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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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Durante la ocupación haitiana, en que fue menester a mucha gente <strong>de</strong> valimento,<br />

para no incurrir en persecuciones y atropellos, contemporizar hasta cierto punto con los<br />

intrusos dominadores, la mayor parte <strong>de</strong> los Dones se mantuvo en pru<strong>de</strong>nte alejamiento,<br />

lamentando en conversaciones íntimas las <strong>de</strong>sdichas que, como las plagas <strong>de</strong> la leyenda<br />

egipcia, caían sobre el infortunado país, y haciendo votos fervientes y repetidos para que<br />

cuanto antes se llevase el diablo un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas tan humillante y tiránico. La venida<br />

al Cibao <strong>de</strong> Juan Evangelista Jiménez, el ardoroso patriota, fue para ellos como la <strong>de</strong> un<br />

Mesías larga y ansiosamente esperado. El audaz y fervoroso propagador <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />

separatistas los contagió con su hondo e impetuoso entusiasmo. prendió en sus espíritus<br />

el fuego anunciador <strong>de</strong> próximas e inevitables re<strong>de</strong>nciones. Los confortó y vigorizó para<br />

la lucha que se avecinaba. No faltó uno que otro pesimista o tímido; pero el momento<br />

no era favorable para que prosperasen augurios siniestros. En aquel ambiente <strong>de</strong> cálido<br />

patriotismo se empequeñecía hasta esfumarse, falto <strong>de</strong> pábulo, cuanto se en<strong>de</strong>rezaba a<br />

separarse <strong>de</strong> las esperanzas que, a manera <strong>de</strong> visiones luminosas, contemplaba cada cual en<br />

cercanos horizontes. Data <strong>de</strong> ahí la correspon<strong>de</strong>ncia mantenida por dos o tres <strong>de</strong> los Dones<br />

con los principales trinitarios, y su conocimiento <strong>de</strong> la marcha <strong>de</strong> los trabajos separatistas,<br />

circunstancia que en gran parte <strong>de</strong>terminó la cariñosa adhesión <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> ellos a los<br />

hombres <strong>de</strong>l 27 <strong>de</strong> Febrero. Constituida en ese memorable día la nacionalidad dominicana,<br />

se <strong>de</strong>jaron llevar, claro está, por la corriente <strong>de</strong> sus simpatías, y, ya en el terreno <strong>de</strong> la política<br />

partidarista, bien es verdad que sin exagerado alar<strong>de</strong>, hicieron causa común con los<br />

principales factores <strong>de</strong> aquel magno acontecimiento. Ellos, o la mayoría <strong>de</strong> ellos, veían en<br />

Duarte la figura principal, el prestigio más alto, el símbolo viviente y radiante <strong>de</strong> la recién<br />

conquistada in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Como las comunicaciones con la Capital eran bastante escasas<br />

y sus mismos amigos políticos no les <strong>de</strong>cían toda la verdad, sin duda para no alarmarlos<br />

prematuramente, sólo conocían una parte insignificante, la más visible <strong>de</strong> los manejos<br />

reaccionarios que tenían su centro en la Capital y sus más estrechas ramificaciones en los<br />

cantones <strong>de</strong>l Sur, viviendo por eso en la cándida convicción <strong>de</strong> que todo el país o poco<br />

menos pensaba como ellos, y que nadie discutiría seriamente a los febreristas su legítimo<br />

<strong>de</strong>recho a continuar al frente <strong>de</strong>l gobierno para organizar y consolidar convenientemente<br />

la hacía poco instaurada República.<br />

No tuvo, pues, Mella que esforzarse mucho para entrar a los Dones en el plan que tenía<br />

entre manos. En ellos encontró, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento, materia dispuesta para ayudarlo<br />

con eficacia. No hubo divergencias entre los Dones respecto <strong>de</strong> lo que proyectaba Mella, y<br />

si las hubo, éstas no salieron a la superficie ni se tradujeron en actos más o menos visibles;<br />

bien es verdad que tenían la especial recomendación <strong>de</strong> aquel caudillo <strong>de</strong> no <strong>de</strong>cir ni jota <strong>de</strong>l<br />

asunto a nadie, mientras Duarte, que acababa <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la Capital, no efectuase su entrada a<br />

Santiago. El propósito <strong>de</strong> elevar al solio presi<strong>de</strong>ncial a Duarte tuvo en ellos excelente acogida,<br />

máxime cuando ninguno contaba con la huéspeda, es <strong>de</strong>cir, con que aquel paso que se creía<br />

en el fondo justo y patriótico iba a producir, en un porvenir que ya se tocaba con la mano,<br />

inesperadas y funestas consecuencias. Ignorando muchas graves intrigas que sólo unos pocos<br />

conocían con todos sus pelos y señales, los prohombres veganos, engañados por su buena fe<br />

<strong>de</strong> políticos noveles, creían a puño cerrado que Santana y los suyos acatarían mansamente<br />

el hecho consumado, apresurándose a prestar obediencia al nuevo gobierno.<br />

De Rufinito (Sucedido histórico) 1912.<br />

Segunda edición.<br />

F. gARCíA gODOy | ANtOLOgíA<br />

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