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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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EMILIO RODRígUEz DEMORIzI | MúSICA y bAILE EN SANtO DOMINgO<br />

En su estudio Apuntes sobre los bailes en Puerto Rico (en la revista Historia, tomo I, Núm.<br />

2, Universidad <strong>de</strong> Puerto Rico, oct. <strong>de</strong> 1951), Rosa Nieves dice que a la protesta oficial <strong>de</strong>l<br />

gobernador pezuela se unieron los artículos docentes <strong>de</strong>l periodista Cardona, en El Agente,<br />

Américo Amador, Carlos peñaranda y José pablo Morales, periodistas <strong>de</strong> vanguardia<br />

<strong>de</strong> la época. Aña<strong>de</strong> este comentario <strong>de</strong> José pablo Morales, <strong>de</strong> un artículo publicado en<br />

Misceláneas:<br />

Caminamos a paso <strong>de</strong> gigantes a un abismo insondable con esas danzas <strong>de</strong> 120 compases <strong>de</strong> merengue,<br />

con que hoy se divierte la buena sociedad <strong>de</strong> puerto Rico. No es sólo el pudor y la virtud<br />

el mejor escudo <strong>de</strong> nuestras bellas; hay que evitar también el dominio <strong>de</strong> una pasión cuyas tristes<br />

consecuencias pue<strong>de</strong>n tocarse bien pronto.<br />

Agrega Rosa Nieves:<br />

A pesar <strong>de</strong> las agrias protestas en contra <strong>de</strong> este nuevo baile, el merengue se impuso. En un documento<br />

<strong>de</strong> 1858, en que se <strong>de</strong>scriben las fiestas reales en el Ayuntamiento <strong>de</strong> San Juan, nos dice<br />

un autor <strong>de</strong> la época:<br />

La música propia <strong>de</strong> estos bailes lleva asimismo el significativo y dulce nombre <strong>de</strong> merengue,<br />

es también especialísima y <strong>de</strong>liciosa por su rara composición, particular armonía y melodías<br />

y modulaciones <strong>de</strong> sus tiempos y períodos musicales. Se pue<strong>de</strong> asegurar que al oír una danza<br />

todos la bailan.<br />

En otra parte <strong>de</strong>l documento a que aludimos –continúa Rosa Nieves– cita el autor dos compositores<br />

<strong>de</strong> merengue: Francisco Santaella y Nemesio quiñones. El aire <strong>de</strong>l merengue, escrito<br />

en 2 por 4, era alegre, y los nombres <strong>de</strong> estas danzas, eran también pintorescamente<br />

populares, como vemos en los siguientes merengues <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> 1855: La mulata, Merce<strong>de</strong>s,<br />

Boca <strong>de</strong> covacha, El merengazo, El Yambú, Zabaleta, Rabo <strong>de</strong> puerco, Ay, yo quiero comer mondongo,<br />

El tereque, La charrasca… En casi todas estas upas se exalta la nota alegre y sensual <strong>de</strong> los ritmos<br />

afro-cubanos, antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la danza <strong>de</strong> máscaras. En la orquesta que se usaba para tocar el<br />

merengue, se significaban el timbal y el güiro, instrumentos indispensables para la orquesta<br />

primitiva.<br />

Del mismo vulgar linaje eran los nombres <strong>de</strong> los merengues dominicanos <strong>de</strong> mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo pasado, en lo que no se ha a<strong>de</strong>lantado mucho, como lo <strong>de</strong>nota una creación <strong>de</strong><br />

un ignoto genio musical samanés <strong>de</strong> hace unos veinte años: Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la tumba <strong>de</strong> mi<br />

comay Mercé.<br />

Según Rosa Nieves los 8 primeros compases <strong>de</strong>l merengue estaban <strong>de</strong>stinados al<br />

paseo:<br />

En sus comienzos los merengues consistían <strong>de</strong> 16 compases solamente, <strong>de</strong>spués llegaron a hacerse<br />

hasta <strong>de</strong> 130 a 140 compases. Al principio la pieza se estructuraba en dos partes, <strong>de</strong>spués<br />

llegaron a componerse hasta <strong>de</strong> cinco. Es curioso observar cómo el nombre <strong>de</strong> merengue queda,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la danza actual, para <strong>de</strong>signar cada una <strong>de</strong> las veces que se ejecuta la danza. La danza<br />

se toca dos veces en los bailes. Si gusta, a petición <strong>de</strong> las parejas, se repite otro merengue <strong>de</strong> la<br />

danza. tal es, en breve, la historia <strong>de</strong> la upa habanera o merengue, que como hemos tratado <strong>de</strong><br />

probar, le sirvió <strong>de</strong> ovario a la danza puertorriqueña. Este merengue, con algunas modificaciones<br />

–el tresillo elástico en la parte acompañante, por ejemplo, que inicia La Margarita <strong>de</strong> Julián<br />

Andino– logró su apoteosis y madurez en las creaciones <strong>de</strong> tavárez, Campos y quintón con el<br />

nombre <strong>de</strong> danza puertorriqueña.<br />

Rosa Nieves se <strong>de</strong>clara partidaria <strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong> Salvador brau acerca <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> la<br />

danza borincana, <strong>de</strong>rivada, según éste, <strong>de</strong>l merengue:<br />

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