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MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO I
pudo tener por guías a Oviedo y otros cronistas. Como en aquel entonces no era posible
consultar libremente los archivos españoles, sólo cuando le tocó hablar de los sucesos de
su tiempo o de los de la época inmediatamente anterior, pudo basarse en fuentes auténticas
y directas. por eso declara en el prólogo de su obra: “Desgraciadamente el gobierno de la
Metrópoli ha cubierto con un velo impenetrable, por exceso de precaución, sus operaciones
en América, ocultándolas con particular cuidado a los extranjeros y aun imposibilitando a
los mismos nacionales el examen de los archivos de Indias, sin especial autorización de la
corte”. Así, con datos dispersos, que recogió y ordenó del mejor modo que pudo, trató de
llenar ese hueco y a duras penas logró mantener, aunque con omisiones y errores, la ilación
cronológica de los acontecimientos, mediante dos o tres capítulos que contrastan por su
brevedad con los treinta y cuatro que dedicó al período que media entre 1492 y 1550. 126
Aun así, la Historia de Del Monte y tejada representa un magno empeño constructivo en
lo que atañe a la historia particular de la isla, y es a la vez una de las obras mejor escritas
que han salido de la pluma de un dominicano. Es difícil superar el tono magistral de su
limpia prosa.
Su sobrino 127 Francisco Muñoz del Monte (1800-1865), nació en Santiago de los Caballeros
en la época más angustiosa de la vida dominicana y emigró en 1805 a Cuba, según él mismo
recuerda en su poesía Mi cumpleaños:
…Fatal discordia en mi país ardía,
y la sangre francesa y la española
empapaban los campos encantados
de la aurífera haití, do el africano
de tez tostada libertad gritando,
la libertad buscaba, envuelto en sangre.
Mas sus furores yo no comprendía,
y con leda sonrisa contemplaba
al implacable negro que quemaba
de su señor la habitación umbría,
y en el cañaveral que cultivaba
el tizón encendido sacudía.
Luego, a forzada emigración la suerte
mi vida encadenó. No más un lustro
pasado por mí había,
y ya era fuerza abandonar la patria,
y la ribera en que el sonoro yaque
revuelve el oro entre su azul arena;
126 En su abono sea dicho que todavía buena parte de la historia dominicana está por escribir, a pesar del esfuerzo
admirable que realizó José gabriel garcía y de algunos estudios particulares sobre determinada época, pero ya ese
trabajo puede intentarse merced a las investigaciones practicadas en estos últimos cincuenta años en los archivos
españoles por encargo oficial del Gobierno Dominicano, conferido primero a Américo Lugo y después a Máximo
Coiscou henríquez, Fray Cipriano de Utrera y César herrera.
127 Era hijo de Andrés Muñoz Caballero y de María de la Altagracia del Monte y tejada, según consta en el t. II
de la Historia de familias cubanas, por Francisco xavier de Santa Cruz y Mallén, La habana, 1940. Muñoz Caballero fue
aficionado a escribir versos, aunque pedestres, como la Representación gratulatoria que le inspiró la victoria de Sánchez
Ramírez contra los franceses en 1808. (Véase La poesía patriótica en Santo Domingo, por E. Rodríguez Demorizi, en
Cuadernos Dominicanos de Cultura, nº 6, febrero 1944).
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