Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
territorio de la parte francesa y se adueñó de algunas poblaciones, pero en mayo de 1794
el coronel toussaint Louverture se pronunció con sus tropas para luchar en lo adelante por
Francia. La lucha prosiguió hasta que el 22 de julio de 1795 España y Francia concertaron
el tratado de basilea, una de cuyas cláusulas traspasó a Francia la parte española de la
isla. Al año siguiente el Directorio que gobernaba en Francia envió un comisario civil para
recibir la parte española, pero el proceso de la entrega fue desenvolviéndose con alguna
lentitud. En 1800 fue trasladada a Cuba la Real Audiencia y Cancillería, pero todavía quedó
en Santo Domingo como gobernador el brigadier garcía. Un año después, toussaint
Louverture, que dominaba casi toda la sección occidental en nombre de Francia, invadió
la parte española y el 26 de enero de 1801 recibió del gobernador garcía las llaves de la
ciudad de Santo Domingo, de la cual fue nombrado gobernador un hermano de toussaint,
paul Louverture.
A este acontecimiento que determinó la emigración inmediata de muchas familias dominicanas,
se subsiguieron en breve tiempo otros que mantuvieron a Santo Domingo en
continua zozobra: respetable contingente de tropas francesas, al mando del general Leclerc,
fue enviado por Napoleón, entonces primer Cónsul, para ocupar la isla; los franceses, con el
concurso decidido de los dominicanos, obligaron a capitular a paul Louverture; y aunque
después de algunas acciones de guerra pudo darse por terminada la lucha contra toussaint
(que aceptó un convenio de paz, fue después acusado de promover nuevas conspiraciones
y enviado en calidad de preso a Francia, donde murió en el cautiverio en 1803), la lucha
se reanudó a poco en la parte occidental, mientras en la parte española el general francés
Ferrand se había proclamado gobernador de Santo Domingo y expulsaba de allí al general
Kerverseau, que aspiraba como él a ocupar el puesto de Leclerc, muerto de fiebre amarilla
en 1802.
Jean Jacques Dessalines, compañero de toussaint en la anterior campaña, se puso al
frente de las tropas haitianas para combatir la dominación francesa y proclamó bajo su
dictadura vitalicia la independencia de haití el primero de enero de 1804. Al año siguiente
se declaró emperador y, deseoso de asegurar la indivisibilidad política de la isla, invadió la
parte española. Después de horribles matanzas en Santiago de los Caballeros, siguió hacia
la ciudad de Santo Domingo, a la cual puso cerco en marzo de 1805, pero a los veintiún días
tuvo que abandonar el sitio y en su retirada arrasó algunas poblaciones.
¡tiempos de incesante angustia, en que cada día se vaticinaban nuevas mutaciones de
soberanía! Ayer España, después Francia y las incursiones sangrientas de los haitianos.
Mañana, acaso, Inglaterra, según el rumor circulante… El padre Juan Vázquez, cura de
Santiago de los Caballeros, que fue su cuna, hizo el sarcástico comentario de aquellos días
aciagos en esta quintilla que se hizo famosa:
Ayer español nací,
a la tarde fui francés,
a la noche etíope fui,
hoy dicen que soy inglés:
¡no sé qué será de mí!
¿quién podía, en efecto, predecir el mañana dentro de tan vertiginosa confusión? Los
desesperados, aunque humorísticos versos del padre Vázquez, fueron casi una predicción
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