Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA
piezas oratorias eran confiadas a la improvisación, de esas disertaciones sólo se conservan
algunas dictadas en Cuba y tomadas taquigráficamente, entre ellas sus dos conferencias
sobre Martí en la Primada de América y Vida cívica de Máximo Gómez, así como el discurso El
Ideal y la epopeya, pronunciado ante la tumba de Martí, en Santiago de Cuba, que con otros
trabajos figuran en sus libros Cuba y Quisqueya y Nacionalismo. En su libro Duarte, próceres,
héroes y mártires de la Independencia, se reproduce su discurso En la traslación de los restos
de Ramón Mella, su conferencia En el centenario de Duarte, su Discurso en la inauguración del
monumento a Duarte; y otras piezas oratorias llenas de amor de patria. En su libro Todo por
Cuba recogió buena parte de su extensa labor periodística y oratoria consagrada a Cuba y
su independencia.
Su hermano Francisco henríquez y Carvajal, profesor y estadista, fundó en 1883 la revista
pedagógica El Maestro, a la vez que dirigía la Escuela preparatoria y prestaba su cooperación
a la reforma educacional de hostos. El Maestro subsistió algo menos de un año, y tuvo una
segunda y corta etapa en 1885. posteriormente se ausentó su director para Francia, donde
permaneció cuatro años para cursar la carrera de medicina en la Facultad de parís, hasta
obtener allí el doctorado.
Cuando regresó a la patria, imperaba la tiranía de Ulises heureaux. A los pocos años,
henríquez y Carvajal, no pudiendo soportar aquel ambiente deletéreo, decidió ausentarse
del país y se estableció en haití, donde ejerció su profesión de médico hasta que cayó el
régimen de heureaux. Llamado a formar parte del gobierno de Jimenes, en 1899, como
Ministro de Relaciones Exteriores, recibió a la vez el encargo de estudiar la depuración de
la deuda pública dejada por heureaux, labor que emprendió con inquebrantable tesón y
que al terminar el gobierno de Jimenes dejó, no obstante las enormes dificultades con que
tropezó, encauzada por buena vía. Consideró que la política del gobierno requería, dentro
de la amplia libertad que la prensa disfrutaba, ser explicada a diario para dar al público
orientaciones definidas, y a pesar de tener embargado su tiempo con el estudio de arduos
problemas gubernativos, echó sobre sus hombros esa tarea en el diario semiofícial La Lucha,
donde con el seudónimo de Hamlet publicó en febrero de 1900 un primer artículo: La situación
económica, al cual siguió otro, sin firma, el primero de abril: Finis Poloniae. En el mismo mes
inició con el seudónimo de Cayacoa una serie de artículos sobre la depuración de la deuda:
La cuestión palpitante, que resumió en veintitrés capítulos aquel problema vital para la nación.
Con esos artículos se interpolaron los que escribió Sobre aranceles, De política, La proposición
Prud'Homme y otros temas de actualidad, pero juzgó conveniente, además, tratar los temas
exclusivamente políticos del momento en una forma menos severa y más adecuada para la
gran masa de lectores, y en otro periódico, El Liberal, que dirigía José Manuel Deschamps,
dio comienzo el veintidós de septiembre, utilizando el seudónimo de Cotubanamá, a otra
serie de artículos con el nombre de Diarias. 267
partió a principios de 1901 para concertar en los Estados Unidos de América y en Europa
un arreglo final de la deuda con los tenedores extranjeros de bonos, y regresó meses
después con dos proyectos de contrato, uno con los acreedores europeos que fue aprobado
por el Congreso, sin discusión, y otro con los acreedores norteamericanos, representados
267 Algunos de estos trabajos vieron la luz en Letras y Ciencias; la Meseniana a la memoria de Valverde, en el Listín
Diario; para otros arriba mencionados, véase la colección de Cuba Literaria, que se publicaba en Santiago de Cuba bajo
la dirección de Max henríquez Ureña (del primer número, 7 de junio 1904 al n.º 55, 28 de julio de 1905). La revista
era semanal.
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