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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

pero en cambio, la barbarie primitiva <strong>de</strong> las Antillas, aquella ignorancia benévola y<br />

hospitalaria <strong>de</strong> los aborígenes que halló Colón en las Antillas, estaba todavía viviente en el<br />

sencillo corazón <strong>de</strong> los vallejanos, merecedores <strong>de</strong> mejor guía social.<br />

El vallejuelo es pobre, pero las aguas <strong>de</strong>l Jimenoa y <strong>de</strong>l yaque que grandiosamente confluyen<br />

en su término, en su fuerza mecánica arrastran a cada minuto una riqueza industrial<br />

que podría aprovecharse económicamente, si los fecundísimos fal<strong>de</strong>os <strong>de</strong> las colinas circunstantes<br />

y una pru<strong>de</strong>nte explotación <strong>de</strong>l pinar circunvecino pudieran aprovechar aquella<br />

fuerza <strong>de</strong>sperdiciada.<br />

Si mientras errores, engaños, <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s y espejismos <strong>de</strong>svían <strong>de</strong> su objetivo natural<br />

al hombre <strong>de</strong> bien y lo alejan <strong>de</strong>l centro natural <strong>de</strong> acción, que es aquel en que el bien se<br />

pue<strong>de</strong> realizar, persevera en su obra y en su empeño, aplicando a ellos su fuerza, ni las<br />

aguas confluentes <strong>de</strong>l Jimenoa y el Yaque seguirían <strong>de</strong>sperdiciándose para las industrias<br />

que hubieran podido ya hacer <strong>de</strong> Jarabacoa un coeficiente precioso <strong>de</strong> civilización, ni vidas<br />

capaces <strong>de</strong> dar fruto estarían gastándose inútilmente en imitar sin querer a aquellas aguas<br />

que corren sin utilidad hacia su muerte, allá en el mar, y sin más empleo <strong>de</strong> sus fuerzas que<br />

el chocar con las piedras <strong>de</strong> su cauce, que es como chocar con la dureza <strong>de</strong>l intelecto o <strong>de</strong><br />

corazón o <strong>de</strong> dignidad entre los hombres.<br />

pero ¡qué hacer! El pobre pueblecito que en el seno <strong>de</strong> la cordillera no buscada por la<br />

industria humana sugiere i<strong>de</strong>as y proyectos <strong>de</strong> progreso al transeúnte, tal vez se esté bien,<br />

como se está, lejano, arrinconado y solitario.<br />

Mil y más veces preferible ese <strong>de</strong>stino al <strong>de</strong> pueblos y hombres que, en cada uno <strong>de</strong> sus<br />

cambios, pier<strong>de</strong>n algo <strong>de</strong> lo que es esencial a la dignidad <strong>de</strong> la naturaleza humana.<br />

xII<br />

Duarte<br />

En el seno <strong>de</strong> esa sociedad embrionaria, mucho más embrionaria todavía, cuando la<br />

dominaban los haitianos y estuvieron a punto <strong>de</strong> absorberla, nació el primer dominicano.<br />

Llamábase Duarte, y tenía nombres bautismales, buena alcurnia, antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> familia<br />

y cuanto la biografía aprovecha para enaltecer la personalidad que ensalza.<br />

A nosotros baste el apellido: con él basta, porque ese es el nombre que ilustró el primer<br />

patriota quisqueyano, y ése el con que la historia <strong>de</strong> su triste patria lo conoce.<br />

Duarte, enviado a España por sus padres, se educó y adquirió allí la tenacidad <strong>de</strong> propósitos<br />

<strong>de</strong> que dio ejemplo hasta el momento <strong>de</strong> su muerte.<br />

Viendo esclava <strong>de</strong> esclavos emancipados a quisqueya, antes <strong>de</strong> volver a su seno había<br />

resuelto, y al volver llevó a cabo, la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l vergonzoso yugo.<br />

Solo al principio, no muy acompañado nunca, pero acompañado en las horas <strong>de</strong> la<br />

propaganda y <strong>de</strong> la acción por un grupo <strong>de</strong> discípulos suyos en patriotismo, empezó por<br />

organizar el grupo en una asociación que llamó La trinitaria, porque tres fueron con él los<br />

hombres <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho y su <strong>de</strong>ber que asumieron la formidable responsabilidad <strong>de</strong> personificar<br />

la dignidad <strong>de</strong> la nación esclava.<br />

Esos tres, reuniéndose en secreto, trabajando en silencio, burlando vigilancias y celadas,<br />

no tardaron en llegar a diez.* Cada uno <strong>de</strong> los diez se obligó a formar y concluyó por formar<br />

*El grupo primario <strong>de</strong> la trinitaria era <strong>de</strong> 9 miembros, cada uno <strong>de</strong> los cuales constituía una base <strong>de</strong> 3 nuevos<br />

miembros, y así sucesivamente.<br />

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