Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
ejecución el plan hughes-peynado, fue candidato a la presidencia de la República en 1924. En
las elecciones triunfó su opositor, el general horacio Vázquez, que años más tarde lo invitó a
presidir la delegación dominicana en la Sexta Conferencia Internacional Americana, –celebrada
en La habana en 1928–, encargo que aceptó, al igual que el de concurrir como plenipotenciario
a la concertación de dos nuevos tratados con haití, el uno, de paz, amistad y arbitraje, y el
otro de delimitación de la frontera. Aceptó, por último, el cargo de Secretario de Estado de
Relaciones Exteriores, en 1929, en el mismo gobierno de Vázquez.
Fue escritor de estilo seco, pero claro, expositor de recia argumentación, especialmente
en cuestiones jurídicas y orador de palabra fácil. Sus principales trabajos son un estudio
sobre reformas políticas, otro sobre inmigración, y otro Por el establecimiento del gobierno civil
en la República Dominicana. Su hermano Jacinto bienvenido peynado (1878-1940), también
jurisconsulto, escribió poco, aunque dejó algún trabajo jurídico de mérito y también tuvo
aficiones poéticas. Ocupó la Presidencia de la República desde agosto de 1938 hasta su
muerte, acaecida en marzo de 1940.
Eugenio Deschamps (1861-1919) fue uno de los adversarios más decididos que tuvo el
régimen de Ulises heureaux. Se dio a conocer como periodista de combate en 1883 y sus
campañas en La Alborada y La República, periódicos que fundó y dirigió en Santiago de los
Caballeros, desataron contra él la persecución del gobierno. Se vio obligado en 1885 a emprender
el camino del destierro. permaneció catorce años ausente del país, la mayor parte
de ese tiempo en puerto Rico, aunque también residió brevemente en las Islas turcas. Fue
director de El Correo de Puerto Rico y colaboró en los principales periódicos de la Antilla
vecina. Su estilo era sonoro, retumbante: puede decirse, sin caer en pecado de vulgaridad,
que apocalíptico. En él se prolongaba el grito de la exaltación romántica que tuvo su profeta
en Víctor Hugo, cuya lectura ejerció fuerte influencia en la generación a que Deschamps
pertenecía; pero había en su prosa relampagueante el ímpetu nuevo y rebelde del hombre
americano, que después de conquistada la independencia política tuvo que seguir luchando
por la libertad en un mundo entregado al azote de las tiranías y a la epilepsia de las revoluciones.
En sus candentes páginas políticas se presiente al orador. porque eso fue Deschamps,
ante todo y sobre todo: un gran tribuno.
Su folleto Réprobo tiene todo el énfasis oratorio de una arenga tribunicia: nunca se
lanzó al rostro de heureaux un anatema comparable a ése. Increpa a heureaux en forma
que recuerda a Cicerón frente a Catilina: “Eres, caudillo sombrío, la torva personificación
de la ignominia”. Tal era el texto primitivo: Deschamps lo modificó después, restándole
elegancia, y en vez de “caudillo sombrío” estampó este otro dicterio: “Eres, menguado,
la torva personificación de la ignominia…”. No cabe duda que la forma primitiva era
mejor… “Menguado” es una injuria vulgar y corriente: “caudillo sombrío” dice o sugiere
mucho más, como anticipo del rápido y abrumador capítulo de cargos que formula contra
el tirano, pues Deschamps no se limita a recordar sus crímenes y sus atropellos contra la
libertad: le echa en cara su desidia, que mantiene estancado el progreso del país, y hace ver
que aquel régimen no tiene más programa que el de satisfacer una ensoberbecida ambición
de mando. El folleto desató contra Deschamps la ira del déspota; pero Deschamps, herido
por los disparos de un asesino, sobrevivió. Cuando a poco, heureaux y su régimen cayeron
para siempre, Deschamps, que todavía no estaba completamente restablecido de sus
heridas, volvió a pisar el suelo patrio y desempeñó una cartera en el gobierno de Jimenes.
Fue aquella su época más brillante como tribuno.
454