Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO II
por la Santo Domingo Improvement Company. Este último proyecto fue objeto de ataques
por parte de la oposición, constituida por los partidarios del vicepresidente de la República,
general horacio Vásquez. El día en que había de someterse a votación el proyecto de contrato,
el Ministro henríquez y Carvajal se presentó en el Congreso, haciendo uso por primera
vez de una olvidada facultad constitucional, –pues ese injerto parlamentario dentro del
sistema representativo o presidencial vigente no había sido aprovechado en ninguna otra
oportunidad–, improvisó un grandilocuente discurso en defensa del proyecto de contrato.
Aunque conocido ya como orador, puede decirse que fue en esa ocasión cuando quedó
consagrado como una de las primeras figuras de la tribuna dominicana. El Congreso no
aprobó el contrato. El Ministro henríquez y Carvajal estimó que ese rechazo planteaba para
él una cuestión de confianza, no importa que el sistema no tuviera carácter parlamentario, y
presentó su renuncia. Meses más tarde le confió al Presidente Jimenes la cartera de Correos
y telégrafos.
Desaparecida La Lucha, la sustituyó El Combate, donde henríquez y Carvajal reanudó
sus artículos, que continuó después en El Día, dirigido por Luis Emilio gómez Alfau. Ahí
aparecieron nuevos trabajos de Cayacoa sobre La situación económica, y nuevas Diarias de
Cotubanamá sobre la actualidad política.
En sus Diarias, henríquez y Carvajal había tratado siempre de conjurar la posibilidad de
una guerra civil. Su verbo de admonición pareció contener un tiempo a los impacientes que
amenazaban echar por tierra aquel gobierno liberal y volver a sumir al país en el abismo de las
discordias fratricidas. “¿A dónde volveréis los ojos cuando hayáis cometido vuestro crimen?,
–les preguntaba Cotubanamá–. ¿Al cielo? El cielo no os perdonará. ¿A la tierra? La tierra os
maldecirá. porque vais a cometer un crimen horrendo contra la seguridad del Estado, contra la
integridad de la patria… probad vuestros pretendidos cargos ante los tribunales que la nación
ha erigido ante el gobierno: el Congreso y el pueblo. Demostrad los hechos, punto por punto
en la prensa, con números, con argumentos incontrovertibles: entonces el pueblo os creerá.
Sin eso os estáis acreditando de lo que sois, falsos apóstoles, que propagáis la mentira y la
calumnia, concitando al pueblo a la rebelión. porque la ambición os ciega y os empuja”.
La guerra civil estalló al fin. El Vicepresidente Vázquez, apoyándose en buena parte
del ejército y en sus numerosos partidarios, puso cerco a la capital a mediados de 1902, y el
gobierno capituló.
Francisco henríquez y Carvajal se trasladó a Cuba, y aunque volvió al país en 1903, hubo
de emigrar nuevamente a fines del mismo año, por causa de subsecuentes trastornos políticos.
Fijó por largo tiempo su residencia en Santiago de Cuba, donde escribió para la revista Cuba
Literaria algunos artículos sobre temas de palpitante interés mundial: El trabajo libre y la tiranía
de los millones; Lucha de razas: rusos y japoneses; Krüger; Tolstoy y la guerra, además de otros
sobre Enseñanza de las lenguas vivas, Hostos (a quien consagró también el artículo Mi tributo,
en el libro de ofrendas a su memoria (1909); y el Almirante Killic, evocación del trágico fin de
ese heroico marino de origen escocés que durante un movimiento revolucionario ocurrido
poco antes en haití había preferido volar hecho pedazos con el buque-insignia haitiano
Crete-a-Pierrot, antes que rendirse al buque de guerra alemán Panther, que lo perseguía por
haber obligado a un buque mercante alemán a entregarle el cargamento de pertrechos de
guerra que conducía para el gobierno haitiano. Esos artículos se suman a otros muchos, ya
de índole literaria, ya de índole científica, que escribió a lo largo de su vida, entre ellos su
juicio sobre la novela de billini, los dos artículos a la memoria de su primera esposa, Salomé
451