10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

central que ocupa en el Archipiélago para no ser antillanos “en don<strong>de</strong> más largamente se<br />

contiene” el antillanismo.<br />

Una o dos veces, y escogiendo muy mal las ocasiones, se ha intentado en la capital <strong>de</strong><br />

la República dar a esas reuniones el carácter <strong>de</strong> estirada solemnidad que se disimula con<br />

la locución “baile <strong>de</strong> etiqueta”. Si el estiramiento anduvo en las manos aprisionadas por el<br />

guante, la familiaridad cariñosa no tardó en <strong>de</strong>sestirarse.<br />

y con ello dio muestras <strong>de</strong> sentido recto, porque no hay contrasentido más chocante que<br />

el trasplante <strong>de</strong> urbanida<strong>de</strong>s y afectaciones fabricadas ad hoc para producir los efectos <strong>de</strong> la<br />

sociabilidad respetuosa, allí don<strong>de</strong> ella es tan cordial por naturaleza, y don<strong>de</strong> el respeto es<br />

hijo legítimo <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>stia y la sencillez <strong>de</strong> las costumbres.<br />

Ni mo<strong>de</strong>stia ni sencillez obstan a la cultura, que es connatural en la América latina a las<br />

gentes <strong>de</strong> algún trato social, y que es particularmente graciosa y espontánea entre venezolanos<br />

y antillanos.<br />

De ahí la grave impresión que producen los saraos en las ciuda<strong>de</strong>s y villas <strong>de</strong> la República,<br />

que uno se siente tentado a consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong> antemano como reuniones <strong>de</strong> semibárbaros que<br />

remedan los hábitos <strong>de</strong> la civilización, y que le parecen, en cuanto la presencia o se asocia<br />

al contento que las presi<strong>de</strong>, espectáculo <strong>de</strong> aquella entre toda la mejor civilización la que<br />

hermana la naturaleza con el arte <strong>de</strong> ser amable.<br />

De dón<strong>de</strong> proce<strong>de</strong> aquella natural distinción <strong>de</strong> maneras y aquel mo<strong>de</strong>sto dominio<br />

<strong>de</strong> las actualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la buena urbanidad que ha ido <strong>de</strong>scomponiéndose en buen tono a<br />

medida que la cordialidad y hasta la honestidad la van <strong>de</strong>samparando, qué sé yo; pero<br />

el hecho es que en aquel rincón ignorado <strong>de</strong> Carreño, el gran legislador venezolano <strong>de</strong><br />

urbanidad y buenos usos, los he visto regentando con blandura y con firmeza las relaciones<br />

sociales.<br />

y, cosa que me llamó mucho la atención y me dio esperanzas <strong>de</strong> mejores días para<br />

aquella pobre sociedad: no es sólo entre la gente educada por el roce y el ejemplo en la que<br />

he <strong>de</strong>scubierto las <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>zas <strong>de</strong> la buena urbanidad, sino aun entre la gente que los latinoamericanos<br />

usamos llamar “<strong>de</strong> medio pelo”.<br />

bien sea por las costumbres ultra <strong>de</strong>mocráticas que estableció a la fuerza la brutal dominación<br />

haitiana, bien por benéfica influencia <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> igualdad política y civil, bien<br />

por las repentinas ascensiones sociales y políticas que los trances <strong>de</strong> la revolución favorecen,<br />

hay una especie <strong>de</strong> secreto respeto <strong>de</strong> sí mismo que en todos impone y a veces exige la<br />

consi<strong>de</strong>ración para todos.<br />

A éste ha concurrido con su enseñanza práctica <strong>de</strong> la fraternidad una institución que<br />

reina allí sin oposición, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber tenido que reñir duras batallas con sus hostilizadores<br />

naturales. No hay necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que hablo <strong>de</strong> la masonería, la cual reuniendo<br />

y asociando en su seno a individuos <strong>de</strong> todas las proce<strong>de</strong>ncias y condiciones sociales, no<br />

sólo porque la práctica <strong>de</strong> la más dulce y benéfica <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s los disciplina, sino que a<br />

sus propios ojos los eleva, poniéndolos al mismo nivel <strong>de</strong> los <strong>de</strong>beres comunes que a todos<br />

impone, y compeliéndolos a la dignidad <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber.<br />

Cuando se contemplan las instituciones como se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> su influencia<br />

en la organización social y <strong>de</strong> su aptitud para concurrir a ella y mantenerla, no hay<br />

perjuicio filosófico ni prevención sectaria que disminuya el mérito social <strong>de</strong> instituciones<br />

cualesquiera, políticas, filosóficas, religiosas, económicas, que cumplan el fin <strong>de</strong> disciplinar<br />

al hombre por medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber.<br />

746

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!