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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

Esto sucedió en 1844, y todavía en 1856 estaban guerreando las dos vecinas.<br />

y bien fuera la guerra con los enemigos, si también no dividiera a los hermanos; pero<br />

cada lucha nacional incubaba una lucha civil, y así llegaron a 1861, en que, por segunda vez,<br />

intentaron los malos hijos <strong>de</strong> su patria reesclavizarla a España.<br />

La anexión a España y la sangrienta guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que inmediatamente subsiguió<br />

a aquella <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> Santana, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, y a aquel error <strong>de</strong> O'Donnell,<br />

primer Ministro <strong>de</strong> Isabel II, llenó otros cuatro años <strong>de</strong> aquella vida social tan luctuosa.<br />

Al fin, Quisqueya volvió a ser señora <strong>de</strong> sí misma.<br />

Mas no para curarse <strong>de</strong> los males <strong>de</strong> la guerra, sino para recomenzar la obra <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción.<br />

III<br />

Durante el coloniaje, Santo Domingo, como concluyó para los colonos españoles por<br />

llamarse la Isla con tantos nombres conocida, no progresó. Ella, como las Antillas hermanas,<br />

vivió en abandono casi total <strong>de</strong> la metrópoli. pero, al menos, la población que logró arraigarse<br />

en ella, pudo ir formando poco a poco una sociedad bastante homogénea en que prevalecía<br />

la raza conquistadora, así en influencia social, como en relativa cultura y en número.<br />

habían <strong>de</strong>saparecido los indígenas, que el doloroso error <strong>de</strong> Las Casas y los intereses<br />

siempre sordos a la justicia, habían sustituido con esclavos negros.<br />

Estos componían la casta abyecta; los blancos eran la clase privilegiada.<br />

Mas como, por una parte, los restos <strong>de</strong> la colonización española, que, al principio <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>scubrimientos, principalmente en el segundo viaje <strong>de</strong> Colón y en la expedición <strong>de</strong> Ovando,<br />

había sido muy selecta, constaban <strong>de</strong> una consi<strong>de</strong>rable porción <strong>de</strong> familias hidalgas; y<br />

como por otra parte, la falta <strong>de</strong> estímulos había reducido la producción industrial <strong>de</strong>l país<br />

al espontáneo crecer <strong>de</strong> greyes y rebaños en los hatos, y a la siembra y cosecha <strong>de</strong> algunas<br />

plantas <strong>de</strong> alimentación, y el trabajo <strong>de</strong> los esclavos era blando, las dos clases sociales vivían<br />

en recíproca estimación, contenta <strong>de</strong>l buen trato <strong>de</strong> la blanca la clase esclava, contentos <strong>de</strong><br />

los servicios humil<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los negros, sus señores.<br />

La vida semi-pastora, la uniformidad <strong>de</strong> días sin sucesos, la regularidad <strong>de</strong> faenas en<br />

los campos y <strong>de</strong> hábitos en las pocas poblaciones, que, con el nombre pretencioso <strong>de</strong> villas<br />

y ciuda<strong>de</strong>s, reunían en centros uniformes a una porción <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> la colonia;<br />

la indisputada autoridad <strong>de</strong> los españoles, ante quienes todos se rendían, y la aun más<br />

indisputada autoridad <strong>de</strong>l clero seglar, que no era numeroso, y <strong>de</strong>l clero regular, que por<br />

adaptación, se había hecho querido e influyente, mo<strong>de</strong>laron <strong>de</strong> modo aquella sociedad, que<br />

parecía una gran familia muy conforme, con su suerte, con sus jefes, con sus servidores, con<br />

su régimen y con sus costumbres.<br />

pero cuando los franceses obtuvieron a principios <strong>de</strong>l siglo, en 1801, la cesión <strong>de</strong> la colonia,<br />

aquella asociación <strong>de</strong> buenas gentes empezó a romperse. Muchas familias, por no <strong>de</strong>jar<br />

a España, <strong>de</strong>jaron su patria, y se fueron a puerto Rico, a Costa Firme (Venezuela), a Cuba.<br />

A este primer quebranto <strong>de</strong> la sociedad dominicana subsiguió otro más hondo, y cuando<br />

toussaint y Dessalines penetraron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la que iba a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser colonia francesa a la que<br />

había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser española, la emigración <strong>de</strong> familias solariegas fue tan general, que si<br />

algunas no hubieran regresado a su patria, acaso no habría habido embrión caucásico <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar la porción blanca que en la población actual <strong>de</strong> la República Dominicana<br />

lucha por reivindicar sus antiguos fueros y primacías.<br />

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