10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EUgENIO MARíA DE hOStOS | MORAL SOCIAL<br />

y por loca o enfermiza vanidad, las creencias ingenuas y los sentimientos candorosos. por<br />

parte <strong>de</strong> la sociedad entera se falta a la moral y se coadyuva ciegamente al <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n moral,<br />

poniendo un veto a la actividad <strong>de</strong> un órgano tan precioso para la realización <strong>de</strong> la vida<br />

humana, como es el órgano <strong>de</strong> la verdad.<br />

que se someta a examen la realidad. ¿qué mal hay en examinar lo que nuestra naturaleza<br />

racional y consciente nos llama con voz imperativa a examinar y conocer? En cambio,<br />

¿no es un verda<strong>de</strong>ro mal, un mal sistemático, una inmoralidad <strong>de</strong> todos, una conspiración<br />

<strong>de</strong> todos para prolongar el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n moral, negarse todos, y querer obligar a algunos a que<br />

se nieguen a contemplar, observar, examinar, escrutar, reconocer y conocer la realidad en<br />

que vivimos sumergidos?<br />

Eso no pue<strong>de</strong> hacerse ya en nombre <strong>de</strong> la religión, porque hay también una ciencia <strong>de</strong><br />

las religiones que ha enseñado a respetarlas como obra secular <strong>de</strong>l ser humano, y una ciencia<br />

social que enseña a tratar <strong>de</strong> utilizarlas como elemento sociológico.<br />

Si se hace en nombre <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> pensamiento que nos lega cada generación pensante,<br />

también hacemos mal, también esa es obra <strong>de</strong> inmoralidad, causa también <strong>de</strong> inútil lucha. No<br />

obstante lo poco que ha pensado el hombre histórico, cuya vida ha transcurrido en combatir<br />

el no-pensamiento al pensamiento, la no-razón a la razón, la no-conciencia a la conciencia, el<br />

esfuerzo <strong>de</strong> los que han pensado en la historia, junto con el <strong>de</strong>sarrollo fatal, fisiológico, <strong>de</strong> la<br />

razón humana, ha hecho que ésta llegue al segundo período, y tal vez más exactamente, al primer<br />

momento <strong>de</strong> su segundo período funcional. En virtud <strong>de</strong> ese grado <strong>de</strong> evolución, estamos<br />

en las primeras inducciones. Sólo unas cuantas horas, las transcurridas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong><br />

este florecimiento, sólo unas cuantas horas históricas hace que hemos llegado a conocer que<br />

la realidad externa e interna es la fuente <strong>de</strong> conocimiento a que ha <strong>de</strong> ir la razón en busca <strong>de</strong><br />

la verdad, y sólo unas cuantas horas hace que empezamos a aplicar el método natural <strong>de</strong> la<br />

inducción, reforzado por el procedimiento experimental, al estudio <strong>de</strong> la naturaleza y al ascenso<br />

<strong>de</strong> lo conocido a lo <strong>de</strong>sconocido, <strong>de</strong> la realidad a la verdad, <strong>de</strong>l hecho al principio, <strong>de</strong>l efecto a<br />

la causa. Aún han transcurrido menos horas históricas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que sabemos, con Comte, que el<br />

órgano <strong>de</strong> la verdad es limitado, y que, en consecuencia, la verdad que pue<strong>de</strong> conocer se limita<br />

a las realida<strong>de</strong>s cognoscibles. Aún menos momentos han pasado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se ha pensado en la<br />

posibilidad <strong>de</strong> otro <strong>de</strong>scubrimiento, que se refiere también al proce<strong>de</strong>r funcional <strong>de</strong> la razón.<br />

y cuando acabamos <strong>de</strong> llegar a un período <strong>de</strong> razón, y cuando todavía no conocemos el<br />

órgano mismo <strong>de</strong> que nos servimos para <strong>de</strong>scubrir la verdad ¿habremos <strong>de</strong> faltar a nuestra<br />

naturaleza, al <strong>de</strong>ber que nuestra naturaleza nos impone, <strong>de</strong>sistiendo <strong>de</strong> conocernos, <strong>de</strong> utilizar<br />

nuestros medios <strong>de</strong> conocimientos, y <strong>de</strong> conocer la realidad en que vivimos y don<strong>de</strong><br />

resi<strong>de</strong> la verdad que po<strong>de</strong>mos conocer? Consentirlo sería una inmensa inmoralidad; querer<br />

obligarnos a que consintamos en una inmoralidad aun más inmensa. Esas son, sin embargo<br />

las horcas caudinas que amenazan <strong>de</strong> continuo al pensamiento científico, y por don<strong>de</strong> él ha<br />

<strong>de</strong> pasar salvando su moralidad, o bajo las cuales ha <strong>de</strong> humillarse, humillando la moral.<br />

Felizmente, la edad <strong>de</strong> las inducciones es edad <strong>de</strong> firmeza <strong>de</strong> razón, y aun suponiendo<br />

que los hombres <strong>de</strong> ciencia no tuvieran la necesaria para resistir la intolerancia social, que<br />

<strong>de</strong> todo <strong>de</strong>scubrimiento substancial <strong>de</strong> la razón humana se escandaliza o finge que se espanta,<br />

bastará la necesidad <strong>de</strong> inducir para que volvamos, cuantas veces nos retiren <strong>de</strong> ella,<br />

a la realidad permanente <strong>de</strong> la naturaleza en don<strong>de</strong> hemos <strong>de</strong> buscar y estamos buscando<br />

los hechos que sirven, que ya han servido y están sirviendo para elevarse por la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />

efectos y <strong>de</strong> causas que liga a la naturaleza con sus leyes.<br />

899

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!