Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
anexión frustrada a los Estados Unidos de América en 1872) y la patética evocación En el
cadalso. A esos romances se agrega otro, no incluido en la misma colección, en el cual desfilan,
como en patriótico calidoscopio, Los mártires de la libertad dominicana. Más de una
vez evocó la memoria de Duarte en sonetos que revelan su reverente devoción por el prócer
fundador de la nacionalidad. ya en plena senectud entonó un canto a La bandera trinitaria
y conmemoró en el soneto ¡Ave, Patria! el centenario de la independencia. Cuando escribió
esta última composición, fruto de su espíritu siempre lúcido y siempre joven, le faltaban
apenas cuatro años y meses para cumplir a su vez un siglo de existencia. 185 Murió, en plena
lucidez mental a los 103 años y cinco meses de edad.
Fervoroso partidario y cooperador de las luchas por la independencia de Cuba, escribió
cuando contaba cuatro lustros, –a raíz de haber estallado en la Antilla vecina la revolución
que se inició en yara en 1868 y se prolongó durante diez años–, un himno a Cuba libre. Las
luchas de Cuba por su independencia encontraron eco ferviente en la poesía dominicana
desde aquel entonces: el tema de Cuba vino a ser un complemento de la poesía patriótica
nacional. Así, durante esa primera revolución de independencia de Cuba, –la llamada “guerra
de los diez años”–, no fueron pocos los poetas dominicanos que manifestaron su adhesión
a la causa cubana: José Francisco pellerano (1844-1889) en su soneto A Cuba; Salomé Ureña
en su poesía Una esperanza, en contestación a unos versos que le dedicó el emigrado cubano
Enrique Coronado; José Joaquín pérez en Cuba y Puerto Rico… Esa adhesión se inspiraba
en una concepción política, que había cobrado mayor fuerza después del período de la
anexión a España: la independencia de las Antillas españolas, –no sólo la de Cuba, sino
también la de puerto Rico, como lo evidencian los versos de José Joaquín pérez–, había de
ser garantía y complemento de la independencia dominicana y de la de toda la América
hispana. Ese anhelo fue la crisálida de otra aspiración que se desenvolvió en la mente de
muchos próceres antillanos: la Confederación de las Antillas. y José Martí, que en las Bases
del Partido Revolucionario Cubano, fundado por él en 1892, hizo incluir la declaración de que
el propósito que perseguía esa organización era el de obtener la independencia de Cuba
y favorecer la de puerto Rico, vaticinó que las Antillas habían de salvarse juntas o juntas
habían de perecer. Aparte de esa concepción que tenía su raigambre en la conciencia de un
destino común, para los dominicanos existía otra de carácter sentimental: los pueblos de
las dos Antillas se habían sentido firmemente vinculados a lo largo de la historia, y Cuba
fue algo así como una prolongación de la patria natural para muchas familias dominicanas
que emigraron por causa de las invasiones haitianas: en Cuba vivían muchos de los Angulo,
Aponte, Arán, Ariza, Arredondo, bernal, Caballero, Cabral, Campuzano, Caro, Correa, Del
Monte, Díaz páez, Fernández de Castro, Foxá, garay, guridi, heredia, Lavastida, Márquez,
185 Obras de Fed. henríquez y Carvajal: La hija del hebreo, drama en verso, 1883; Ramón Mella, discurso, 1891;
Informe presentado por el Señor Ministro Plenipotenciario y Presidente de la Delegación Dominicana en la Segunda Conferencia
Internacional Americana reunida en México, 1902; Juvenilia, poesías, 1904; Dolorosa, poema, 1909; El derecho público
internacional y la guerra, 1915; Discurso pro Duarte, 1916; Páginas electas La Vega, 1918; Cuba y Quisqueya, conferencias,
1920; Rosas de la tarde, gibara, 1923; Guarocuya: El monólogo de Enriquillo, 1924; Todo por Cuba, 1925; Nacionalismo,
1925; Del amor y del dolor, poesías 1926 (2ª ed., barcelona, 1932); Páginas electas, tópicos jurídicos e internacionales,
1926; Mi álbum de sonetos, 1927; Ética y estética: I. Páginas breves, 1929 II: Almas y libros, 1929; Romances históricos, 1937;
Baní, 1939; Anales de la Universidad de Santo Domingo: Memoria de la rectoría, 1932; Duarte, próceres, héroes y mártires de
la independencia, 1944. Otro volumen semejante que recoge sus múltiples escritos: Apuntes y comentarios sobre Martí;
El poema de la Historia, 1948; y Cuentos, 1950. De la colección de El Mensajero que se conserva en la Universidad de
Harvard, se han preparado tres volúmenes con los artículos periodísticos de henríquez y Carvajal: ya se ha impreso
el primero de esos volúmenes en 1964.
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