10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

F. gARCíA gODOy | ANtOLOgíA<br />

sufriendo penalida<strong>de</strong>s sin cuento, arriesgando <strong>de</strong> continuo la vida, hasta alcanzar la cumbre<br />

iluminada y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ella prorrumpir en un himno vibrante <strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong> triunfo. El 27 <strong>de</strong><br />

Febrero es la cristalización magnífica <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> una juventud inteligente y abnegada, que<br />

no vio o no quiso ver lo que gente sugestionada por esa virtud que se llama pru<strong>de</strong>ncia y que<br />

en ciertas <strong>de</strong>cisivas ocasiones es pura y simplemente cobardía, consi<strong>de</strong>ró como formidable<br />

reducto don<strong>de</strong> iban necesariamente a estrellarse los ímpetus <strong>de</strong> aquellos jóvenes gallardos<br />

y resueltos, que solo tuvieron energías y alientos para el bien, y que, cumplida su obra, sólo<br />

cosecharon, como única recompensa <strong>de</strong> sus sacrificios, los sufrimientos <strong>de</strong> las ergástulas, las<br />

in<strong>de</strong>cibles angustias <strong>de</strong>l exilio y la torturante corona <strong>de</strong> espinas <strong>de</strong>l patíbulo.<br />

III<br />

¡Duvergé! ¿Dón<strong>de</strong> está el héroe? Allí, <strong>de</strong> los primeros, en Azua, en la línea <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa,<br />

en el débil reducto, en la tar<strong>de</strong> gloriosa <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> Marzo… Luce ya los galones <strong>de</strong> comandante.<br />

Duvergé contribuye a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la ciudad heroica con su <strong>de</strong>streza y con todos los<br />

arrojos <strong>de</strong> su valor sereno y resuelto. I <strong>de</strong>spués, en las acci<strong>de</strong>ntadas campañas <strong>de</strong> los años<br />

siguientes, su pericia y su arrojo <strong>de</strong>jan por todas partes rastros fulmíneos. En Cachimán, El<br />

Número, El barro, aparece <strong>de</strong> cuerpo entero, como caudillo idóneo, verda<strong>de</strong>ro hombre <strong>de</strong><br />

guerra, práctico, tenaz, incansable, ardoroso, “sin miedo y sin tacha”… Una leyenda <strong>de</strong> lealtad<br />

y <strong>de</strong> puro patriotismo aureola su nombre <strong>de</strong> soldado esclarecido. No hizo jamás serviles<br />

genuflexiones <strong>de</strong> espíritu ante el altar <strong>de</strong> personalismos aviesos. Su culto, la única <strong>de</strong>voción<br />

acendrada <strong>de</strong> su alma fue la patria in<strong>de</strong>pendiente, libre, sin tiranías humillantes. Las ruedas<br />

<strong>de</strong> su carro <strong>de</strong> guerra no trituraron jamás el cuerpo <strong>de</strong> las instituciones republicanas. Su gloria<br />

es verda<strong>de</strong>ra gloria: pura, sin máculas, sin mezcla <strong>de</strong> bastardas e in<strong>de</strong>corosas ambiciones. Su<br />

figura egregia, hecha para el mármol o para el bronce, se <strong>de</strong>staca, erguida y eminentemente<br />

simpática, en los horizontes purpurados <strong>de</strong> nuestra trágica y resonante historia, como la <strong>de</strong><br />

uno <strong>de</strong> esos héroes epopéyicos que en la antigüedad clásica vinculan una vida <strong>de</strong> absoluta<br />

consagración a un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> alto e imperece<strong>de</strong>ro renombre…<br />

¿Cómo fue tu muerte? ¿Cómo caíste para siempre? ¿Cómo terminó tu vida santificada<br />

por la abnegación y el heroísmo? ¡qué dolor, qué gran dolor! En hora <strong>de</strong> iracundias y <strong>de</strong><br />

intransigencias partidaristas, tus envidiosos, tus enemigos políticos clavaron tu cuerpo <strong>de</strong><br />

héroe en la cruz <strong>de</strong> inmerecido patíbulo… ¿qué pasó en tu espíritu, qué pensaste, cuando,<br />

víctima <strong>de</strong> negros enconos, erguida la frente, serena la mirada, ibas camino <strong>de</strong>l cadalso? Acaso<br />

en el momento supremo <strong>de</strong> <strong>de</strong>svanecerte en la muerte flotó ante tus ojos la visión <strong>de</strong> los<br />

campos ensangrentados <strong>de</strong> Cachimán y <strong>de</strong>l barro iluminados por el centelleo <strong>de</strong> tu espada,<br />

y acaso, en aquel instante, acariciando tus oídos, creíste escuchar, como voces lejanas, los<br />

vítores <strong>de</strong> las ovaciones triunfales que se rendían a tus hechos gloriosos… Se oprime el corazón<br />

al pensar en la trágica resonancia <strong>de</strong> tu <strong>de</strong>stino… Se cuenta que allá, en el sangriento campo<br />

<strong>de</strong> Waterloo, al agonizar la tar<strong>de</strong>, rota la espada, <strong>de</strong>sgarrado el uniforme, <strong>de</strong>sesperado ante<br />

la inevitable <strong>de</strong>rrota, rabioso, magnífico, Ney, “el bravo entre los bravos”, gritaba: “¡Quisiera<br />

que todas esas balas inglesas me entrasen en el pecho!”… Años más tar<strong>de</strong>, el autor ciclópeo<br />

<strong>de</strong> Los Miserables le agregará esta frase dolorosa: “Estabas reservado para balas francesas,<br />

infeliz!”… Así tú, héroe excelso <strong>de</strong> nuestras campañas inmortales! No fueron balas haitianas,<br />

sino balas dominicanas, balas <strong>de</strong> tus antiguos compañeros <strong>de</strong> armas, las que pusieron fin a<br />

tu noble existencia…! ¡qué error tan monstruoso, tan irreparable, el error <strong>de</strong> alzar patíbulos<br />

los partidos triunfantes para sus enemigos políticos!… ¡Silencio! ¡Detente, pensamiento!<br />

163

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!