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MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO I
Ese es el de la gloria de Ayacucho;
el que en México un trono vil sepulta;
el que nos dio de Capotillo el triunfo;
el que hoy su nombre inmortaliza en Cuba.
y Europa, la vetusta madre estéril,
que el vigor de otra savia necesita,
sin más fe en sus conquistas, ¡caerá débil
ante ese nuevo gladiador vencida!
La poesía patriótica encontró nuevas modalidades en gastón Deligne, poeta de forma
trabajada y alta inspiración, que mantuvo un sello muy personal en todos los variados aspectos
de su producción. Deligne sostuvo el culto de los mismos ideales de Salomé Ureña
de henríquez, cuya obra ensalzó como nadie. Rebosan de patriótico estímulo su Himno de
los doce y Ante la bandera. ¡Arriba el pabellón!, composición suya, favorita para recitaciones en
festividades nacionales, termina con este voto:
¡qué linda en el tope estás,
dominicana bandera!
¡quién te viera, quién te viera
más arriba, mucho más!
Otras poesías de Deligne, como Quisqueyana, Oneiros, La hija de Colón, Del patíbulo y Ololoi
son la reprobación de los vicios y errores políticos que en un tiempo se entronizaron en el
país, y expresan anhelos de paz, de progreso, de libertad y de justicia. 191
Ololoi ha alcanzado en Santo Domingo enorme popularidad, y siempre es recordada
como una de las producciones más originales y sugestivas de Deligne. Ese breve poema está
concebido en torno de la figura absorbente y dominadora del tirano Ulises Heureaux (1845-
1899), a quien Deligne tiene el buen gusto de no mencionar, puesto que para él heureaux
no es heureaux, sino el símbolo de todo un sistema, llamado a incubar sordas y violentas
reacciones en el cuerpo social. Después de enumerar las sombrías ejecutorias del implacable
mandatario, describe así el trágico final de su vida:
y pasó, que la sangre vertida
con baldón de la ley y la vida,
trasponiendo el cadalso vetusto,
se cuajó… se cuajó… se hizo un busto…
y pasó, que la ruin puñalada,
a traición o en la sombra vibrada,
con su mismo diabólico trazo
se alargó… se alargó… se hizo un brazo
cuyo extremo terrífico lanza
un gran gesto de muda venganza.
191 Obras de gastón Fernando Deligne y Figueroa: Soledad, poema, 1907; Galaripsos, poesías, 1908; Romances de la
Hispaniola, 1931; Páginas olvidadas, 1944. hay nueva edición de Galaripsos, que prologó un ensayo de pedro henríquez
Ureña, 1946.
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