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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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F. gARCíA gODOy | ANtOLOgíA<br />

Feuerbach, pone Comte, como objeto supremo y permanente <strong>de</strong> su culto, el gran Ser, la<br />

propia humanidad, aunque no en toda su cabal integridad sino restringida al “conjunto<br />

continuo <strong>de</strong> seres convergentes”… De ese gran Ser “eliminadas las personas inútiles o<br />

perjudiciales forman también parte los animales domésticos, fieles servidores y compañeros<br />

<strong>de</strong>l hombre”… Lo incognoscible, el inmenso espacio que <strong>de</strong>ja Spencer para que en él<br />

pueda el sentimiento religioso espaciarse a sus anchas, no tiene cabida en el culto comtista.<br />

En la creación religiosa <strong>de</strong> Comte todo eso <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>mostrado satisfactoriamente. y<br />

realmente: la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> lo que ha sido y <strong>de</strong> lo que es, exceptuando, naturalmente,<br />

algunos espíritus clarivi<strong>de</strong>ntes y altruistas, jalones luminosos que se alzan muy distanciados<br />

en el curso <strong>de</strong> la historia, ese gran Ser, esa pobre humanidad así endiosada, no<br />

<strong>de</strong>ja ganas <strong>de</strong> adorarla, “aunque <strong>de</strong> ella vengamos y ella sea la fuente inagotable <strong>de</strong> todas<br />

nuestras <strong>de</strong>terminaciones”… El espectáculo <strong>de</strong> ese gran Ser colectivo, presa continua <strong>de</strong><br />

vergonzosos apetitos, siervo <strong>de</strong> la injusticia, hurgado continuamente por torpes mezquinda<strong>de</strong>s<br />

y convencionalismos absurdos, no pue<strong>de</strong> en modo alguno <strong>de</strong>spertar la fe absoluta<br />

que quiere Comte y que preconiza con entusiasmo digno <strong>de</strong> mejor fortuna su ardoroso<br />

discípulo el señor Lagarrigue… A<strong>de</strong>más, ¡qué dios nos da tan frágil y perece<strong>de</strong>ro! Víctima<br />

permanente <strong>de</strong> las fuerzas ciegas <strong>de</strong> una Naturaleza implacable, sorda y muda a sus<br />

ruegos, el hombre colectivo, el gran Ser, <strong>de</strong> Comte, ve transcurrir su precaria existencia<br />

bajo la amenaza <strong>de</strong> inmensos peligros <strong>de</strong>sconocidos que no está en su mano precaver ni<br />

combatir… ¡Ah, los que cayeron entre los escombros <strong>de</strong> Mesina, en medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>solación<br />

pavorosa <strong>de</strong> aquella catástrofe apocalíptica, en los estertores <strong>de</strong> la agonía, al hundirse para<br />

siempre junto con todo lo que les había hecho grata la vida, no volverían los ojos en gesto<br />

<strong>de</strong> suprema imploración a ningún dios humanidad, sino al viejo Dios teológico, mudo e<br />

impotente también, pero por su inmensa fuerza tradicional provisto <strong>de</strong> la eficacia necesaria<br />

para producir en sus almas con la perspectiva halagadora <strong>de</strong> un más allá conformidad y<br />

consuelo para sus horribles dolores!… por inclinación invencible, el espíritu humano corre<br />

siempre tras lo que se le figura capaz <strong>de</strong> satisfacer sus ansias <strong>de</strong> algo que se cierne sobre su<br />

mísera existencia terrestre. “Los hombres tienen, dice taine, 3 necesidad <strong>de</strong> la religión para<br />

pensar en lo infinito… En vano trataría <strong>de</strong> arrancarse <strong>de</strong> ellos el sentimiento religioso; las<br />

manos que trataran <strong>de</strong> hacerlo sólo alcanzarían su envoltura superficial. El sentimiento<br />

religioso crecería nuevamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una operación sangrienta; su germen es <strong>de</strong>masiado<br />

profundo para que se le pueda extirpar”. y como, no obstante el actual portentoso<br />

progreso científico, siempre quedará un ancho espacio fuera <strong>de</strong> lo que cae directamente<br />

en la esfera <strong>de</strong> la observación y el experimento, en ese espacio lleno <strong>de</strong> enigmas inexplicables<br />

por su naturaleza, fascinador e inexplorado, exten<strong>de</strong>rá constantemente sus alas el<br />

sentimiento religioso.<br />

En el positivismo místico, verda<strong>de</strong>ra Iglesia Universal en el pensamiento <strong>de</strong> Comte,<br />

se llega al más perfecto mejoramiento social subordinando toda la vida privada y pública<br />

<strong>de</strong>l individuo a un dogmatismo científico y a una disciplina intolerante y recia, que en el<br />

fondo, bien consi<strong>de</strong>radas ambas cosas, sólo contribuyen a mutilar la personalidad humana<br />

en lo que ésta tiene <strong>de</strong> más dignificador y fecundo. Así la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> libertad, <strong>de</strong> la libertad<br />

<strong>de</strong> conciencia sobre todo, tal como Comte la entien<strong>de</strong> y la aplica. Atendiendo su condicionalidad<br />

fenomenal, una parte <strong>de</strong> la izquierda hegeliana consi<strong>de</strong>ra la libertad como “el<br />

3 Les origens <strong>de</strong> la France contemparanie. L’ancien regime. tomo 2o.<br />

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