Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
Nuestras fiestas populares de hoy no son, naturalmente, lo que fueron antaño, en que
predominaban los bailes típicos e instrumentos músicos ya dados al olvido y en que la mujer
lucía como únicas galas la limpieza del sipón y la flor prendida en los cabellos, mientras el
hombre, más ostentoso, llevaba al cinto el puñal de empuñadura reluciente, el revólver de
cacha de nacle o de pavón morado, y a veces el incivil sable de cabo. por eso las salas de baile eran
frecuentemente ruedos de algazaras y pendencias y siniestras antesalas del cementerio.
La poesía popular, siempre noticiera, se hacía eco de esas continuas reyertas, como lo
dicen estos versos del Sur:
Al pobre Marcelinito
le dieron un machetazo,
Manuela herida en un brazo,
también murió pielecito.
Esto lo digo y afirmo
y lo cuento en realidad,
no bailaré más quimbembe
en siendo en el Cambronal.
Otros pintorescos versos, también del Sur, recuerdan un atentado contra el general
Marcos Adón, en una fiesta en que el músico llevó, como casi siempre, la peor parte:
Mataron al violinista
tocando un carabiné;
tomás herido en un pie
y abaleada una niñita.
Las mujeres dando gritos
metidas en confusión,
para mí no hay diversión
que me haga salir de casa
y siempre sabrán en Azua
que está vivo Marco Adón.
III
De los bailes de España llegados a las Antillas en los tiempos de la Colonia, el bolero fue
de los más tardíos. Sin embargo, una vez conocido se popularizó rápidamente sufriendo las
modalidades de los diversos medios en que fue adoptado, de tal manera que, según expresa
el docto musicógrafo Sánchez de Fuentes, ha sido el bolero una de las formas musicales que
más han evolucionado en Cuba, adonde llegó por el año de 1810.
En ese año, precisamente, en Londres, publicó William Walton su interesante obra Present
state of the spinish colonies, including a particular report of Hispaniola, or the spanish part of Santo
Domingo, en la que ofrece curiosas noticias del bolero y de las costumbres dominicanas de la
época, que conoció bien de cerca durante su estancia en el país, junto a Sánchez Ramírez,
en los épicos días de la Reconquista.
Después de hablar de la lidia de gallos y de las corridas de toros, dice Walton:
Las danzas nacionales españolas han sido señaladas por la mayor parte de los viajeros entre sus peculiaridades,
y parecen fuera de imitación de otros pueblos, pues a pesar de los intentos en nuestros
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