10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

No obsta la universalidad <strong>de</strong> miras <strong>de</strong>l periodismo mejor concebido y practicado, para<br />

que falseen su juicio y <strong>de</strong>svirtúen su fuerza, acomodando el uno y extendiendo o recogiendo<br />

la otra, a merced <strong>de</strong> intereses ya particulares, ya <strong>de</strong> partido, ya <strong>de</strong> secta, ya <strong>de</strong> reacción, cada<br />

vez que un interés humano se presenta momentáneamente como hostil a intereses nacionales<br />

cualesquiera o cualesquiera intereses <strong>de</strong> comercio, <strong>de</strong> la industria o <strong>de</strong> instituciones<br />

po<strong>de</strong>rosas.<br />

II<br />

Si el periodismo es todavía una fuerza ciega, la culpa es <strong>de</strong>l periodista.<br />

No hay ningún sacerdocio más alto que el <strong>de</strong>l periodista; pero, por lo mismo, no hay<br />

sacerdocio que imponga más <strong>de</strong>beres, y por lo mismo, no hay sacerdocio más expuesto a<br />

ser peor <strong>de</strong>sempeñado.<br />

De ahí, principalmente, la inmoralidad <strong>de</strong>l periodismo.<br />

El periodismo está <strong>de</strong> continuo expuesto a una inmoralidad involuntaria y a otra voluntaria;<br />

a la involuntaria, cuando por fanatismo político, científico o religioso, se pone en<br />

abierta contradicción con la verdad o la justicia; a la inmoralidad voluntaria, cuando ven<strong>de</strong><br />

lo que piensa, por cuanto lo compran, y convierte el sacerdocio <strong>de</strong> que es indigno representante,<br />

en infame granjería.<br />

Como éstos son los periodistas más peligrosos, son los que hacen al periodismo más<br />

incapaz <strong>de</strong> realizar su fin; y como el periodismo <strong>de</strong>sviado <strong>de</strong> su fin es el menos escrupuloso,<br />

el periodista más formidable es el que escuda su villanía, su indignidad y su maldad en el<br />

terrible baluarte <strong>de</strong> un periódico sin conciencia. En la doble acción <strong>de</strong>l periodista malo sobre<br />

el periódico malo, y <strong>de</strong> éste sobre aquél, es en don<strong>de</strong> suele con frecuencia aparecer más <strong>de</strong><br />

relieve la inmoralidad social que <strong>de</strong>sarrollan y la inmoralidad social que los sostiene.<br />

Como el periodista innoble se fortalece en la fuerza irresponsable <strong>de</strong>l periódico, es<br />

temido por esa fuerza, más que por sí mismo; al modo que, en una tertulia al aire libre, el<br />

maldiciente que la anima con sus calumnias no es tan temido por el mismo cuanto por la<br />

fuerza que recibe <strong>de</strong>l grupo que lo ro<strong>de</strong>a.<br />

hay estados sociales en los cuales brotan esos periodistas que usurpan nombre, función<br />

y autoridad que no merecen, como brotan plantas espinosas en terrenos incultos o en terrenos<br />

agotados; como éstas son hijas <strong>de</strong> su medio botánico, aquellas son hijas <strong>de</strong> su medio<br />

sociológico.<br />

Una sociedad infantil, cuyo estado mental es el <strong>de</strong> las instituciones mal formadas, y<br />

una sociedad senil, cuyo estado mental es el pesimismo negativo; son terreno inculto la<br />

una, agotado la otra, en don<strong>de</strong> la función social más civilizadora no pue<strong>de</strong> tener sacerdotes<br />

dignos <strong>de</strong> ella. Los dignos serán la excepción.<br />

No serán la regla general, porque los gran<strong>de</strong>s sacerdocios requieren gran<strong>de</strong>s almas, pero<br />

serán mucho más numerosos en las socieda<strong>de</strong>s fuertes por su sana juventud los periodistas<br />

aptos para su función.<br />

Aptos, ante todo, por la generosa disposición <strong>de</strong> su ánimo, por su prontitud <strong>de</strong> corazón<br />

a todo sentimiento generoso, por su candorosa aceptación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber como regla <strong>de</strong> conducta;<br />

pero no es la única aptitud ni la que más se echa <strong>de</strong> menos en los luchadores <strong>de</strong>l periodismo.<br />

La aptitud que menos tienen, aunque parezca paradójico, es la que más tienen. generalmente,<br />

el periodista es llamado: lo llama la vocación intelectual, y, en general, es inteligente, pero<br />

también, en general, es ignorante.<br />

916

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!