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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

legitimadas por la ley <strong>de</strong> la oferta y la <strong>de</strong>manda. Consumidores honrados que satisfacen<br />

con trabajo sus consumos, esos pueblos producen y cambian con enternecedora equidad y<br />

sencillez.<br />

La doblez y la falta absoluta <strong>de</strong> equidad empiezan para el comercio y la manufactura<br />

en corta escala, cuando empiezan las urgencias <strong>de</strong> la vida urbana. Entonces toda tradición<br />

se olvida: la producción <strong>de</strong> mala fe y el cambio <strong>de</strong> mala fe, sustituyen al trabajo honrado.<br />

Comienzan las falsificaciones en la producción, y el hurto, verda<strong>de</strong>ro hurto, en el cambio al<br />

por menor. tan pronto como la <strong>de</strong>manda exce<strong>de</strong> un poco a la oferta, la producción se adultera<br />

y el cambio se <strong>de</strong>smoraliza. Un simple aumento <strong>de</strong> población flotante en los lugares <strong>de</strong> Europa<br />

y América apropiados para el veraneo, o la simple introducción <strong>de</strong> un nuevo producto<br />

en los mercados americanos no muy abastecidos por el comercio internacional, bastan para<br />

iniciar a poblaciones inocentes en las trápalas <strong>de</strong> la industria <strong>de</strong> mala fe.<br />

Mas no son, aunque corruptores, esos frutos perversos <strong>de</strong>l lucro a toda costa los que más<br />

daño hacen a la moral universal. Eso mina el corazón sencillo <strong>de</strong> campesinos y al<strong>de</strong>anos<br />

en los países civilizados que participan <strong>de</strong>l usufructo <strong>de</strong> la civilización, y <strong>de</strong>sarraiga <strong>de</strong> la<br />

mente candorosa <strong>de</strong> las razas primitivas las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> equidad y buena fe, <strong>de</strong> lealtad en los<br />

contratos y <strong>de</strong> veracidad en la conducta; pero se presenta o pue<strong>de</strong> hacerse aparecer como el<br />

resultado <strong>de</strong> la inmoralidad individual.<br />

Cuando la industria se hace solidaria <strong>de</strong> la inmoralidad <strong>de</strong> la civilización, o mejor,<br />

cuando la inmoralidad <strong>de</strong> la industria hace responsable <strong>de</strong> sus faltas, <strong>de</strong>litos y crímenes a<br />

la civilización <strong>de</strong> que es factor, a la vez que exponente, es cuando, por encima <strong>de</strong> todas las<br />

industrias, se presenta triunfante, satisfecha y po<strong>de</strong>rosa competencia, <strong>de</strong>genera en guerra<br />

económica y cuando la competencia <strong>de</strong>genera en guerra económica y cuando el Estado no<br />

retroce<strong>de</strong> ante el crimen con tal <strong>de</strong> beneficiar su producción y su comercio.<br />

A ese momento industrial hemos llegado ya hace tiempo. tanto tiempo hace, que nos<br />

hemos hecho indiferentes a ese mal. y cuando en cualquiera manifestación <strong>de</strong> la vida humana,<br />

se llega a la indiferencia <strong>de</strong>l mal que con ella se <strong>de</strong>sarrolla, es porque el mal es crónico.<br />

Si un mercado se cierra a productos falsificados o maleados <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminada proce<strong>de</strong>ncia,<br />

acto <strong>de</strong> sanidad internacional que muchas veces no es más que un acto <strong>de</strong> envidiosa<br />

protección a los productos propios, suele oírse el vocero <strong>de</strong> la prensa universal que repite<br />

<strong>de</strong> eco en eco la misma voz <strong>de</strong> la alarma, ofendiendo tal vez sin saberlo a la verdad y <strong>de</strong><br />

seguro favoreciendo el interés económico <strong>de</strong>l que dio la alarma. Eso sucedió más <strong>de</strong> una<br />

vez con los jamones <strong>de</strong> los Estados Unidos, que efectivamente pue<strong>de</strong>n llevar el germen <strong>de</strong><br />

muerte que casi en todas partes contiene sus similares, pero que dañan más por la competencia<br />

económica en que están triunfando, que por ser más ofensivos que cualesquiera<br />

otros jamones.<br />

Mas cuando la prensa universal no vocea, ni los Estados cierran sus puertos, ni cohíben<br />

con leyes represivas la producción y el cambio, los productos aparecen científicamente<br />

falsificados. Grasas, aceites, vinos, vinagres, granos, colores, tintas, tejidos, objetos <strong>de</strong><br />

primera necesidad, objetos suntuarios, objetos <strong>de</strong> arte, objetos <strong>de</strong> ciencia, todo se falsifica,<br />

y hay países en don<strong>de</strong> la mayor fuerza productora <strong>de</strong> la industria se manifiesta<br />

en esa producción <strong>de</strong> mala ley. ¡y hecho que patentiza la honda caries moral <strong>de</strong> nuestro<br />

tiempo! Son los dos pueblos que más <strong>de</strong>recho tienen a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los otros por<br />

el carácter eminentemente edificante <strong>de</strong> algunas formas <strong>de</strong> su vida nacional, los dos que<br />

más se distinguen, que más compiten en esa odiosa, y a veces, con frecuencia, criminosa<br />

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