó a desempeñar importantes funciones públicas, entre ellas las de Decano
120 Sobre los hermanos Villaurrutia pueden consultarse la Biblioteca Hispano-Americana Septentrional, por José
Mariano beristain de Souza (3. vols., México, 1816-1821); y Novelistas y oradores mexicanos, por Francisco pimentel
(Obras completas, t. V, México. 1904). Sobre Jacobo de Villaurrutia y la novela inglesa, las Apuntaciones sobre la novela
en América, por pedro henríquez Ureña, buenos Aires, 1927 (separata de Humanidades, t. xV).
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