Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
Mientras presagio siniestro
mi corazón atormenta,
en él nace y se acrecienta
la hermosa luz de la fe.
pues que apartada del mundo
la vista triste y cansada,
el ánima levantada
destinos más grandes ve.
…………………………………….
Creo en los altos destinos
de la humanidad proscrita
y en la piedad infinita
del que los mundos formó.
Creo en la verdad que encierra
el misterio de la muerte;
creo en la gracia del Fuerte;
¡creo en la ciencia de Dios!
Rodríguez Objío, –de cuya pluma brotaron tan acerbas invectivas contra sus adversarios
políticos, como el soneto en que desde la prisión dice A Báez: “bebe mi sangre joven y aún
caliente”–, tuvo acentos entusiastas y optimistas para describir las bellezas de su isla natal
en las octavillas octosilábicas que intituló Mi patria:
Oíd pues: hay una Antilla
en medio del Mar Caribe,
que luz y vida recibe
del sol de la libertad.
En esa composición exalta Rodríguez Objío los encantos de la fauna y la flora de su tierra,
empleando no pocos vocablos de uso y sabor criollo: cabima, jagua, yagua, yarey, guazábara;
jabilla, pomarrosa, guayacán, campeche… Se complace en enumerar los ríos, ensalza los
valles y las llanuras, describe alguna que otra escena campesina y termina de esta suerte:
Así es mi patria: ninguna
en el nuevo continente,
puede levantar la frente
con más brillo y majestad.
Ninguna por sus laureles
en medio del Mar Caribe,
luz más brillante recibe
del sol de la libertad.
Otro tanto hizo José Joaquín pérez, valiéndose de la misma combinación métrica, y con
mayor acierto descriptivo, al evocar ruinas históricas y rincones gratos al recuerdo, en la
que Menéndez y Pelayo llamó “abundantísima y florida Quisqueyana”.
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