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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

La Gioconda, con todo su valor extraordinario, no tendría el prestigio que atesora si se<br />

<strong>de</strong>sconociera la vida <strong>de</strong> Da Vinci. Es que la historia es el sazón <strong>de</strong> toda obra <strong>de</strong> arte.<br />

No es que no tuvimos pintura ni escultura en el pasado; ni que no se produjo entre<br />

nosotros ese férvido entusiasmo que <strong>de</strong>spierta, en ciertos momentos <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s, una<br />

renovadora etapa en las artes, en las letras o en las ciencias. Las nutridas Escuelas dominicanas<br />

<strong>de</strong> pintura, en la centuria pasada, la evolución educacional hostosiana y la renovación<br />

poética en que <strong>de</strong>scollaron Salomé Ureña, José Joaquín pérez y gastón F. Deligne, revelan que<br />

en nuestra vida espiritual no faltó ningún civilizador esfuerzo, aunque todos se malograran<br />

en el vértigo <strong>de</strong> nuestras disensiones civiles.<br />

tuvimos pintura y escultura, pues. A revivirlas, a <strong>de</strong>sempolvarlas, a <strong>de</strong>spojarlas <strong>de</strong> la<br />

vieja costra <strong>de</strong>l olvido, se <strong>de</strong>dican estas mo<strong>de</strong>stas páginas. Ni aun nuestra pobreza <strong>de</strong>be ser<br />

ignorada, porque <strong>de</strong> ella surgieron siempre los impulsos <strong>de</strong> lo óptimo. Nuestro vino es agrio,<br />

pero es nuestro vino, <strong>de</strong>cía Martí. pobreza no es vileza, dice el adagio castellano. 4<br />

que nuestros jóvenes artistas <strong>de</strong> hoy penetren en el <strong>de</strong>sconocido pasado artístico <strong>de</strong><br />

nuestra patria, como los románticos buscaban en lo pretérito las mejores esencias <strong>de</strong> su resonante<br />

evolución. El artista <strong>de</strong> hoy, aunque no lo pretenda, aunque no lo quiera, ha <strong>de</strong> ser<br />

el mensajero <strong>de</strong> la suspirada comunidad ecuménica. por algo lo ha invitado la UNESCO,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su natural asiento <strong>de</strong> parís, a poner su labor al servicio <strong>de</strong> la paz, <strong>de</strong>l entendimiento<br />

recíproco, <strong>de</strong> la prosperidad humana, <strong>de</strong>l egregio culto <strong>de</strong> la espiritualidad.<br />

II<br />

En su conjunto, las obras <strong>de</strong> bonilla, <strong>de</strong> Desangles, y <strong>de</strong> Abelardo, los precursores,<br />

nuestros clásicos <strong>de</strong>l arte, a los que pue<strong>de</strong> agregarse yoryi Morel –que es quien nos ha dado<br />

la más amplia y real visión <strong>de</strong> lo criollo, <strong>de</strong>l costumbrismo– constituyen una vívida crónica<br />

plástica <strong>de</strong> nuestro país, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pasado más remoto hasta las tres primeras décadas <strong>de</strong>l<br />

siglo: en ellos está lo indígena, simbolizado en el Caonabo <strong>de</strong> la pintura y la escultura; lo<br />

colonial, patente en las históricas ruinas <strong>de</strong> la Era <strong>de</strong> Ovando; las revoluciones, plasmadas<br />

en Uno <strong>de</strong> tantos; la política, en momentos triunfales, como en el óleo <strong>de</strong> Woss y gil y <strong>de</strong> su<br />

Gabinete, <strong>de</strong> Desangles, y como en la abundante caricatura; la vida cotidiana, en los cuadros<br />

<strong>de</strong> género; el patriotismo, en la Invocación, <strong>de</strong> Abelardo; la industria y el progreso, en el<br />

óleo <strong>de</strong> bonilla, lindante con la Oda a la Industria Agrícola, <strong>de</strong> pérez; y el arte mismo, en toda<br />

su pureza, en lo mejor <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> estos artistas que ejercieron el señorío <strong>de</strong>l arte en los<br />

períodos culminantes <strong>de</strong> sus vidas.<br />

Nuestra pintura fluyó siempre como por un mismo cauce. Es <strong>de</strong>cir, hubo un pintor predominante,<br />

caudillo <strong>de</strong> la grey, ora bonilla, ora Desangles, ora Abelardo. pero a partir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición<br />

<strong>de</strong>l creador <strong>de</strong> Uno <strong>de</strong> tantos empieza la anarquía, la disgregación, el apresuramiento en<br />

la conquista <strong>de</strong> los lauros, la confusión en las metas. ¿La clave <strong>de</strong>l fenómeno? La multiplicidad<br />

<strong>de</strong> los maestros, en contraste con los maestros únicos <strong>de</strong> antaño. hausdorf , gausachs, Colson,<br />

Morel, Celeste Woss, Vela zanetti, cada uno enseña a su manera, y así cada discípulo tiene sus<br />

preferencias: o se libera, o se a<strong>de</strong>ntra en la diversidad <strong>de</strong> los estilos <strong>de</strong> cada magisterio.<br />

4 La pobreza <strong>de</strong>l medio dominicano no era privativa <strong>de</strong>l país, aunque aquí fuese más extremada la penuria, en<br />

todos los ór<strong>de</strong>nes. En La pintura en Colombia, México, 1948, p.13, dice giraldo Jaramillo:<br />

“Era imposible que en tan precario medio material pudiese florecer una gran cultura artística; todo se oponía al<br />

<strong>de</strong>sarrollo superior <strong>de</strong>l espíritu, y la aparición <strong>de</strong> un gran valor intelectual hubiera sido un contrasentido, sin explicación<br />

alguna posible; mediocre fue el ambiente y mediocres todas las manifestaciones <strong>de</strong> quienes en él vivieron. Una<br />

vez más se cumplió la regla <strong>de</strong> “la armónica alianza que se establece entre el artista y sus contemporáneos”.<br />

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