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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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EUgENIO MARíA DE hOStOS | pÁgINAS DOMINICANAS<br />

Consi<strong>de</strong>rable parte <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong>l Maestro, quizás la mayor, sus lecciones, prédicas y<br />

discursos improvisados no pudieron recogerse por su carácter oral. Así lo apunta el Dr. Francisco<br />

henríquez y Carvajal, consi<strong>de</strong>rado por Don Félix Evaristo Mejía como el colaborador<br />

más inteligente y estudioso que tuviera el Maestro:<br />

Sus artículos <strong>de</strong> periódicos, sus polémicas, sus gran<strong>de</strong>s discursos, complementan <strong>de</strong> modo prodigioso<br />

la gran obra mental <strong>de</strong> hostos durante los primeros ocho años que pasó en Santo Domingo<br />

consagrado a la enseñanza. y nada es lo que <strong>de</strong> él <strong>de</strong>cimos aquí, porque su gran enseñanza<br />

siempre fue más bien hablada que escrita y lo escrito no expresa todo lo que ella fue.<br />

y en la actualidad, como señala uno <strong>de</strong> los más profundos conocedores <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />

Hostos, el Dr. Fe<strong>de</strong>rico Henríquez y Carvajal, la influencia <strong>de</strong>l Apóstol,<br />

no obstante las alternativas <strong>de</strong> reacción efímera que ha solido oponerle el medio, en días <strong>de</strong><br />

regresiones menguadas o <strong>de</strong> mediocrida<strong>de</strong>s en boga, trascien<strong>de</strong> <strong>de</strong> continuo en todas las manifestaciones<br />

<strong>de</strong>l progreso escolar dominicano.<br />

Esas influencias trascen<strong>de</strong>rán todavía más en diversos aspectos <strong>de</strong> la cultura patria,<br />

ya que ahora se está difundiendo mejor la obra escrita <strong>de</strong>l Maestro y se le ha <strong>de</strong>vuelto a su<br />

palabra, hasta ayer perdida en viejos papeles, inasequibles y dispersos, la vida y la unidad<br />

consagratorias <strong>de</strong> su perenne magisterio.<br />

Esa enorme y proficua labor siempre estuvo animada por la invariable directriz <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>al, por<br />

el cardinal objetivo <strong>de</strong> su vida; coadyuvar a la estructuración <strong>de</strong> una gran<strong>de</strong> América en la que<br />

puerto Rico había <strong>de</strong> formar, junto con Santo Domingo y Cuba, la ardientemente anhelada Confe<strong>de</strong>ración<br />

<strong>de</strong> las Antillas. A lo largo <strong>de</strong> toda su obra, hablada o escrita, hay la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> ese<br />

propósito: antes <strong>de</strong> afirmarlo en su célebre discurso <strong>de</strong> 1884, en la investidura <strong>de</strong> los primeros<br />

normalistas, ya esa era la esencia <strong>de</strong> sus austeras predicaciones.<br />

Los pobres <strong>de</strong> comprensión y <strong>de</strong> espíritu, voces solitarias que apocaron la obra <strong>de</strong> hostos<br />

en Santo Domingo, no pensaron, seguramente, en lo que habría sido la juventud <strong>de</strong> la época<br />

sin sus nobles enseñanzas: más oscuro el caos, más profundas las tinieblas, más prepotentes<br />

las disolventes fuerzas <strong>de</strong>l caudillismo, más pobres y <strong>de</strong>smedrados los frutos <strong>de</strong> la escuela,<br />

menos gloriosa la participación dominicana en la causa <strong>de</strong> las Antillas, menos gran<strong>de</strong> y civilizada<br />

la República.<br />

La vida <strong>de</strong> hostos en Santo Domingo discurrió entre tantos azares, que parecerán increíbles<br />

las proporciones y la extensión <strong>de</strong> su obra si se consi<strong>de</strong>ra el número <strong>de</strong> elementos<br />

adversos que se le opusieron. Las revoluciones que <strong>de</strong> continuo azotaban al país, agotando<br />

sus fuerzas, entorpeciendo todas sus activida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>jando a su paso las más perniciosas<br />

influencias, eran, en primer término, los más graves inconvenientes que se oponían a la<br />

marcha regular <strong>de</strong> su obra, pero él seguía empeñado en ella, como el labrador que se obstina<br />

en sembrar su campo aunque lo invada la pertinaz ortiga y aunque lo azoten frecuentes<br />

vendavales. tenía que luchar contra el rutinarismo y la ineptitud; contra los vicios <strong>de</strong> una<br />

sociedad que había sufrido todos los males que ensombrecen su historia; contra la pobreza<br />

económica <strong>de</strong> la Nación, sin recursos suficientes para facilitar su empresa educativa, necesitada<br />

<strong>de</strong> recursos materiales para <strong>de</strong>senvolverse eficazmente.<br />

Cuando, en 1875, hostos llega por primera vez a la República, pronto ha <strong>de</strong> entregarse<br />

a la angustiosa <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los emigrados cubanos y puertorriqueños <strong>de</strong> puerto plata, lo que<br />

le arrastra a mezclarse en la llamada Evolución <strong>de</strong> enero, <strong>de</strong> 1876, que produjo la caída <strong>de</strong>l<br />

presi<strong>de</strong>nte gonzález. y no bien acaba <strong>de</strong> iniciarse en el magisterio, cuando la certera previsión<br />

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