Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
primer término, y después bois o Duvergé y muchos otros), hasta llegar al momento del largo
armisticio logrado por la intervención de algunas potencias amigas. La gesta de la anexión
y de la guerra restauradora se inicia con los versos que narran el sacrificio de Sánchez y sus
compañeros en el Cercado:
Es cosa de no contar
lo que aquí en San Juan se ha visto,
matar a veintiún cristianos
sin tener ningún delito…
Vienen después las coplas y décimas que recogen hechos y episodios de guerra, y por
último, el momento en que las tropas españolas abandonan la isla:
ya se van los españoles
con su bandera morá,
juyéndole a cuatro gatos
que salen de la avanzá.
pero como el morado no era el único color de la insignia española, esta última estrofa
admitía una variante:
ya se van los españoles
con su bandera amarilla,
juyéndole a cuatro gatos
que salen de la manigua.
Las coplas y décimas inspiradas en las simpatías y los antagonismos políticos son también
abundantes, especialmente, como queda indicado más arriba, las que se inspiraron en
la rivalidad entre Santana y báez, contra quienes abundan, alternativamente, los ditirambos
y los denuestos. La tropa de Santana, decía de viejo el cantar, “es brava como candela”, y
Santana era el símbolo heroico del dominicano frente a haití; pero cuando el favor popular
le vuelve la espalda no extrañemos que el cancionero del pueblo lo convierta en un caballericero
de buenaventura báez:
Santana tiene un cuchillo
amarrado a la cintura
para cortarle la yerba
al caballo de Ventura.
La gesta de los seis años (1868-1874) vasto e importante capítulo de la historia nacional,
es rica en cantares y episodios rimados, rememorando las luchas entre los rojos y los azules
(baecistas y cacós). El ambiente de la época fluye con naturalidad de esos versos que hizo el
pueblo y que describen personajes que se incorporan a la leyenda, –a veces por su valor, a
veces por su maldad–, como los furibundos baecistas José Aniceto Chanlatte (popularizado
con el apodo de baúl) y Sólito de Vargas a quien todo el mundo llamaba simplemente Sólito.
A veces la copla quiere reivindicar para estos terribles guerrilleros títulos de humanidad o
de bondad que todo el mundo les niega, y tal es el origen de esta curiosa cuarteta en que
los dos versos finales repiten como consonantes las mismas palabras con que terminan los
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