10.05.2013 Views

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Ante el ara<br />

F. gARCíA gODOy | ANtOLOgíA<br />

I<br />

En cada hombre, estudiado atentamente, observado en todos sus actos intelectuales y<br />

afectivos, en sus i<strong>de</strong>as y voliciones, existe más o menos rudimentaria, más o menos bien<br />

<strong>de</strong>finida y precisa, una especie <strong>de</strong> metafísica a que procura en todas ocasiones ajustar el<br />

ritmo permanente <strong>de</strong> su vida.<br />

Fuerzas que arrancan <strong>de</strong> pavorosas lejanías, <strong>de</strong> profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un pasado remotísimo,<br />

contribuyen quizás gran<strong>de</strong>mente a la realización <strong>de</strong> actos individuales <strong>de</strong> cierta repercusión<br />

social que, aparentemente, son repetición idéntica <strong>de</strong> manifestaciones <strong>de</strong> vida anterior. Esa<br />

i<strong>de</strong>ntidad que suponemos en ciertas cosas no es ni pue<strong>de</strong> ser nunca absoluta. Es indudable<br />

que, en todo tiempo y circunstancias, sufrimos la acción más o menos coherente y compleja <strong>de</strong><br />

cierto <strong>de</strong>terminismo que, a su vez, en muchos casos nos convierte en causa <strong>de</strong>terminante.<br />

Recibimos y <strong>de</strong>volvemos. y al <strong>de</strong>volver lo que, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> lejanías ancestrales o sugerido<br />

por la realidad exterior, nos impresiona con cierto vigor, lo hacemos siempre o casi<br />

siempre muy modificado por las peculiarida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestros temperamentos, <strong>de</strong> nuestros<br />

privativos medios <strong>de</strong> ver y compren<strong>de</strong>r la vida, ya que en ésta no hay ni pue<strong>de</strong> haber dos<br />

cosas exactamente iguales. Sobre un fondo <strong>de</strong> más o menos discutible unidad, lo vario, lo<br />

diverso, traza las líneas a veces incoherentes <strong>de</strong> sus representaciones multiformes.<br />

En ese sentido, todo hombre, aun el más basto, posee una filosofía o cosa parecida mediante<br />

la cual procura, hasta cierto punto, explicarse la vida a su manera y extraer <strong>de</strong> esa<br />

concepción, por lo general rudimentaria, una norma <strong>de</strong> conducta en que entran en diversas<br />

proporciones necesarios motivos fisiológicos y anímicos. Por tales circunstancias, juzgo torpe<br />

y vano empeño con<strong>de</strong>nar inflexiblemente formas pronunciadas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senvolvimiento individual<br />

y colectivo en nombre <strong>de</strong> ciertos principios impropiamente calificados <strong>de</strong> eternos.<br />

En un sentido radicalmente humano la palabra eternidad carece <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra significación,<br />

<strong>de</strong> contenido pragmático. En toda bien equilibrada actividad mental, nuestra visión<br />

<strong>de</strong> la realidad interna y externa sólo pue<strong>de</strong> asir lo más saliente y visible <strong>de</strong> las cosas.<br />

todo lo <strong>de</strong>más se escon<strong>de</strong>, se escon<strong>de</strong>rá quizá eternamente en obscurida<strong>de</strong>s abismales<br />

a que no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r, buzos audaces <strong>de</strong> la vida, nuestras faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> percepción<br />

y <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> suyo limitadas y contingentes. La ciencia, producto humano, está<br />

forzosamente condicionada por las leyes que <strong>de</strong>terminan en el hombre la necesaria relatividad<br />

<strong>de</strong> todo conocimiento. “El hombre es la medida <strong>de</strong> todas las cosas” ha afirmado<br />

protágoras.<br />

pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esa misma relatividad existen espacios vastísimos, <strong>de</strong> dilatados horizontes,<br />

en que tienen legítima y sólida consistencia todas las formas más o menos durables que, en<br />

el correr <strong>de</strong> los siglos, <strong>de</strong>muestran con <strong>de</strong>slumbrante claridad la marcha ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l ser<br />

humano, su cada vez más patente inclinación a realizar en un proceso <strong>de</strong> sucesivas adaptaciones<br />

a la realidad circunstante las reformas y avances que sin modificar quizás lo esencial<br />

<strong>de</strong> las cosas imprimen aspectos <strong>de</strong> auténtica novedad, como lo sostiene el insigne bergson, a<br />

muchas formas y maneras <strong>de</strong>l perenne dinamismo que es condición característica <strong>de</strong> la vida<br />

en todas sus variadas manifestaciones…<br />

Si por su complejidad muchas veces enmarañada y obscura se nos escapa el verda<strong>de</strong>ro<br />

conocimiento <strong>de</strong> la causa que se consi<strong>de</strong>ra como generatriz <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminado fenómeno, se<br />

pue<strong>de</strong> y se <strong>de</strong>be, a la manera pragmática, sin preocuparnos ni poco ni mucho <strong>de</strong> lo que<br />

realmente <strong>de</strong>terminó el efecto en cuestión, el hecho constatado, estudiar con la necesaria<br />

135

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!