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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

siempre mis aguas tendrán rumores,<br />

blancas espumas mi mar azul,<br />

mis tiernas aves cantos <strong>de</strong> amores,<br />

gala mis campos, vida mis flores,<br />

mi ambiente aromas, mi esfera luz.<br />

Otra manifestación <strong>de</strong>l ingenio poético, la fábula, a la cual tuvo tan marcada afición José<br />

Núñez <strong>de</strong> Cáceres, reaparece en la generación <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con La disputa <strong>de</strong>l manzano,<br />

<strong>de</strong> Nicolás Ureña, a quien secundó Felipe Dávila Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Castro (1806-1879), autor <strong>de</strong> Los<br />

tres relojes, que señala su orientación política en favor <strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia que se llamó “mo<strong>de</strong>rada”<br />

o “centrista”, esto es, ni conservadora ni avanzada, aunque en realidad era una manifestación<br />

tibia <strong>de</strong>l espíritu conservador. Otras fábulas escribieron uno y otro, entre ellas El loro y el ratón,<br />

<strong>de</strong> Nicolás Ureña, en<strong>de</strong>rezada contra la vana suficiencia <strong>de</strong> los pedantes.<br />

A Manuel <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong> peña y Reinoso se <strong>de</strong>ben algunas fábulas que, por no ser <strong>de</strong> tipo<br />

satírico, prefirió llamar “apólogos”: El calórico y la luz, El tocoloro, Las dos palmas. Al lado <strong>de</strong> esos<br />

apólogos pue<strong>de</strong> figurar El color azul, en que el Sol habla a la Aurora en tono madrigalesco. peña<br />

y Reinoso tuvo larga actuación como periodista y maestro y también como hombre público <strong>de</strong><br />

enérgico carácter, que <strong>de</strong>fendió los principios liberales y fue en 1876 el más tenaz y ferviente<br />

sostenedor <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong>l ilustre repúblico Ulises Francisco Espaillat, en el cual <strong>de</strong>sempeñó<br />

la cartera <strong>de</strong> Interior y policía. Luchó por Cuba con las armas en la mano durante los primeros<br />

años <strong>de</strong> la revolución “<strong>de</strong> los diez años”, iniciada en 1868. Su poesía, por lo general <strong>de</strong>licada<br />

y correcta, no es la que pue<strong>de</strong> revelar su enérgica personalidad <strong>de</strong> combatiente por el bien<br />

público en una y otra Antilla: podrían revelarla en parte sus artículos periodísticos, escritos<br />

muchas veces sin firma, que han quedado dispersos en las publicaciones <strong>de</strong> su tiempo y a veces<br />

será difícil i<strong>de</strong>ntificar como suyos. Sus <strong>de</strong>más trabajos, frutos <strong>de</strong> madurez, son en su mayoría<br />

<strong>de</strong> índole pedagógica. A su edad madura correspon<strong>de</strong>n también algunas poesías don<strong>de</strong> ya<br />

no hay la frescura que tuvo su verso en los años juveniles. Así uno <strong>de</strong> sus empeños <strong>de</strong> mayor<br />

extensión en el campo <strong>de</strong> la poesía, Rasgos épicos, que escribió en 1892, como ofrenda a Colón,<br />

con motivo <strong>de</strong>l cuarto centenario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> América. Es obra <strong>de</strong> reflexión más<br />

que <strong>de</strong> inspiración; <strong>de</strong> maestro, antes que <strong>de</strong> poeta.<br />

En la generación <strong>de</strong> la Restauración se <strong>de</strong>staca como lírico, junto con Salomé Ureña<br />

<strong>de</strong> Henríquez, el artífice <strong>de</strong> la “poesía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro”, que también fue el cantor <strong>de</strong> la raza<br />

aborigen: José Joaquín pérez. Aparte <strong>de</strong> sus poesías patrióticas y <strong>de</strong> sus Fantasías indígenas,<br />

José Joaquín pérez <strong>de</strong>jó una extensa obra lírica: en ella se entremezclan odas <strong>de</strong> largo aliento<br />

como La industria agrícola, y cuadros <strong>de</strong> elegante inspiración mística como su croquis bíblico<br />

El amor <strong>de</strong> Magdalena; canciones <strong>de</strong> amor como A ti y muchas otras que escribió en su juventud,<br />

y lecciones <strong>de</strong> piedad y <strong>de</strong> patriotismo <strong>de</strong>dicadas a sus hijas, como ¡Dad limosna! y<br />

Cartapoema; <strong>de</strong>scripciones pintorescas como la que consagra a baní y cuadros sociales como<br />

El herrero. En los últimos años <strong>de</strong> su vida sintió el soplo <strong>de</strong> renovación que estremecía la<br />

poesía hispanoamericana y escribió, ajustándose a nuevos metros, las doce composiciones<br />

que intituló Contornos y relieves, entre las cuales sobresale Símbolo, don<strong>de</strong> exhorta así a su<br />

hija Elminda:<br />

pinta el vasto, rojo incendio <strong>de</strong>l crepúsculo<br />

don<strong>de</strong> flotan los jirones <strong>de</strong> azul pálido<br />

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