10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EMILIO RODRígUEz DEMORIzI | MúSICA y bAILE EN SANtO DOMINgO<br />

en aquel tiempo era común a todos, y aun en éste le he usado yo hasta que me cansé <strong>de</strong> traerla<br />

y la <strong>de</strong>jé habrá tres años y no más, y como yo tenía gentil dispusición y la ropa era <strong>de</strong> raso fino<br />

aforrada <strong>de</strong> felpa, <strong>de</strong>sconociéronme <strong>de</strong>l todo y preguntándome a mí mismo por mí les dije:<br />

—¿pues tan presto me <strong>de</strong>sconocen? yo soy el <strong>de</strong> la música <strong>de</strong> ayer. ¿qué quieren?<br />

—Vm. nos perdone, me dijeron, que como tiene diferente hábito pensábamos que era otro. Señor,<br />

aquí nos envía la villa <strong>de</strong> Arévalo a buscar un médico con las condiciones ya referidas y los<br />

señores catedráticos han nombrado a Vm. Vinimos a saber lo que en ello quiere hacer para con<br />

eso ver lo que nos conviene.<br />

propuesta la <strong>de</strong>manda, les dije:<br />

—pues ¿por qué no me lo dijeron ayer cuando aquí estuvieron?<br />

—porque estaba Vm. ocupado en su música, por no divertirle.<br />

—No es eso, le dije yo, sino que tuvieron entendido que era algún hombre loco, que siendo músico<br />

bien lo podían sospechar.<br />

—Nunca Dios tal quiera, comenzó a <strong>de</strong>cir el Regidor.<br />

Como se ve el <strong>de</strong>senfadado Mén<strong>de</strong>z parecía incluir a los músicos en el refrán <strong>de</strong> que <strong>de</strong><br />

poeta, médico y loco, todos tenemos un poco…<br />

De Arévalo pasó Mén<strong>de</strong>z a Sevilla, siempre con su viva afición a la música, como lo<br />

dice este apunte:<br />

Moraba en mi tiempo en Sevilla en las casas <strong>de</strong>l Mariscal un hidalgo que se <strong>de</strong>cía fulano <strong>de</strong> Ávila,<br />

que tenía una hija <strong>de</strong> hasta 18 años, que entonces era la mejor habilidad que en aquella cibdad<br />

había; porque <strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser diestra en el canto <strong>de</strong> órgano, como discípula que era <strong>de</strong>l famoso<br />

guerrero, tocaba estremadamente la harpa, y con esto tenía una voz y garganta angélica.<br />

Después, camino <strong>de</strong> Santo Domingo, se <strong>de</strong>tiene en Las palmas y allí, como en todas<br />

partes, fija su atención en la música. Refiriéndose a las costumbres <strong>de</strong> la Villa, habla <strong>de</strong> un<br />

clavicordio, <strong>de</strong> unas mozas que lo tocaban muy bien, <strong>de</strong> un maestro <strong>de</strong> danzar, y a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> dos danzas <strong>de</strong> la época, que también se bailarían en Santo Domingo:<br />

habiendo, pues, estado un poco suspensos, que no <strong>de</strong>terminábamos qué misterio fuese aquél,<br />

comenzó el danzador, tocando a una <strong>de</strong>llas, para <strong>de</strong>mostrar sus habilida<strong>de</strong>s, y danzó escogidamente;<br />

y luego las fue sacando todas una a una y danzando con cada cual una, dos y más danzas,<br />

todas ellas diferentes, con mucho primor y sin errar punto. Danzaron <strong>de</strong>spués todas juntas la<br />

Hacha con tanta <strong>de</strong>senvoltura que era cosa <strong>de</strong> ver; y por remate bailó la menor <strong>de</strong>llas un Canario,<br />

con tantas diferencias y armonía, que afirmaron todos aquellos señores que en la Corte <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

venían no habían visto cosa semejante.*<br />

ya en Santo Domingo, empieza Mén<strong>de</strong>z sus curas portentosas y conoce a un músico <strong>de</strong><br />

aquel tiempo, al que recuerda en este sabroso párrafo alusivo en primer término al licenciado<br />

Alonso <strong>de</strong> Maldonado:<br />

Es, pues, una <strong>de</strong>llas, que era este hombre tan grave y melancólico que jamás en cuanto allí presidió<br />

lo vido persona alguna reir, y si lo iban a visitar cien hombres y a quejarse y pedir justicia<br />

otros tantos, a todos les daba el callar por respuesta, y al mejor tiempo se levantaba y los <strong>de</strong>jaba,<br />

*En un romance (Riva<strong>de</strong>neira, p.216), Quevedo habla <strong>de</strong>l Canario y <strong>de</strong> La Hacha. por el 1642 Esquivel Navarro,<br />

en su <strong>Arte</strong> <strong>de</strong> danzado, <strong>de</strong>cía que por antiguas ya no se usaban La Hacha y otras danzas. El Hacha solía danzarse en las<br />

Pascuas y días muy festivos como final <strong>de</strong> otras danzas (Catarelo, ob. cit., p. CLXX).<br />

El poeta Eugenio <strong>de</strong> Salazar, vecino <strong>de</strong> Santo Domingo y luego <strong>de</strong> México a mediados <strong>de</strong>l siglo xVI, habla <strong>de</strong><br />

los bailes <strong>de</strong> entonces. Dice: “he <strong>de</strong>seado mucho ver danzar a estas damas con estos botinicos una Pavanilla italiana,<br />

o una Gallarda, o Saltarelo, o una Alemana, o un Pie <strong>de</strong> Gibao; mas como en esta tierra no hay tañedor sino <strong>de</strong> corneta,<br />

no me han podido cumplir este <strong>de</strong>seo”. también cita El Guineo (biblioteca <strong>de</strong> Rivaneira…, p.304 y Cotarelo y Mori,<br />

Colección <strong>de</strong> entremeses. p. CLxVIII).<br />

499

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!