Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
y subiendo en su muía se iba a la fuente que dicen del Arzobispo, y esto sin dejarse acompañar
de hombre nacido, si no era de Alonso hernández Melgarejo, que mañosamente le había cogido
la voluntad y con ella la nao San pedro que le depositó, y llevábale un ciego que tañía sinfonía,
que se decía Cieza, y tendiendo allí una alfombra y dos cojines se recostaba y detenía al son del
agua y del instrumento hasta la oración, que se volvía por donde se vino.
hizo en aquel tiempo el famoso poeta bejarano cierta sátira que llamó Purgatorio del Amor, en la
cual por lindo estilo poético ensartó los principales personajes de aquella ciudad, trayéndoles a
la memoria sus faltas y públicos defectos, para que se enmendasen, y entrellos este presidente
que a la sazón allí era, diciendo desta manera:
también vide a Maldonado
Liscenciado y presidente
A la sombra de una fuente
Descuidado del (cuidado)
que el Rey le dio de su gente;
y al son de una sinfonía
que Cieza el ciego tañía,
Cantaban los Melgarejos,
gritos dan niños y viejos,
y él de nada se dolía.
Refiriéndose a la visita de una Doña Ana en cuerpo muy gallarda, “que de la escura
noche hazía claro día”, decía el incomparable Méndez: “preguntándole la causa de tanta
merced y novedad, dijo que estava melancólica y que se avía salido a pasear y que vino
por ally para que le diésemos música yo y mi negra la cantora, que en aquel tiempo era la
mejor boz que se conocía en todas las yndias; dímosle música, y queriendo darle colación,
no quiso esperar…”. Aquí Méndez podía recordar a Cervantes, en El Celoso Extremeño: “tal
es la inclinación que los negros tienen a ser músicos”.
El Discurso de Méndez en que “trata de una cura que en Santo Domingo hize de una
opilación y cyrro incurable de bazo”, empieza con estas curiosas noticias:
Estava en my tyempo en la cyudad de Santo Domingo de la ysla española un hombre señalado
por su mucha y buena música y poesía y grande habilidad e yngenio de que era dotado; llamávase
Manuel Rodríguez, era hermano del bachiller Antojos grande letrado de aquel tiempo
y de aquella cyudad y ambos ellos hermanos del famoso Sylvestre, músico y organista de la
Real Capilla de granada, el qual por su mucho yngenio y poesía es en todas partes conocido y
no le devía cosa el hermano de que vamos tratando, aunque no tuvo tan felice suerte ny fue tan
conocido como él…
La música le ganó la amistad de Rodríguez, como lo recordaba el Médico:
… como quiera que por medio de la buena música a que yo siempre fuy aficionado, luego fuésemos
conocidos y amigos que era el Organista de la Iglesia Mayor, hízome lástima verlo tan enfermo y
desmedrado que con comer mucho, como comía, sólo engordaba en la barriga y bazo, quedando el
demás cuerpo tan flaco y necesitado que parecía que no comía sino de ocho a ocho días…
Agrega Méndez que el músico Rodríguez les daba a unas monjas “lición de tecla”, y que
tras de la cura –las sangrías y los purgantes al uso– “bibió muchos años y fue organista en
México y ganó muy largamente de comer”.
En la egregia Universidad salmantina, por cuyas luminosas aulas pasaron no pocas grandes
figuras de la cultura española, avecindadas luego en la Villa de Santo Domingo, hemos
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