Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

MAx hENRíqUEz UREñA | pANORAMA hIStóRICO DE LA LItERAtURA DOMINICANA - tOMO I
A la generación de Fabio Fiallo pertenecen algunos poetas menores cuya producción
no fue variada ni abundante: Juan Elías Moscoso hijo (1866-1932), que escribió rimas de
tipo becqueriano, desprovistas de honda emotividad aunque con uno que otro rasgo feliz
(así la que comienza: “yo soy como la noche, porque guardo los más dulces misterios…);
el presbítero José E. Otero Nolasco (1866–1912), de quien se conocen dos inspiraciones
afortunadas: ¡Salve! (a un niño que acaba de recibir las aguas del bautismo), y el poemita
Abandonada, que pueden asignarle un puesto entre los que el poeta y escritor brasileño
prudencio de Moraes llama “poetas bisiestos”, –esto es, los que producen sólo de tiempo
en tiempo y no lo hacen mal–; y Virginia Ortea (1866-1903), de quien merecen recordarse
un breve romance A Puerto Plata y otras composiciones: Nostalgia, El Poeta, Para ti,
aunque, de todas suertes, era superior como prosista. 211 Otros rimadores de la misma
generación: Eugenio de Córdoba y Vizcarrondo († 1917), de cuya profusa producción,
que acusa la influencia de José Joaquín pérez, apenas podría entresacarse alguna que
otra composición amorosa, como la intitulada A ti…; 212 el presbítero Manuel de Jesús
gonzález (n. 1861), que aparte de una colección de cantos escolares, ha escrito escaso
número de composiciones, por lo general delicadas y sencillas, como Fe, Esperanza y
Amor; y el popular vate santiaguense 213 José María Jiménez (1868-1928). A esa generación
perteneció una dama que cultivó el verso con atrayente sencillez; trinidad de Moya de
Vázquez, autora de Patria y hogar, Madrid 1929).
poesía en tono menor, sin estridencias, es la de bartolomé Olegario pérez (1873-1900).
En sus más notables composiciones, como Ave única, se advierte la influencia de Gutiérrez
Nájera. En su producción encontramos, por lo general, inspiración y buen gusto; pero en
ocasiones algún verso duro, de ingrata resonancia, deslustra la elegancia natural y espontánea
de su expresión poética. Entre sus poesías merecen recordarse: Elegía, Las almenas, ¡Todo es
tarde! y En la muerte de Salomé Ureña de Henríquez. 214
Contemporáneo suyo fue bienvenido Nouel, cuyo bagaje lírico incluye una bella acuarela
tropical, auténtica página de antología: Campestre, además de sus poesías de aliento cívico
y patriótico y sus poemas indigenistas.
A la misma generación pertenece Andrejulio Aybar, que se dio a conocer con versos
de dulce emotividad monocorde, como Te quiero porque sufres, prosas de enérgico colorido
como La negra en la fiesta y El olor de la tierra mojada, y ha tendido en su madurez a la poesía
de gran orquestación: Sinfonía en mi, Oda a la fantasía, Trova, Canción de mi locura y El que nos
da la carne, el pan y el vino. también ha publicado un libro de versos en francés Propos d’amor
ou de dépit.
El gran movimiento que se generalizó en las letras hispanoamericanas a partir de
1880, y se dio en llamar modernismo, tuvo, al nacer, un eco apagado en la República
Dominicana; a pesar de que, al menos en uno de sus aspectos, el de mayor libertad de
211 Virginia Elena Ortea publicó un solo libro, en prosa: Risas y lágrimas, 1901.
212 De Córdoba y Vizcarrondo hay un volumen de versos: Efluvios, 1905.
213 Santiaguense no aparece en el diccionario de la Academia Española. La omisión debe subsanarse, para señalar
de ese modo a los naturales de la ciudad de Santiago de los Caballeros, en la República Dominicana, de igual manera
que la Academia registra Santiagués para los de Santiago de Compostela, santiaguino para los de Santiago de Chile,
santiagueño para los de Santiago del Estero y Santiaguero para los de Santiago de Cuba. La bibliografía de José María
Jiménez comprende: Maldito amor, drama, 1886; Pedir peras al olmo, comedia, 1887; La flor del Jericó, poema, 1894; Perfiles,
poema, 1903; De la vieja lira, 1911.
214 En la colección póstuma de las poesías de bartolomé Olegario pérez y Suero (Margaritas, 1930), faltan algunas
de las más valiosas dentro de su producción, como Ave única.
383