10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO I<br />

Es útil consignar que, aparte <strong>de</strong> su apego a las doctrinas <strong>de</strong> Rousseau, así como a las<br />

<strong>de</strong> Montesquieu, que también conocía, la lectura <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong>l Abate <strong>de</strong> pradt, antiguo<br />

arzobispo <strong>de</strong> Malinas, De las colonias y <strong>de</strong> la revolución actual <strong>de</strong> la América, publicada en<br />

París en 1817, influyó en el ánimo <strong>de</strong> Núñez <strong>de</strong> Cáceres para no aplazar por más tiempo<br />

el propósito que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> años atrás acariciaba, o sea el <strong>de</strong> proclamar la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

Santo Domingo. El doctor Morillas, en su biografía <strong>de</strong> Núñez <strong>de</strong> Cáceres, nos hace saber<br />

merced a qué circunstancias curiosas pudo ser conocido ese libro en Santo Domingo; y<br />

explica que cuando en el mismo año 1817, “pasó por Santo Domingo un convoy <strong>de</strong> buques<br />

españoles proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Venezuela, conduciendo a la Península varios presos y confinados<br />

políticos, algunos <strong>de</strong> éstos hubieron <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar allí alguno que otro ejemplar <strong>de</strong> la obra<br />

<strong>de</strong>l arzobispo monsieur <strong>de</strong> pradt sobre las colonias, los cuales circularon con reserva, y<br />

fueron leídos con avi<strong>de</strong>z”.<br />

El nuevo Estado in<strong>de</strong>pendiente proyectó enviar a Colombia al doctor Antonio María<br />

pineda en misión especial –la primera que cabría anotar en la historia diplomática dominicana–,<br />

pero pineda no llegó a dar cima a su misión: el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> haití, general Juan pedro<br />

boyer, consi<strong>de</strong>ró que el momento era oportuno para asegurar la indivisibilidad política <strong>de</strong><br />

la isla, –aspiración contenida en la Constitución haitiana–, e invadió con un po<strong>de</strong>roso ejército<br />

el territorio dominicano. Núñez <strong>de</strong> Cáceres, convencido <strong>de</strong> que toda resistencia sería inútil<br />

o suicida, recomendó a sus compatriotas –en un célebre manifestó que asombra por la pru<strong>de</strong>ncia<br />

y mesura que en tan críticas circunstancias supo adoptar aquel espíritu impetuoso e<br />

irascible–, que se plegaran al imperativo <strong>de</strong> la fatalidad y presentaran al mundo “el <strong>de</strong>chado<br />

<strong>de</strong> un pueblo amaestrado en las vicisitu<strong>de</strong>s y mutaciones <strong>de</strong> gobierno, y que por lo tanto<br />

sabe acomodarse a sus diferentes formas”.<br />

No obstante, el día en que cumplió la penosa obligación que se había impuesto, <strong>de</strong> dar<br />

personalmente posesión <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Santo Domingo al invasor, el nueve <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1822, se irguió ante boyer para dirigirle esta admonición profética:<br />

“toda política llamada a trabajar en la constitución <strong>de</strong> los Estados y en esa misma trasmutación<br />

<strong>de</strong> diferentes pueblos en uno solo, ha tenido en cuenta siempre la diversidad <strong>de</strong><br />

lenguaje, la práctica <strong>de</strong> una antigua legislación, el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los hábitos que tienen su raíz<br />

en la infancia, y la <strong>de</strong>semejanza <strong>de</strong> costumbres hasta en el alimento y el vestido, <strong>de</strong> igual<br />

suerte que pue<strong>de</strong>n tener gran influencia en sus <strong>de</strong>cisiones la contigüidad <strong>de</strong>l territorio y la<br />

proximidad <strong>de</strong> los límites. La palabra es el instrumento natural <strong>de</strong> comunicación entre los<br />

hombres: si no nos enten<strong>de</strong>mos por medio <strong>de</strong> la voz, no hay comunicación, y he ahí ya un<br />

muro <strong>de</strong> separación tan natural como insuperable, igual quizás a la interposición material<br />

<strong>de</strong> los Alpes y los Pirineos. En fin, no expongo argumentos: los hechos han tenido y tendrán<br />

siempre más eficacia para persuadir que las razones.<br />

“prometí a mis compatriotas darles la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia americana, –a la cual se inclinaban<br />

todos con ardor–, sin efusión <strong>de</strong> sangre, sin violencia, sin confusión ni <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Aunque<br />

la solución no haya correspondido a sus <strong>de</strong>seos ni a los míos, espero que me harán justicia<br />

por lo que toca a la pureza <strong>de</strong> mis intenciones en esta empresa, y en fin, dirán si yo sostuve<br />

o no mi palabra y si en conciencia se me pue<strong>de</strong> imputar el <strong>de</strong>clive hacia el cual el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong><br />

Santo Domingo ha conducido esa obra en cuanto a su resultado final”. 149<br />

149 Este memorable discursó <strong>de</strong> Núñez <strong>de</strong> Cáceres se publicó en francés en el periódico bilingüe L’Etoile Haytienne<br />

(17 <strong>de</strong> marzo, 1822), <strong>de</strong>l cual poseo un rarísimo ejemplar, quizás si único. Lo reproduje en Clío, nº 32, 1938. Sobre Núñez<br />

<strong>de</strong> Cáceres véase mi episodio La In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia Efímera (parís, 1938), que contiene abundante bibliografía.<br />

313

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!