Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
de esta moraleja: “contra el verdadero mérito y la buena opinión que con él se gane, nada
pueden las calumnias de la envidia”:
De este tiro acabóse su privanza,
cayó por tierra su soberbio imperio.
¡qué dulce es la esperanza
de salir de su yugo y cautiverio!
Su júbilo y placer así explicaba
una araña después de haber concluido
de sus débiles hilos un tejido
en que prender al Águila intentaba.
Su colérico enojo le nacía
de ver cuán alto vuelo
la reina de las aves emprendía
de su morada a la región del cielo,
que todo vil insecto
de lo bueno y lo grande es desafecto.
Viene el Águila, observa su embarazo,
muestra una garra y desbarata el lazo.
Si el valimiento y la opinión estriban
en mérito y virtud sobresalientes,
de la envidia los tiros impotentes
su solidez afianzan, no derriban. 148
Fue Núñez de Cáceres quien, el primero de diciembre de 1821, proclamó la primera
independencia dominicana y constituyó el Estado Independiente de haití Español, poniéndolo
bajo el amparo de la bandera de Colombia. La Declaratoria de Independencia del pueblo
dominicano, escrita por él, tiene el ardor de aquel espíritu vehemente y altivo, y es a la vez
un documento de altura, escrito con clara elocuencia. Sus ideas políticas eran las predominantes
en aquel gran momento de sacudimientos revolucionarios, y arrancan del Contrato
social, según puede apreciarse por estos párrafos:
“Sabemos con evidente certeza que los hombres renunciaron la independencia del estado
natural para entrar en una sociedad civil que les afiance de un modo estable y permanente
la vida, la propiedad y la libertad, que son los tres principales bienes en que consiste la felicidad
de las naciones. para gozar de estos derechos se instituyen y forman los gobiernos,
derivando sus justos poderes del consentimiento de los asociados; de donde se sigue que si
el gobierno no corresponde a estos esenciales fines, si lejos de mirar por la conservación de la
sociedad, se convierte en opresivo, toca a las facultades del pueblo alterar o abolir su forma
y adoptar obra nueva que le parezca más conducente a su seguridad y futuro bien”.
148 Con el pseudónimo El fabulista principiante, que Núñez de Cáceres usó más de una vez, se publicó esta fábula
en El Duende, sin la moraleja que la precede, cuyo texto proviene de los papeles inéditos de Núñez de Cáceres. Agradezco
la copia de esos papeles a Rafael Matos Díaz, que tan útiles investigaciones realizó en México sobre Núñez de
Cáceres y pudo determinar el lugar donde se encontraban sus restos, que hoy descansan en el suelo patrio. En los
números que de El Duende se conservan aparecen las fábulas arriba mencionadas, y además La lechuza y la cigüeña,
pero faltan El palomo, la paloma y la lechuza y El camello y el dromedario. publicó esta última Eduardo Matos Díaz en
Analectas (junio 1937).
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