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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO II<br />

un ciudadano particular se dirigiera públicamente al Jefe <strong>de</strong>l Estado con palabras que eran<br />

<strong>de</strong> aliento, pero también <strong>de</strong> admonición. Sin preten<strong>de</strong>rlo acaso, la famosa carta <strong>de</strong> Espaillat<br />

al presi<strong>de</strong>nte gonzález era, en sus líneas generales, un programa <strong>de</strong> gobierno: resumía el<br />

cúmulo <strong>de</strong> aspiraciones que la ciudadanía cifraba en el nuevo mandatario. Des<strong>de</strong> ese momento<br />

el dilema quedó planteado ante la opinión nacional: o el presi<strong>de</strong>nte gonzález se ceñía<br />

a ese programa que concordaba con los anhelos <strong>de</strong> su pueblo, o <strong>de</strong>fraudaba las esperanzas<br />

que en él se cifraron, y en ese caso no merecía la confianza <strong>de</strong> la nación.<br />

peña y Reinoso y sus compañeros en la Liga <strong>de</strong> la Paz no hicieron otra cosa que exigir<br />

satisfacción cumplida para esos anhelos populares, previa y firmemente <strong>de</strong>lineados por<br />

Espaillat; y al verse <strong>de</strong>fraudados apelaron al procedimiento constitucional <strong>de</strong> pedir que se<br />

pusiera en estado <strong>de</strong> acusación al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República.<br />

La carta <strong>de</strong> Espaillat a gonzález no había sido sino el remate <strong>de</strong> una larga prédica suya<br />

en favor <strong>de</strong> la República cívica y cordial; en El Or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> los Caballeros, con<br />

el pseudónimo <strong>de</strong> María, y disfrazado al principio su estilo con cierta afectada frivolidad,<br />

Espaillat, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el rincón <strong>de</strong> la farmacia que regenteaba en Santiago <strong>de</strong> los Caballeros, dio<br />

a la publicidad, a partir <strong>de</strong> 1873, una serie <strong>de</strong> artículos que causaron sensación profunda<br />

en el espíritu nacional y el público reconoció bien pronto a su verda<strong>de</strong>ro autor. La voz <strong>de</strong>l<br />

patriotismo y <strong>de</strong>l buen sentido se hacía oír en ellos. Espaillat exponía con exactitud y concisión<br />

el problema político nacional, buscaba sus causas, señalaba sus posibles soluciones.<br />

hacía resaltar los errores que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fundación <strong>de</strong> la República venían repitiéndose por<br />

causa <strong>de</strong> las ambiciones <strong>de</strong>senfrenadas <strong>de</strong> los mandones <strong>de</strong> fortuna. Según Manuel <strong>de</strong> Jesús<br />

Galván, Espaillat presentaba, fisonómica e intelectualmente, una sorpren<strong>de</strong>nte semejanza<br />

con benjamín Franklin. En efecto: si su rostro evocaba la imagen <strong>de</strong>l austero patriota y<br />

moralista norteamericano, también encontramos en uno y otro la misma pureza moral, la<br />

misma precisión <strong>de</strong>l razonamiento, la misma clarivi<strong>de</strong>ncia práctica <strong>de</strong> las cosas, el mismo<br />

don <strong>de</strong>l “buen sentido”. Un espíritu como el <strong>de</strong> Franklin no habría <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñado hacer esta<br />

observación que formuló Espaillat ante el propósito ingenuo <strong>de</strong> los que pretendían atraer<br />

la inmigración a un país, que, por las condiciones anómalas en que vivía, no podía ofrecer<br />

entonces perspectivas <strong>de</strong> paz y sosiego: “La inmigración la tenemos aquí mismo. Enseñemos<br />

a trabajar a nuestros campesinos. No <strong>de</strong>bemos preten<strong>de</strong>r gobernar cuatrocientas mil almas<br />

mientras no sepamos hacerlo con las doscientas mil que componen nuestra población”.<br />

Espaillat hizo labor constructiva, robusteció la conciencia pública, creó un clima moral<br />

<strong>de</strong> dignidad y <strong>de</strong> civismo. En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los anhelos que él predicó, la pluma <strong>de</strong>moledora <strong>de</strong><br />

peña y Reinoso provocó la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> gonzález, que tan fecundo había sido<br />

en esperanzas como lo fue <strong>de</strong>spués en <strong>de</strong>silusiones. y la Liga <strong>de</strong> la Paz que había sido ariete<br />

y catapulta para esa administración, volvió los ojos, una vez consumada su obra, al hombre<br />

que había predicado la buena nueva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su humil<strong>de</strong> retiro, al profeta <strong>de</strong> la nueva hora,<br />

al profesor <strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong> civismo: Espaillat fue arrancado <strong>de</strong> su tranquilo aislamiento, y<br />

hubo <strong>de</strong> hacerse cargo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público. Su primer impulso fue el <strong>de</strong> suplicar que lo <strong>de</strong>jasen<br />

tranquilo en su hogar, pero comprendió al cabo que en el terreno <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as él había sido<br />

el factor principal <strong>de</strong> aquella evolución <strong>de</strong> la conciencia pública y no se resistió ya a aceptar<br />

las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> acontecimientos que había contribuido a <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar.<br />

Fue elegido para la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República en una <strong>de</strong> las elecciones más diáfanas y puras<br />

que se han celebrado en la República Dominicana. Al hacerse cargo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ¿a quién <strong>de</strong>bía<br />

llamar en primer término a su lado, sino al romántico e impetuoso escritor que había dirigido<br />

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