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EMILIO RODRígUEz DEMORIzI | pINtURA y ESCULtURA EN SANtO DOMINgO
VI. CINEMAtógRAFO
El programa que hizo circular el señor Greco anunciando la última función cinematográfica atrajo
anoche gran concurrencia a La Republicana. El público aplaudió mucho algunos de los cuadros
de la exhibición, impresionándole agradablemente los números 6 y 7 de la tercera parte del
programa o sean “cargas a salto por la caballería italiana” y “carga de caballería por los húsares
de Czarina”.
Al final el respetable pidió, como de costumbre, algunos cuadros de la corrida de toros, siendo
complacido inmediatamente.
Felicitamos al señor greco por el éxito de la noche del martes y hacemos público para su conocimiento
que parte, del público vería con gusto el anuncio de una nueva exhibición.
El Cronista.
posteriormente, en 1907, en el mismo local fue instalado otro cinematógrafo, de Lumiére,
traído al país por el puertorriqueño Fundador Vargas. 150
todavía en 1912 el Cine estaba, puede decirse, en sus albores. basta señalar los títulos
de las películas de entonces:
Aventuras de Polidor, El ataúd de cristal, El curioso impertinente, Cebollino divierte a su hermana, Pesca
fatal, Corrida de toros en Madrid, Sansón y Dalila, Don Toribio luchador, Debut de un sportman, La
fragua infernal.
En sus comienzos, el Cine era como un teatro en que apenas se pasaba del sainete,
breves películas cómicas que fueron cediéndoles el paso a las largas películas, a veces en
serie, semejantes a los extensos dramas de capa y espada. Es curioso que desde entonces se
pusieran de moda los “documentales”, aunque un poco retrasados, como La muerte de Maceo
y El ataque de Punta Brava, suceso de 1896, visto aquí en el Cine de greco en 1901; como el
Ataque por mar a Cuba y La visita del Presidente Sam, de haití.
Alejandro Leonetti y José Russo, en La Vega, Carlos ginebra en puerto plata, Santiago
y Santo Domingo, fueron los grandes impulsores del progreso del Cine en la República, a
los cuales debe sumarse el nombre de Joaquín ginebra. 151
El Cine, pues, se propagó muy pronto por toda la Nación hasta alcanzar el auge de
nuestros días, culminante en el prodigioso invento de la televisión.
150 Acerca del cinematógrafo de entonces, véanse diversas gacetillas en Listín Diario, S. D., del 4 al 30 de julio de 1907.
151 En una carta de 17 de noviembre de 1960 nuestro distinguido amigo don Joaquín ginebra nos dio las siguientes
noticias acerca de la cinematografía en el país:
“Mi padre (Carlos ginebra) y mi tío José ginebra, se asociaron en el año 1913 con un distribuidor de películas
llamado Don Santiago Roque, español, y fundaron la Compañía Cinematográfica del Cibao. Al principio era mi tío José
quien administraba el negocio debido a que mi padre era aún Senador por la provincia de puerto plata. Acababa de
ser asesinado el presidente Cáceres y era entonces el gobierno del presidente Victoria, cuando nació esa Empresa.
Más tarde, al tener que irse para La Romana mi tío José, éste le vendió a mi padre su parte y el negocio perteneció
totalmente a mi padre. Los dos hermanos ginebra construyeron el teatro Colón de Santiago, en la calle 30 de Marzo,
que fue más tarde vendido al Sr. Arturo Espaillat Grullón, quien construyó el moderno edificio que hay ahora.
Anteriormente aquí, en Santo Domingo, hubo otro empresario de nombre Vargas, quien exhibió algunas películas
en el Teatro La Republicana.
Más tarde, mi padre se inició en el negocio de distribución de películas. Fue a puerto Rico y vino con la representación
de la Universal, La Metro, La Fox y más tarde la Warner Bros. Entonces necesitó extender sus movimientos y
vino de Puerto Plata e instaló una oficina en Santo Domingo, y trabó relaciones con el Sr. Juan Bta. Alfonseca, quien
manejaba el teatro Colón, que estala en el patio de la ahora Casa de España.
(Favor de acordarte, cuando vivíamos en el Edificio Dr. Pozo que estaba el patio de este cine en la parte atrás
de donde residíamos).
El Sr. Juan bta. Alfonseca fue también quien construyó el teatro Independencia, que fue inaugurado con la
Compañía de Operetas gatinni-Angellini. por tanto Alfonseca fue el pionero aquí en la Capital.
Las películas más aplaudidas entonces y de más público fueron: El Ataúd de Cristal, El Príncipe Loco, Zigomar, La
horizontal y las películas de la bertini y de la Manzini, dos artistas italianas de fama mundial”.
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